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Obras teatrales

     

 


                                      LA CIGARRA
                                Manuel Gutiérrez Mieres

                                       Personajes:
                                       Sebastián 
                                       Peluco
                                       María
                                       Cheché
                                       Turilo



PELUCO Y SEBASTIAN JUEGAN A LA PELOTA CERCA DEL QUIOSCO. RUIDO DE VIDRIO QUEBRADO. GRITOS Y RISAS


MARÏA : ¡Claro, esto no más faltaba! A pelotazos van a echar abajo el quiosco. ¡Ya
chiquillos dejen de molestar!

PELUCO : ¡Bah!, ya terminamos las clases y tenemos dercho a jugar un poco. ¿No es cierto, Sebastián?

SEBASTIÄN : ¡Sí, eso es! Después compramos un vidrio nuevo.

MARÏA : Si no quieren dejarse de pelotazos, voy a llamar a Turilo para que los llame al orden.

SEBASTIÄN : ¡Llámalo, si quieres! Nosotros seguimos jugando. ¡Ya, Peluco! Toma. ¡Gol,
goool, gooool de Chile! (LA PELOTA LANZADA POR SEBASTIÄN GOLPEA A CHECHË QUE SE ACERCABA AL LUGAR)

MARÏA : (ASUSTADA) ¡Ya le pagaron a la Cheché! ¡Pobrecita, ven acá! (LLAMANDO A TURILO) ¡Turilo, Turilo. ¡Ven! Los cauros le pegaron a la Cheché!

TURILO : (APARECIENDO) ¡Qué pasa, qué pasa, Marita! ¿Qué gritos son esos, si se
puede saber?

CHECHË : (LLORANDO) ¡Los cauros me pegaron un pelotazo!

TURILO : (SERIO) ¡Vengan, chiquillos! ¡Tengan más cuidado cuando juegan a la
pelota! ¡Ven que le hicieron daño a mi chiquillita! (A CHECHË)¡Ya, no llore más!

CHECHË : (SIEMPRE LLORANDO) ¡Ellos me pegaron un pelotazo!

MARÏA : Son porfiados y más encima haraganes y sinvergüenzas.

PELUCO : ¡Escoba!

MARÏA : (ENOJADA) ¡Yo te voy a enseñar! (LO PERSIGUE) ¡Los perlas, no hacen más que jugar! ¡Son unos flojos! ¡Igual que la cigarra!

SEBASTIÄN : (A TURILO) Oiga, Turilo, esta caura, no nos deja ni jugar.

TURILO : (SONRIENDO) No cauritos chicos. La Marita tiene razón. ¡No deben jugar tantazo! ¡Los convido a tomar once, porque voy a cerrar luego. Mañana tengo que levantarme temprano. (A MARÍA) Marita, ayúdeme a servir el café.

PELUCO : (A REGAÑADIENTES9 ¡Puchas, Turilo, si todavía es temprano! (RUIDO
DE BANCAS QUE SE MUEVEN PARA ACOMODARSE EN LOS ASIENTOS. LOS NIÑOS SE SIENTAN APARTE DE LAS NIÑAS)

MARÏA : (APARECIENDO CON LAS TAZAS YA SERVIDAS) ¡Ya está servido! (A LOS NIÑOS HACIENDO MUECAS) ¡Tomen o quieren que se los dé en la misma boca!

TURILO : (SONRIENDO) ¡No peleen! ¡Siéntense tranquilos!

CHECHË : Oye, María, ¿por qué dijiste que los cauros eran igual que la cigarro?

TURILO : No mi chiquillita. ¡Cigarro, no!Cigarra, dijo Marita.

CHECHÉ : Bueno, eso mismo. Pero, ¿por qué?

MARÍA : Porque hay una fábula que habla de la hormiga y la cigarra.

SEBASTIAN : ¿Y eso, qué? A ver.

MARÍA : La hormiga es trabajadora y la cigarra no hace más que cantar y nada más.

CHECHÉ : Pero, ¿qué es una “fárbula?”

SEBASTIÁN : ¡Fábula!, caura lengua de trapo.

PELUCO : Es esa cuestión en que hablan los animales.

TURILO : ¿Quieren oír algo sobre la fábula de la hormiga y la cigarra?

CHECHÉ : ¡Síiii!

TODOS : ¡Ya!

TURILO : Ustedes que están en la escuela deben haber escuchado o deben haber visto
libros de lecturas en que se recomienda no querer a algunos animales. Por ejemplo: al lobo, al puma, porque son sanguinarios. Pero, no explican por qué son así. Eso sucedió con la cigarra…

PELUCO : Sí, yo he leído eso.

TURILO : ¡Pues bien, esos libros dicen así porque los que escribieron sobre los
animales, lo hicieron sin conocerlos! Así, la cigarra y la hormiga fue escrita por Esopo, hace más de 20 siglos.

CHECHÉ : (RIENDO) ¡Hisopo!, el nombrecito.

TURILO : Esopo, mi chiquillita, un gran escritor antiguo. Resulta que Esopo, un día salió a pasear al campo, un día de verano de hermoso sol y oyó cantar a una
cigarra y pensó que ella cantaba de pura floja o inútil, porque todos los otros insectos andaban de aquí para allá y de allá para acá, mientras ella, simplemente, cantaba.

MARÍA : ¡Igual que estos cauros! ¡No hacen nada!

TURILO : No como la hormiga que trabajaba a pesar del calor. Y de ahí escribió la fábula.

MARÍA : ¡Claro, no hay como la hormiga!

TURILO : Pero, un día el esacritor francés Fabre, gran investigador de la vida y
costumbre de los insectos, observó que cuando el calor es grande, los animales se arrastran ansiosos para calmar su sed. Sin embargo, la cigarra se ríe de la sequía. Con su taladro barrena las cortezas y mientras chupa de las cortezas de los árboles y se alimenta, canta.

PELUCO : Entonces, no es inútil, ni floja.

TURILO : ¡Claro que no!, pues mientras más canta se está alimentando y calmando su
sed… y aún más, muchos insectos como las avispas, las moscas y sobre todo las hormigas, se deslizan por debajo del vientre de la cigarra, que bondadosa se levanta sobre sus patas y deja paso libre a los inoportunos.

PELUCO : No puede ser floja ni mala compañera, si hace eso.

SEBASTIÁN : ¡Es buena!

TURILO : He visto algunas hormigas mordiendo a las cigarras en las patas, a otras
tirándoles las puntas de las alas para tomarla del chupador y sacárselo.

PELUCO : Entonces, ese señor Esopo cometió un error con la pobre cigarra.

TURILO : ¡Claro!, y no solamente con ella, sino en general casi todas las fábulas muestran tremendos errores.

SEBASTIÁN : Entonces, nosotros somos y queremos ser como la cigarra.

PELUCO : Y la María es la hormiga (RÍE)

TURILO : Un momento, yo no he dicho que la hormiga sea floja, porque eso también es una falsedad. Todos sabemos que la hormiga es una gran y esforzada trabajadora. Lo que pasa es que yo he puesto en el lugar que corresponde a la cigarra.

CHECHÉ : A mí me gustan las dos.

TURILO : Por allá por los campos se le conoce con el nombre de chicharra.

CHECHÉ : ¿Chicharra?

TURILO : Claro, hay un dicho popular que dice: “el que nace chicharra, muere cantando”.

CHECHÉ : No entiendo… chicharrita…

PELUCO : O sea, que el que es hablador o mete puro boche, de esa forma se morirá.
¿No es así?

TURILO : Eso es, hay gente muy habladora y que nada hace.

CHECHÉ : Pero, no entiendo. ¡Chicha…rrones!

TURILO : Mira, mi chiquillita, la cosa es que como se creía que la cigarra o chicharra no hacía más que cantar, así se pensaba que hay hombres que no hacen más que hablar y nada más que eso.

MARÍA : Oiga, Turilo, en el patio de mi casa siempre escuchaba un chirriar que no paraba nunca. Pero, jamás lo veía. Yo buscaba y buscaba y nada.

SEBASTIÁN : (BURLÁNDOSE) ¿Todavía sigues buscando?

TURILO : Déjenla hablar.

MARÍA : Cauros lesos. Todos los días preguntaba a mi mamá: ¿cómo es? Y ¿por qué en ese tiempo cantaba?

CHECHË : ¿Qué te decía?

MARÍA : Me decía que cantaba porque la fruta estaba madurando.

PELUCO : Y tú creías, no es cierto.

SEBASTIÁN : La fruta está madurando. Y tu cabeza también.

TURILO : Ya dejen de pelear. Marita sólo ha contado lo que le han dicho. La gente en
el campo cree en esas cosas. No tienen por qué burlarse. En otra oportunidad hablaremos sobre los dichos populares y sobre las leyendas. No tienen por qué reírse.

MARÏA : Pero, si es cierto. Era en el tiempo de las cerezas.

TURILO : Calma, Marita. Ya hablaremos sobre eso.

PELUCO : Bueno, y ahora te diste vuelta la chaqueta. ¿No defendías tanto a la hormiga?

MARÏA : La hormiga nunca ha sido mala. Es harto trabajadora.

SEBASTIÄN : La cigarra también.

TURILO : Pero, cauritos chicos. No peleen. La culpa no la tiene ni la hormiga, ni la hormiga; sino, repito, los que escribieron sobre ellas.

CHECHË : El hisopo es el culpable.

TURILO : Esopo y todos aquellos que sin conocer a los animales los usaron en las
fábulas.

PELUCO : Entonces, son unos mentirosos.

SEBASTIÄN : Y ¿por qué mintieron?

MARÏA : Por que nunca se inclinaron sobre la tierra para observar a los animalitos.

TURILO : Ustedes tienen que saber que los fabulistas, nunca pensaron escribir para los niños.

PELUCO : Y entonces, ¿para quienes?

TURILO : Ellos solamente se expresaron como artistas, por medio de los animales. Algunos quisieron hacer una crítica social.

MARÏA : ¿Cómo es eso?

TURILO : Muy simple. Si uno de ellos quería criticar a un rey, por ejemplo, y no podía decir: “El rey es un zorro”, sencillamente, para que no lo colgaran, decía: “Había una vez, en alguna parte, un zorro que llegó a ser rey”

TODOS : ¡Ja, ja, ja! (RÍEN)

SEBASTIÄN : Así que si yo quiero decir algo de alguien, y para que ella no se dé cuenta,
puedo decir: “Había una vez, en alguna parte, etc., etc.”

PELUCO : ¡Puchas, que está bueno! Es re fácil, entonces escribir una fábula.

TURILO : La fórmula mágica para escribir una fábula es: “cuando los hombres callan, hablarán los animales”

CHECHË : Yo quiero escribir una “fárbula”.

TURILO : Bueno, pero cuidado con cometer los errores. Tienen que observar mucho primero, luego escribir.

CHECHË : Yo no se escribir.

MARÍA : Oiga, Turilo, por qué nosotros inventamos fábulas?

PELUCO : Buena, María.

TURILO : Es buena idea. Todos pueden escribir. Mi chiquillita puede contarnos una,
así no es necesario que la escriba.

MARÏA : A mí me gustaría ir al campo porque auí en la ciudad nosotros solamente los vemos animales embalsamados y vivos, que moverse y con vida.

SEBASTIÄN : Tiene razón la María.

PELUCO
: Buena, María.

TURILO : Tienes razón, Marita. Para escribir algo hay que conocer primero lo que se quiere trasladar al papel.

MARÏA : Nosotros leeríamos las que vienen llegando.

SEBASTIÄN : Pero, tienen que hacerlas solo, sin ayuda.

PELUCO : Claro, porque o si no se engañan a sí mismo.

CHECHË : Pero, mi muñeca no sabe escribir.

TURILO : Tú puedes hablar por tu muñeca.

CHECHÉ : A mí, se me olvidó cual es la fórmula mágica.

TURILO : No importa, mi chiquillita, ahora la repito y para todos; “Cuando los
hombres callan, hablarán los animales”.

CHECHÉ : Yo voy a escribir sobre las hormigas mejor.

TURILO : Claro que puedes hacerlo, porque de las hormigas hablaremos también en otra oportunidad.

PELUCO : Pero, ¿cuándo sabes escribir?

CHECHË : ¡Bah!, pero voy a aprender, ¿no es cierto Turilito?

TURILO : Sí, mi chiquillita. Pero, si no sabes aún, la dices con tus propias palabras.

CHECHË : Ya está. ¡La digo al tiro!

TURILO : ¿Qué? ¿Ya pensaste una fábula?

CHECHË : ¡No! Una poesía a las hormigas.

SEBASTIÁN : Pero, si de las hormigas vamos hablar para otra vez.

PELUCO : ¡Puchas, la caurita porfiada!

MARÌA : Déjenla, si ella quiere decirla. Ustedes no se metan.

TURILO : Ya, mi chiquillita. ¡Dígala!

CHECHÈ : Es bien bonita. Dice así: Las hormigas… ese es el título (RECITA)

Las negras hormigas
que van con sus cargas
de hojitas y migas
llenando el granero
se cuelan en largas
y negras hileras
por el agujero
del negro hormiguero
ligeras, ligeras…

Buscando otras cargas,
un poco después,
en filas muy largas,
ligeras, ligeras,
se van otra vez…

TURILO : Muy bonita, bravo, bravo (APLAUDE) Aprendan Peluco y Sebastián, la niña tan pequeña y ustedes no saben más que jugar y jugar. Esta poesía nos va servir cuando hablemos de las hormigas. Y Ustedes, no olviden: “Cuando los hombres callan, hablarán los animales”.


TELÓN
-o-o-o-


NOCHE DE SAN JUAN 
                              Manuel Gutiérrez Mieres


Personajes:
Sebastián
Peluco
María
Cheché
Turilo


PRIMERA ESCENA

En el kiosko


TURILO : (A VOCES) Peluco... ¿estás ahí?... Responde... ¿dónde estás...?

PELUCO : (DESDE LEJOS) Aquí, Turilo... (ACERCÁNDOSE) Ya, María... recítala otra vez... Pon atención, Sebastián... tratemos de aprenderla...

MARIA : (TRATANDO DE RECITAR SIN LOGRARLO EN FORMA
CORRECTA)

Porque es áspera y fea
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.

SEBASTIAN : Esa estrofa, yo, ya la sé...

PELUCO : (MOLESTO) A mí se me olvidan algunas partes... a ver... otra vez, María.

MARÍA : ¡Qué son cabezas duras!... no se las digo no más... me voy mejor... A mí no me:costó nada aprenderla...

SEBASTIÁN :¡Buena, cachiporra, oh!... no seas mala gente... recítala otra vez...

PELUCO : Si quieres te vas, caura matea... ¿crees que no podemos aprenderla solos

MARÍA : Háganlo... si pueden... chao, cabezones... (ASOMBRADA) Turilooo... ¿qué
te pasa que estás calladito? (PREOCUPADA) ¡cauros, cauros...!

PELUCO : (SE ACERCAN) Turilo... despierta. Estás mirando, pero... parece... que no
nos vieras.

SEBASTIAN : (PREOCUPADO) Despierta, Turilo

TURILO : (RECOBRÁNDOSE) ¡Ah, cauritos! Es verdad... tienen razón... estaba aquí
y a la vez no lo estaba.

SEBASTIÄN :¡Qué gracia!... ¿y eso es adivinanza?

TURILO : No, sebastián... no es adivinanza... Estaba pensando... al verlos a ustedes
estudiando esa poesía tan hermosa... ¿de quién es el poema?

MARIA : De Juana de Ibarbourou... es de nacionalidad uruguaya...

PELUCO : No te corras, Turilo... Dinos en qué pensabas.

TURILO : (EVOCANDO) En mi infancia... ¡ah!... En las relaciones que tienen a veces
las cosas y los hechos... Bueno, algún día les contaré... Tengo que...

TODOS : No, Turilo... Cuéntanos, ahora...

TURILO : Olvídenlo mejor... no tiene importancia...

MARÍA : Turilo, cuéntanos... por favor.

TURILO : Vamos a otra cosa mejor... ¡Fíjense en la coincidencia ésta!

TODOS : ¿Cuál?

TURILO : Ustedes estaban aprendiendo esa poesía... ¿cómo dijieron qye se llamaba?

MARIA : La Higuera

TURILO
: Eso es... la higuera... y bien, ¿a cómo estamos hoy?

SEBASTIAN : 23 de junio...

PELUCO : Hoy se celebra la noche de San Juan, Turilo.

TURILO : Eso es... Hoy  es  noche  de  tradiciones, de leyendas...

MARIA : ¡Oh! Las pruebas... las pruebas que se hacen en la noche de San Juan.

TURILO : Sí, María... El noche  de las pruebas... costumbres curiosas que perduran hasta nuestros tiempos... La verdad es que se han ido transmitiendo de generación en generación y sus causas se pierden en el tiempo. Pero, a ver cauritos... ¿conocen algunas ustedes?

MARIA : Yo, por ejemplo... Se echan unas gotas de tinta en papel. Se dobla éste y
aparecen figuras de cosas, animales o personas... ¿qué significado tienen, Turilo?

TURILO : Bueno, Marita... si al abrir el papel sale algo parecido a una iglesia quiere
decir que se vas a casar... Si hay varias siluetas de niños, es que vas a tener
tantos hijos... y así pues, de acuerdo a la imaginación de cada uno...

SEBASTIAN : Yo he escuchado la prueba de las papas... ¿cómo es eso, Turilo?

PELUCO : Esas tienen que ser puras papas, no más...

MARIA : Cállate, pesado... Cuenta, Turilo...

TURILO : Este Peluco... tan pelucón que es... Escuchen... se toman tres papas... una con cáscara, otra a medio pelar y la última pelada por completo.

SEBASTIÁN : Y en seguida se agarran y se las echa a la olla... (PELUCO CELEBRA)

MARIA : Vas a seguir, tú, también...

TURILO : Ya pues, cauritos... Sean más serios... dejen aprender a la Marita... Se tiran
debajo de la cama antes de las doce de la noche y en la meñana siguiente, sin mirar... se saca una sola papa...

SEBASTIAN : ¿Y dónde está la gracia?

TURILO : Veamos... Si tú, María, por ejemplo... sacas la papa con cáscara, significa que te vas a casar con una persona rica... Si sacas la a medio pelar, te vas a casar con uno mediano, ni rico ni pobre...

MARIA : ¿Y si saco la papa pelada?

PELUCO : Si sacas la papa pelada... te casas con un pelado... ¡Está claro! No es cierto,
Sebastián...

SEBASTIAN : Buena, Peluco, oh...

MARÍA : Pesados.. pesados... No ves, Turilo... cauros pesados...

TURILO : (RIE) No les hagas caso, Marita... si sacas la papa sin cáscaras, te casas con un pobre... Bueno, cauritos, los dejo... Esta noche voy a ir a saludar a mi compadre Juan.

SEBASTIAN : Cuenta otra prueba, Turilo...

TURILO : A ver... son las nueve de la noche... No, no, no, es muy tarde... y tú, Marita tienes que irte a tu casa... así que...

MARÍA ::Cuenta otra más, Turilo...

TURILO : Conocen la del espejo...

TODOS : No, no...

TURILO : Es así... se toma un lavatorio con agua y dentro de él se pone un espejo. Se
colocan dos velas encendidas una a cada lado del lavatorio. Esto tiene que estar en un cuarto oscuro y te sientas frente a todas esas cosas a esperar que lleguen las doce de la noche... Entonces dicen que ...

PELUCO : ¿Qué dicen ...?... ¿qué pasa?

TURILO : Pongan atención, cauritos... El que vela toda la noche y justo a las 12 al inclinarse para mirarse en el espejo dentro del lavatorio verá reflejarse su futuro...

MARIA : ¿Cómo, Turilo?

TURILO : Contemplará su existencia futura... si habrá vida o muerte... alegría o pena... felicidad o desgracia... y así pues ...

TODOS : ¡Qué encachao es...!

SEBASTIAN : Me tinca que da un poco de miedo, digo yo...

TURILO : Y así hay muchas pruebas, pero, sin embargo, la más hermosa es la que les voy a contar antes de ir a saludar a mi compadre.

SEBASTIAN : Peluco, te apuesto que también es a las 12 de la noche...

PELUCO : Nada de raro... Fíjense cauros que estas cuestiones son como los cuentos ...
siempre a las 12 de la noche y siempre son 3 cosas que pasan.

MARÍA : Pero, deja que cuente, Turilo.

TURILO : Tienen razón los cauros, Marita.. todo es como en los cuentos. Bueno, se las voy a contar. Ustedes saben que la higuera... esa del poema... no da flores, a pesar que ciertas personas alegan que de los dos frutos que da, uno de ellos es la flor. Pero, en fin, para el caso no importa. se los dejo,cauros,
como tarea de investigación.

PELUCO : Sí, Turilo, pero cuéntala...

TURILO : La leyenda dice que en la noche de San Juan y a las 12 en punto de la noche, esta higuera triste y fea florece como nunca ha florecido árbol alguno y sólo unos pocos predestinados pueden verlo.

PELUCO : Y nosotros podemos verlo, Turilo?.

SEBASTIAN : Claro Peluco a una cuadra de aquí hay una higuera. Vamos a verla, cauros.

MARIA : Podemos ir, Turilo?

TURILO : Ah!, no, cauritos... Si esos son cuentos, historias hermosas del pueblo...
Ahora, Marita, te vas para tu casa... y tú también, Sebastián... Peluco a acostarse, al tiro... pues voy a llegar tarde.

MARIA : Podemos quedarnos otro ratito,Turilo?. .. Lueguito nos vamos.

TURILO : Bueno, pero no mucho... Chao, cauros... (SE ALEJA)

SEGUNDA ESCENA

PELUCO : Oigan... escuchen... Turilo va a llegar tarde, ¿no es cirto?... Hagamos una
cosa...

SEBASTIAN Y
MARIA : ¿Qué...?

PELUCO : Esperemos las 12 y nos vamos a la higuera...

MARÍA : (INTERESADA) Sí, cómo saben si florece para nosotros?

SEBASTIAN : Yo me quedo contigo, Peluco... En mi casa saben que estoy contigo...

MARÍA : Yo me voy, pero vuelvo... De alguna manera vuelvo... Espérenme llegaré antes de las 12 (VASE).

TERCERA ESCENA

PELUCO : ¡Qué bién! Así seremos 3 ... (GRITANDO) Pero , no dejes de venir...

SEBASTIAN : Para qué le insistes tanto ... Podemos ir los dos no más...

PELUCO : Yo creo que tienen que ser tres.

SEBASTIAN : Peluco... ¿y qué vamos a hacer mientras tanto?... ¿Y la hora, cómo la vamos
a saber?

PELUCO : Con esto...

SEBASTIAN : ¿El reloj de Turilo!

PELUCO : Se le olvidó llevárselo y yo me quedé mudo... Mira son las 9 y media...

SEBASTIAN : Pero, ¿qué haremos?

PELUCO : Hagamos una prueba... ¿La del espejo!

SEBASTIAN : Estando contigo no me da miedo, Peluco.

PELUCO : Quién dijo miedo!. Trae ese lavatorio... échale agua... Pasa... Este espejito
lo metemos dentro... y listo...

SEBASTIAN : ¿Y las velas?

PELUCO : Aquí están... enciéndelas...

SEBASTIAN :Tenemos que apagar la luz... ¡Uy, qué está oscuro!

PELUCO : Ahora... esperemos...

SEBASTIAN : ¿Qué silencio hay!... ¿escuchas algo?

PELUCO : Nada ... hay que estar calladito... no despeguemos la vista del lavatorio.

SEBASTIAN : Sí , Peluco...

PELUCO : Sebastián.... oye, Sebastián... te estás quedando dormido....

SEBASTIAN : (DESPERTANDO) ¡Eh! Pasa algo... ¿Qué hora es?.

PELUCO : Son las once... Sigamos mirando... (SE QUEDAN DORMIDOS).

CUARTA ESCENA

MARIA : ¡Cauros, cauros... ! Mira Cheché, cómo duermen (RONQUIDOS). Capaz
que hagan un incendio con las velas...

CHECHÉ : ¡Qué son tontos! Si tienen sueño porque no se acuestan en la cama...

MARÍA : Peluco, Sebastián ... ¡Despierten!

PELUCO : ¡Eh! Nos quedamos dormidos, Sebastián..

CHECHÉ : Yo quiero ir a ver las flores de la higuera...

PELUCO : ¿Y para que trajiste a esta caurita chica?

MARIA : No pude venir sola... Se lo conté y me siguió...

CHECHE : Vamos a ver las flores...

SEBASTIAN : ¿Qué hora será?

PELUCO : ¡Oh! Se paró el reloj... No sabemos la hora.

SEBASTIAN : Y aqué hora salieron ustedes?

MARIA : No sé.

SEBASTIAN : A lo mejor nos pasamos de las 12...

CHECHE : Tengo sueño María (BOSTEZA).

MARIA : No te dije, Cheché... ¿Para qué viniste?

PELUCO : Que se acueste en mi cama... Total tenemos que ir sólo 3 personas...

CHECHE : No. Yo voy con ustedes... Ya no tengo sueño.

PELUCO : Pero si tienen que ser 3 ¡Uno de nosotros tienen que quedarse!

CHECHE : Quédate tú....

PELUCO : Puchas la caurita... Bueno vamos los cuatro... (SALEN).

QUINTA ESCENA

SEBASTIAN : Aquí es... Miren qué grande es la higuera...

CHECHE : ¿Y dónde están las flores?

PELUCO : Maria, díle a Cheché que se calle...

MARIA : (LA HACE CALLAR) Ahora tenemos que esperar... Sentémonos.

SEBASTIAN : ¿Qué hora será? A lo mejor nos pasamos de las doce...

PELUCO : Puchas, si es así tenemos que esperar hasta este otro año.

SEBASTIAN : ¡Chiiiis! Estémonos calladitos (SU VOZ DENOTA SUEÑO)

MARIA : Peluco, la Cheché se está quedando dormida...

PELUCO : ¡Quë bueno! Así quedamos 3 no más... ¿No es cierto, Sebastián?... (ESTE
NO CONTESTA) ¡Sebastián!, ¡Sebastián!... También se quedo dormido... Oye María... tengo sueño... (NO CONTESTA MARIA) María, María contesta... No debo quedarme dormido (BOSTEZANDO) Maríaaaa... (DUERMEN)

SEXTA ESCENA

CHECHE : ¡María!... Miren...

MARIA : ¡Oh!... eatá floreciendo! Peluco, Sebastián... ¡Florece para nosotros! ¡Florece para nosotros!.

PELUCO : ¡Qué lindo! Me siento feliz.

SEBASTIAN : Las flores.... miren las flores...

CHECHE : La higuera me mira.¡Se está riendo!
MARIA : Resplandece... Van cayendo como pétalos de nieve... Todo el árbol es una flor inmensa.

SÉPTIMA ESCENA

TURILO : (VOZ LEJANA) Curitos, curos,¿dónde están?... ¿dónde? (LOS
ENCUENTRA) ¡cauros despierten! ... ¡Qué locura están haciendo... Despierten...

PELUCO : Turilo, nos quedamos dormidos.

TURILO : Ya arriba, vamos... Esto me pasa por contarles cuentos... Oye, Peluco ¿has visto mi reloj?

PELUCO : Sí, aquí está.... ¡Cauros! Habia mirado mal. Ahora son las 12 en punto.

TURILO : ¡Qué! A ver... cauros lesos, no más... Ven... Miren... la higuera no floreció...

MARIA : Estás equivocado, Turilo.

TURILO : ¿Cómo es eso?

MARIA : La vimos florecer...

TODOS : Sí, sí, la vimos florecer.

TURILO : (RIENDO) Bueno, bueno... parece que todos soñamos lo mismo. Vamos...

PELUCO : No, Turilo... si no soñamos... la vimos... ¿No es cierto, Sebastián?

SEBASTIAN : La vimos con nuestros propios ojos...

TURILO : (SIN DEJAR DE REIR) Y tú, mi chiquillita, viste algo...

CHECHE : Sí, Turilo... Era muy lindo... (BOSTEZA) ¡llévame en brazos!

MARIA : Turilo... mientras vamos caminando, por qué no nos cuentas esa historia de tu infancia...

TURILO : ¡Cauritos chicos, no más!... Bien... En la vida de las personas hay siempre algo de su niñez de la que no se habla... Así, cuando ustedes sean grandes... jamás hablarán de lo que les sucedió en esta noche de San Juan... y a propósito, Marita, recítame esa poesía tan hermosa...

OCTAVA ESCENA

MARIA : (RECITANDO EN FORMA CORRECTA Y MUY EXPRESIVA)

Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¿que dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!

Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:
Hoy a mí me dijeron hermosa.


TELÓN 

-o-o-o-


CHILEDEPORTES                                                Manuel Gutiérrez Mieres

                                 Personajes: 
                                  Sebastián 
                                     Peluco 
                                      María 
                                    Cheché 
                                      Turilo

PELUCO Y SEBASTIAN ESCUCHAN UN PARTIDO DE FUTBOL ENTRE CHILE Y OTRO PAIS. CHILE PIERDE. TERMINA EL PARTIDO. MIENTRAS TURILO ARREGLA LOS DIARIOS Y REVISTA EN SU QUIOSCO.

PELUCO : ¡Puchas, Sebastián, la mala suerte! Perdimos por pura mala suerte, Mejor
apago esta cuestión.

SEBASTIÁN : Oye, Peluco, y estábamos jugando tan bien.

TURILO : No se apuren cauritos. Para otra vez será.

PELUCO : Pero, es que da rabia. Justo en el último minuto nos meten el gol.

SEBASTIÁN : Oye, Peluco, menos mal que jugamos bien. Si no es por el travesaño, ¿te
acuerdas?, es gol seguro.

TURILO : Qué sacan con que les dé rabia. En los deportes, cauritos, hay que saber
ganar y saber perder. Allí viene Marita y la Cheché.

PELUCO
: (MALHUMORADO) ¡Ya llegaron estas cauras! ¡Ven para acá, Sebastián!

SEBASTIÁN : Cauras catetes y más encima entrometidas.

MARÍA : (CONTENTA) ¡Hola, Turilo! (TURILO RESPONDE) ¡Hola cauros! (SILENCIO) ¡Hola!, les dije (SILENCIO) ¡Bah!, les comieron la lengua los ratones que no quieren hablar.

CHECHÉ : ¡Qué bueno, que no tengan lengua!, porque harto larga que la tenían.

TURILO : Están apenados por el partido de Chile. (SALE)

MARÍA : Y por eso tanto silencio. Se van a morir por eso. ¡Son más!

PELUCO : (ENOJADO) ¡Cállate, caura!. ¡Ándate para tu casa mejor!

MARÍA : Y ¿quién eres tú para darme órdenes?
SEBASTIÁN : Oye, Peluco, para qué les habla. ¡Déjalas! ¡Son como loras!

MARÍA : (ENOJADA) Por un partido de fútbol, casi se mueren (RÍE) TURILO :
¡Calma, calma, cauritos! ¡Ven Cheché a ver una revista nueva.

PELUCO : Tienes razón, Sebastián. Ésta no entiende nada de deportes. Es como
hablarle a las piedras.

SEBASTIÁN : Claro, Peluco, ¡qué van a saber de deportes!

MARÍA : Ustedes saben mucho, tal vez.

PELUCO : Nosotros vamos al estadio los domingos. ¿No es cierto, Sebastián?

SEBASTIÁN : Claro, Peluco. Conocemos a todos los jugadores.

PELUCO : Mientras que tú, sólo vienes al quiosco a leer revistas gratis. Has deportes,
mejor.

SEBASTIÁN : ¡Buena, Peluco! ¡Oye, caura! Apréndenos a nosotros.

MARÍA : ¿Qué voy aprender de ustedes? No me hagan reir (RÍE. PELUCO Y
SEBASTIÁN AVANZAN MUY ENOJADOS )

TURILO : ((APARECIENDO) Ya, ya, calma. ¡Calma, dije! Vamos, ¿por qué
discuten? A ver, Marita.

MARÍA : Es que estos cauros dicen que yo no hago deportes. Mientras que ellos sí,
porque van al estadio los días domingo.

PELUCO : Claro, pues. Todas las semanas. ¿No es cierto, Sebastián?

SEBASTIÁN : Sí, Peluco. ¡Hacemos harto deporte!

TURILO : (RIENDO) ¿Por qué pelean? Vamos aclarando. Los hombres dicen hacer
deporte todos los días domingo cuando van al estadio, ¿no es cierto?

NIÑOS : Sí, sí.

MARÍA : (BURLONA) Turilo, se puede llamar a eso de ir a ver un partido, ¿hacer
deporte?

PELUCO : y, ¿por qué no?

SEBASTIÁN : Claro, con Peluco conocemos todos los jugadores de los equipos de aquí.

MARÍA : Eso, no es hacer deporte. Punto.

PELUCO : ¿Qué es, entonces, caura?

SEBASTIÁN : Lo que pasa es que tienen envidia de mi y de Peluco.

MARÍA : ¿Envidia? (DESPRECIATIVA) Porque miran un partido creen que hacen
deporte.

TURILO : Marita, tiene razón. Para hacer deporte hay que practicarlo.

PELUCO : Bueno, yo y Sebastián jugamos harto a la pelota.

SEBASTIAN : Todas las tardes.

TURILO : Bien, bien, eso está bien.

MARÍA : Eso de jugar al fútbol no es sólo hacer deporte.

CHECHÉ : Yo no comprendo como puede haber gente grande dándole de puntapié a la
pelota. ¿Por qué?

TURILO : Mira Cheché. Ese es un deporte y así hay que hacerlo.

CHECHÉ : Yo prefiero jugar al Te-pe-tepe-té con una pelota.

MARÍA : Cheché, tiene razón. ¿Ustedes creen que no hay más deportes?

PELUCO : A mí me gusta el fútbol. Cuando grande seré futbolista.

SEBASTIÁN : Yo tambié,, igual que Peluco.

TURILO : Ustedes pueden jugar al fútbol si ese es el deporte que les gusta; pero, no deben olvidar que existen otros.

CHECHÉ : ¿Cuáles, Turilo?

TURILO : El básquetbol, el voleibol, la natación, el atletismo, la gimnasia, etc.

CHECHÉ : ¿Y para qué tantos, Turilo?

TURILO : Porque actualmente son muy pocos los que practican deportes.

PELUCO : ¿Y eso qué?

TURILO : Mira, Peluco, ¿tú no estabas tan apenado por el resultado del partido?

PELUCO : Todavía me da rabia.

SEBASTI ÁN : A mí también. Pensar que jugando tan bien, perdimos.

TURILO : Bueno, una de las causas de esas derrotas tan frecuentes es porque en Chile, son muy pocos los que hacen deportes.

PELUCO : Pocos, pero buenos, ¿no es cierto, Sebastián?

SEBASTIÁN : Claro, Peluco. Jugamos rebien y perdimos.

MARÍA : Tiene razón, Turilo, cauros. No sacamos nada con lamentarnos con esas
derrotas que son cada vez más seguidas.

TURILO : Esso es. Basta de lamentos, cauritos. Si queremos verdaderamente que
nuestro país alcance verdaderos triunfos, hay que hacer algo más sencillo.

PELUCO : ¿Qué cosa, Turilo. ¡Dilo!

TURILO : No es idea mía, sino preocupación del gobierno a través del organismo llamado CHILEDEPORTES.

SEBASTIÁN : ¿Y qué es eso, Turilo?

TURILO : Escucha, Sebastián. Es el organismo máximo del deporte chileno.

MARÍA : Sí, ¿pero qué hace? O ¿Qué piensa hacer para mejorar los deportes?

TURILO : Sencillamente, permitir que todos los niños hagan deportes, sobre todo esos
que nombré.

CHECHÉ : ¿Cuáles? A mi se me olvidaron.

PELUCO : El fútbol, caurita.

MARÍA : También el básquetbol y el atletismo, Cheché.

SEBASTIÁN : Turilo, dijo que también el voleibol y la natación.

TURILO : Bien, cauritos, pero falta uno muy importante: la gimnasia.

CHECHÉ : Pero, esos no son para mi. Yo no alcanzo a tirar la pelota al arco. Prefiero
jugar al luche y al te-pe-tepe-té.

TURILO : Los deportes que yo nombré se harán solamente con niños de 10 años para
arriba. Para los más chicos, como mi chiquillita, habrán algunos especiales.

PELUCO : Y todos los niños tendrán que practicar esos deportes. A mi me gusta el
fútbol.

TURILO : No es una obligación practicarlos todos. Sólo que cada niño elegirá el que
más le guste.

MARÍA : Yo elegiré el atletismo. Me gusta correr, saltar.

PELUCO : Bueno, empieza al tiro a correr. Así te vas ligerito (RÍE)

MARÍA : Cauro, pesado.

SEBASTIÁN : Oye, María, ¿por qué no practica el trencito, ya que te gusta tanto correr?

MARÍA : (MUY INTERESADA) ¡Cuál es ese deporte, Sebastián. A ver, dímelo. A lo mejor me gusta.

SEBASTIÁN : Es muy sencillo. Escucha. Yo piteo y tú te vas corriendo (RÍE)

MARÍA : Cauro! Mira, Turilo que son molestosos. No se puede hablar en serio con
ellos.

TURILO : Son bromas, Marita (SERIO) Ya basta cauritos. Yo les estaba diciendo que
CHILEDEPORTES. ..

CHECHÉ : No, eso no lo habías dicho. ¿Qué es eso?

MARÍA : Si lo dijo. Es el organismo creado por el gobierno .

CHECHÉ : Pero, Turilo, dijo otra cosa. ¿Cómo fue , Turilo?

TURILO : Marita tiene razón. Es lo mismo que CHILEDEPORTES. Lean los diarios

CHECHÉ : Yo no se leer un diario?

PELUCO : Puchas, esta caurita no sabe nada. Todo hay que explicárselo.

SEBASTIÁN : Oye, Peluco, ya está bueno que aprenda a leer esta caurita.

PELUCO : Sí, sí, ya estaría bueno.

TURILO : Déjenla. Ya aprenderá. Además tiene derecho a preguntar lo que no sabe.

MARÍA : Turilo, estos cauros, se creen sabios.

TURILO : CHILEDEPORTES se preocupa que todos los niños de Chile hagan deportes, ¿no es cierto?

PELUCO : Eso es, porque así todos tendrán un cuerpo sano y fuerte.

SEBASTIÁN : Oye, Turilo, tú nombraste la gimnasia. Esa cuestión es reaburrida. En la
escuela, cuando nos hacían gimnasia, todos los cauros no hallábamos la hora que nos pasaran una pelota para patear mejor.

TURILO : Cometían un error al despreciar la gimnasia. Escuchen todos: la gimnasia es muy importante. Ustedes deben saber que cuando yo tenía la edad de ustedes, estuve enfermo de la columna vertebral y al ir al doctor, éste no me dio remedios, sino ejercicios. Y así me mejoré.

MARÍA : ¿Con puros ejercicios?

TURILO : Sí, Marita. Con pura gimnasia correctiva; o sea, gimnasia que mejora los
defectos físicos. Otra cosa, hay personas que tienen pie plano.

SEBASTIÁN : Yo conozco uno. A ver ¿qué pasa , Turilo?

TURILO : El pie plano es un defecto que puede afectar la vida entera de una persona.

PELUCO : ¿Por qué, Turilo?

TURILO : Porque no pueden correr. Secansan con facilidad. Entonces los médicos dan ejercicios especiales para corregir el defecto.

SEBASTIÁN : Tienes razón, Turilo. Ahora sé la importancia de la gimnasia.

TURILO : Aún más, la gimnasia sirve para desarrollar los músculos, la belleza del
cuerpo.

MARÍA : Por eso las bailarinas de ballets tienen bonito cuerpo. Voy a practicar mucho la gimnasia (EMPIEZA A HACER EJERCICIOS SE OYEN LOS NÚMEROS AL DECIRLO EN VOZ ALTA)

CHECHÉ : Yo también. Eso me gustó. Uno, dos y tres. Arriba, abajo.

PELUCO : Miren las cauras, son ,más.

TURILO : Peluco, eso no está bien. Debes saber que en otros países todas las personas
adultas, jóvenes y niños hacen gimnasia. Así es que está bien que ellas empiecen desde ya.

CHECHÉ : Yo también hago deporte. Mira, Turilo.

TURILO : Eso es mi chiquillita. La campaña del deporte para todos se llama: YO TAMBIÉN HAGO DEPORTE.

PELUCO : Oye, Turilo. ¿Sabes lo que haré desde ahora mismo?

TURILO : ¿Qué, Peluco?

PELUCO : Harta gimnasia. Eso me ayudará para el fútbol, ¿no es cierto, Sebastián?

SEBASTIÁN : Claro, Peluco. Yo también haré gimnasia. Entonces podremos correr más,
porque tendremos más resistencia y así meteremos muchos goles (SE OYE MOVIMIENTOS DE LOS EJERCICIOS CON LAS CUENTAS QUE LLEVAN)

TURILO : Eso me gusta. No deben olvidar que el objetivo de esta campaña es que todos hagan deportes.

MARÍA : (UN POCO AGITADA CON LOS EJERCICIOS) Oye, Turilo, así ocuparemos nuestro tiempo libre sanamente.

SEBASTIÁN : Claro, María. No como esos cauros que se lo pasan en las esquinas con las manos en los bolsillos (SIGUE HACIENDO EJERCICIOS)

PELUCO : Esos, Sebastián, parecen que estuvieran siempre cansados y enfermos.

TURILO : Tienen razón, cauritos. Hay tanta juventud que se lo pasa parada o sentada
en los autos aquí en Concepción Ahí frente a la plaza. No hacen nada. Dan pena, palabra.

CHECHÉ : (CANSADA) Oye, Turilo, por qué no cierras el quiosco y haces deporte
con nosotros.

MARÍA : Eso es, Cheché. Ya, Turilo. Ven a dirigirnos.

SEBASTIÁN : Claro, ven Turilo. Necesitamos un profesor (TURILO EMPIEZA A
CERRAR EL QUIOSCO)

PELUCO : Eso me gustó. Vamos al parque Ecuador. Allá hay hartos árboles y respiraremos aire puro.

TODOS : Ya vamos. ¡Viva el deporte! ¡Viva, Turilo!

TURILO : FORMARRR De frente MARRRR Quierrrr, dos, tres, cuatro ABANDONAN EL ESCENARIOMARCHANDO) 


                        TELÓN 
                         -o-o-o-



                        PERDIDOS EN EL BOSQUE 
                           Manuel Gutiérrez Mieres

                      Personajes:
                       Sebastián
                         Peluco
                          María
                        Cheché
                          Turilo


PRIMERA ESCENA

SEBASTIÁN :
(TRAMANDO ALGO EN SECRETO) Claro, pues, Peluco... Acuérdate
que este es el tiempo... Lluvia y sol... eso es todo...

PELUCO : (IDEM) Eso, es Sebastián... lluvia y sol, además del bosque... ¡Tendremos el negocio listo... ¡oye!... tengo patentita en la cabeza la materia que nos pasaron en la Escuela.

SEBASTIÁN
: (CON CIERTO TEMOR) Hay que tener cuidado en una cosa, Peluco...

PELUCO : ¿Cuál es?

SEBASTIÁN : Acuérdate bien, que la profe nos enseñó que habían algunas que podían
comerse y otras eran venenosas... ¿cómo arreglamos eso?

PELUCO : No importa... llevemos unas bolsas y las echamos a todas. Después Turilo
nos dice cuales son las que sirven...

SEBASTIÁN : (PREOCUPADO) Hay otra cosa, Peluco...

PELUCO : (MOLESTO) Córtala, pues... ¿qué es?

SEBASTIÁN : El sol no calienta mucho... si lo dejamos para este otro mes...?

PELUCO : Estás más leso... las sacamos como sea... y así nadie se nos adelanta.

SEBASTIÁN : Tienes razón... para tener buena venta tenemos que ser los primeros.

PELUCO : (APRESURADAMENTE) ¡Achi!, ¡achi...! ¡qué viene, Turilo!

SEGUNDA ESCENA

TURILO : ¡Miren los perlas que están tramando ahí! ¡Nada bueno será creo yo!

PELUCO : (TITUBEANDO) Es que... estamos repasando para la escuela...

SEBASTIÁN : Tenemos una prueba esta tarde de Ciencias Naturales...

TURILO : (CONVENCIDO) Eso está muy bien, cauritos... muy bien... así los quiero ver siempre... A propósito, Peluco... A la salida de clases pasa a buscar unas revistas para la venta mañana...

PELUCO : Oye, Turilo... ¿no puedo ir a buscarlas mañana temprano?

TURILO : ¿Y por qué no en la tarde?

SEBASTIÁN : Yo te acompaño, mañana, Peluco... Es que ahora estamos de semaneros y
tenemos que quedarnos a barrer...

TURILO : No, cauritos... dije esta tarde... así que don Peluco me las trae a la salida de la escuela... ¿oyó...? (SE ALEJA)

TERCERA ESCENA

SEBASTIÁN : Nos fregó Turilo... vamos a tener que dejarlo para otra vez.

PELUCO : ¡Cómo se te ocurre! Hoy día no vamos a la escuela. Hacemos la chancha...

SEBASTIÁN : Si, ¿pero las revistas...?

PELUCO : Le decimos que estaba cerrado o cualquier cosa que se nos ocurra.

SEBASTIÁN : (TITUBEANDO) Peluco, yo no iría...
PELUCO : ¡Pero, Sebastián!... después de almuerzo nos vamos a la escuela pero no
llegamos... doblamos hacia el bosque... ¡Vamos el bosque es nuestro...!

SEBASTIÁN : (A MEDIO CONVENCER) ¡Bueno, Peluco... vamos!

CUARTA ESCENA

PELUCO : ¡Ya está! ahora doblamos por esta calle, Sebastián... ¿llevas tu bolsa?

SEBASTIÁN : (CON MIEDO) Sí, Peluco... ¡Vamos a clases más mejor! Yo creo que esto no está bien...

PELUCO : (IMPERIOSO) Estás tonto... ¿eres mi amigo o no?

SEBASTIÁN : Sí, pero...

PELUCO : Nada de peros... vamos o no vamos...

SEBASTIÁN : Bueno, vamos... (SE OYEN PASOS) ¡Mira... allí! ¡Ahí vienen esas dos! Escondámonos (SE ESCONDEN A MEDIAS)

QUINTA ESCENA

MARÍA : (APARECIENDO) ¿Y por qué se esconden... acaso nos tienen miedo?

CHECHÉ : (BURLONA) Peluco y Sebastián, tienen miedo... son unos cobardes...

PELUCO : (MOLESTO) Ya, cauras pesadas... vayan a la escuela mejor...

SEBASTIÁN : Van a llegar atrasadas las dos...

MARÍA : (SOSPECHANDO) ¿y ustedes? ¿acaso no tienen que ir también?

SEBASTIÁN : No... nosotros no...

PELUCO : Tenemos que hacer otra cosa más importante...

CHECHÉ : ¿Y para qué llevan esas bolsas?

MARÍA : A ver, ¿para qué llevan esas bolsas?

SEBASTIÁN : Y a ustedes qué les importa, intrusas... ¡Váyanse a la escuela que van a
llegar atrasadas...!

MARÍA : ¿Y ustedes no van?... Si no me dicen los voy a acusar a la profesora.

CHECHÉ : Yo les voy a acusar a Turilo...

SEBASTIÁN : Peluco, ¿qué hacemos, oh? Estas cauras nos van a acusar... ¿Se lo decimos?

PELUCO : (TITUBEANDO) Bueno... Se los vamos a decir, pero tienen que morir en la rueda ... ¿entendieron?

MARÍA :... Claro, a ver... ¿para dónde van?

PELUCO : Vamos al bosque... a buscar callampas... las echamos en esta bolsa, después las secamos al sol y las vendemos... ¡Vamos a ganar harta plata...!

MARÍA : Yo también voy...

CHECHÉ : Y yo.

MARÍA : Tú no, Cheché. tú te vas a la escuela y a la tarde te paso a buscar.

CHECHÉ : No... yo también voy. ¡Llévame, Peluco!, si no te acuso a Turilo.

SEBASTIÁN : Ustedes no pueden ir... en el bosque dicen que andan leones...

PELUCO : Claro... y se comen a las NIÑAS...

MARÍA : Buena, oh... así que a los NIÑOS los dejan para muestra...

CHECHÉ : Yo quiero ir a buscar leones... yo voy si no te acuso a Turilo...

MARÍA : Vamos todos al bosque o... todos a la escuela... elijan...

SEBASTIÁN : ¿Qué hacemos Peluco?

PELUCO : ¡Cauras pegotas, no más! Bueno... nos servirán para recoger las callampas más rápido...

CHECHÉ : ¡Vivaaaa!... Yo me voy a traer un leoncito chiquitito...

SEBASTIÁN : Entonces... vamos antes que nos pillen...

TODOS : Sí, sí... vamos....

SEXTA ESCENA

MARÍA : ¡ Cheché...! Búscalos por ese lado...

CHECHÉ : Por aquí no están...

MARÍA : Peluco, Sebastián... ¿dónde están?... ya, aparezcan, carnazas...

SEBASTIÁN : (GRITANDO A LO LEJOS) ¿Se dan por vencidas...?

PELUCO : (GRITANDO A LO LEJOS) Les vamos a contar hasta diez... Si no las dejaremos para siempre en el bosque (CUENTA-SEBASTIÁN RÍE) 1...2...3... ...

MARÍA : No... tenemos que encontrarlos, Cheché... Bueno, nos damos por vencidas...

PELUCO : Aquí estamos... cauras aturdidas, no nos pudieron encontrar...

SEBASTIÁN : Ahora les toca esconderse a ustedes...

MARÍA : Ya, no... Ya se está haciendo tarde... mejor recojamos las callampas... pero, no veo ninguna por aquí...

PELUCO : Claro, tenemos que adentrarnos más en el bosque... Más allá tiene que haber...

MARÍA : Pero, Peluco... hemos caminado harto... ¿No nos vamos a perder?

PELUCO : Escuchaste, Sebastián... ¡mujeres al fin!... si nosotros nos sabemos bien el camino, no teman...

SEBASTIÁN : Tiene razón la María... mejor regresemos...

PELUCO : ¡Ahora sí!... Eres hombre o mujer...

SEBASTIÁN : Yo te decía no más... Vamos a buscar las callampas...

CHECHÉ : Yo quiero encontrar mi leoncito... ¿Dónde está mi leoncito?

MARÍA : (CON MIEDO) Cauros, ¿es verdad que en los bosques hay leones?... vámonos mejor...

PELUCO : ¡Qué leones ni ocho cuartos! Vamos a trabajar...

SEBASTIÁN : Me tinca que en ese bajo tiene que haber callampas... Vamos... (SALEN)

SÉPTIMA ESCENA

CHECHÉ : ¡María... Peluco... Sebastián...! Miren lo que encontré allá arriba... ¡Qué lindo! Es mío, es mío... ¡Sácalo, María!

MARÍA : Es un copihue rojo...

SEBASTIÁN : Miren... allá hay más... ¡Tenemos copihues rojos!

PELUCO : Bravo. ¡Ahora sí! Dejemos las callampas a un lado cauros... Podemos juntar hartos copihues rojos y los vendemos...

TODOS : Claro... además no hay callampas...

MARÍA : Cheché... toma, anda juntándolos... nosotros los vamos a sacar ¡Qué cosa más linda! Le llevaré un ramo a mi profesora...

PELUCO : Y yo a Turilo...

SEBASTIÁN : Tenemos que sacarlos todos... ¡Peluco!, mira que rico... es dulcecito...

PELUCO : A ver... claro... es dulce... toma, María...

CHECHÉ : A mí también... ¡es rico!... dulcecito...

MARÍA : (CHUPANDO) Este es el fruto del copihue... ¡No sabía que se podía comer! Saquemos más, chiquillos...

CHECHÉ : Peluco... ¿cuándo vamos a encontrar a los leones?

SEBASTIÁN : (RIENDO LO MISMO PELUCO) Ya aparecerán... Son así... grandazos...

MARÍA : ¡No sean malos...! ¿para qué meten miedo?

PELUCO : La María tiene miedo... ahaah...

MARÍA : ¿Miedo yo?... (INQUIETA) Miren, ¿no se han dado cuenta?... se está poniendo oscuro...

SEBASTIÁN : Sí, de veras... Está oscureciendo, Peluco... Vamos... tú sabes el camino de vuelta...

PELUCO : Claro... ¿y tú no lo sabes?

SEBASTIÁN : Lo sabía... ahora no...

PELUCO : Bueno, vamos por aquí... pero llevemos los copihues...

MARÍA : Miren... ya está casi oscuro... Regresemos al tiro... Ven Cheché... dejemos
los copihues...

CHECHÉ : (CON MIEDO) Yo quiero irme a mi casa...

PELUCO : ¡Cómo vamos a dejar los copihues! ya, Sebastián, échalos a la bolsa.

SEBASTIÁN : (CON MIEDO) No, yo quiero irme...

PELUCO : Bueno, vamos... por aquí está el camino... vamos...

CHECHÉ : (LLORIQUEANDO) Yo quiero irme a mi casa (CHECHÉ SIN QUE LOS DEMÁS SE DEN CUENTA SE QUEDA SOLA)

OCTAVA ESCENA

MARÍA : ¡Dios mío!, ya está oscuro... ¿Por dónde vamos, Peluco?

PELUCO : (INSEGURO) Creo que hay que caminar por este lado...

SEBASTIÁN : (CON MIEDO) No se ve nada, Peluquito...¿y si hay leones en el bosque...?

PELUCO : No sé, no sé... no encuentro el camino... ¡Ay, si estuviera Turilo!

MARÍA : Pero tú sabías el camino, dijiste...

PELUCO : De noche me perdí... María tengo miedo... Ponte tú delante...

SEBASTIÁN : (CON MUCHO MIEDO) Peluco, dame la mano... no veo nada....

MARÍA : Síganme... dame la mano, Peluco...

PELUCO : (CON MUCHO MIEDO) Sí Maríiita...

MARÍA : Miren... arriba... la luna está alumbrando...

SEBASTIÁN : (GRITANDO) Ay, ay, ay... ¡alguien me está agarrando del cuello, socorro!

MARÍA : Si es una rama, tontón...

PELUCO : María... el bosque se llena de sombras...

SEBASTIÁN : (SIEMPRE MIEDOSO) ¡Parecen hombres malos! ¡Nos van a matar...!

MARÍA : Ven Cheché, dame la mano, Cheché... Sebastián... pásame a la Cheché.

SEBASTIÁN
: ¡Yo no llevo a la Cheché...!


MARÍA : Si tú tienes que llevarla... te la pasé a ti...

SEBASTIÁN : A mí no...

MARÍA : (ASUSTADA) ¡Mi hermanita! ¿Dónde está mi hermanita? (LLAMA)
¡Cheché, Cheché!

TODOS : (LLAMANDO) ¡Cheché, Chechéeee...!

MARÍA : (LLORIQUEANDO) ¡Mi hermanita linda! Perdí a mi hermanita linda!
Peluco, Sebastián, ¿qué haremos?

SEBASTIÁN : Peluco, yo te decía que lo dejáramos para otra vez...

PELUCO : (ALARMADO) ¡Estamos perdidos en el bosque! ¡Turilo, Turilooo, ven a buscarnos...!

TODOS : ¡Cheché! ¡Chechéeeeeé! ¿Dónde estás? ¡Turilo! ¡Turilooooo, ven a buscarnos!

NOVENA ESCENA

TURILO : (EN BUSCA DE LOS NIÑOS PERDIDOS) ¡Peluco, Sebastián! Pelucoooo, cauros malcriados... esto no más tenía que pasar... miren que faltar a la escuela... Por eso el perla no quería ir a buscar las revistas... (LLAMA) menos mal que uno de sus compañeros me notició... ¡Cauros flojos! A buscar callampas los perlas... ¡ah Peluco, la paliza cuando te encuentre no te la despinta nadie... (LLAMA) Menos mal que traje esta linterna.. ¿Y eso qué es? ¡una bolsa! y copihues botados! Por aquí tiene que haber pasado... además andan con Marita la Cheché ¡pobre mi chiquillita linda! ¡Cómo estará de asustada!... ¡ah, Peluco! cuando te encuentre... ¡Peluco, Marita, Sebastián... mi chiquillita... ¿dónde están...? Con tal que no se metan en lo profundo del bosque... Pueden caminar toda la noche y no salen... ¡Eh, chiquillos! ¡Ehhhh...! ¿y eso qué es? ¡Parece un bultito...! ¡Gran Dios!...
Esto no tiene nombre... parece que está dormida... ¡Ah, Peluco, cuando te
encuentre... (SALE CON CHECHÉ EN BRAZOS)

DÉCIMA ESCENA

MARÍA : (APARECIENDO CON LOS DEMÁS) ¿Dónde está mi hermanita?
(LLORIQUEANDO) Cheché linda, ¿dónde estás?

SEBASTIÁN : Esos ruidos, Peluco, María... el bosque se llena de ruido en la noche...

PELUCO : (PRONTO AL LLANTO AL IGUAL QUE SEBASTIÁN) No me sueltes la mano, María... Miren que todo se mueve... ¡Turilo, ven Turilo... por favor...!

MARÍA : Estoy cansada... no puedo más... ¡Ay qué es esto...! es la bolsa y los copihues...

PELUCO : Hemos dado vueltas y vueltas... ahora estamos aquí mismo...

SEBASTIÁN : (ALARMADO) Miren allá... algo se mueve...

PELUCO : (ALARMADO) Se mueve... viene hacia acá... es el diablo... ¡mamita mía...!

MARÍA : (ALARMADA) No, no... por favor... ¡Mamá, mamááááá! (LLORA) (TODOS SE ABRAZAN ASUSTADOS) (RUIDO DE PASOS)
UNDÉCIMA ESCENA

TURILO : ¡Al fin los encontré!

TODOS : ¡Turiloooo!

PELUCO : (RECOBRÁNDOSE) ¡Turilo...! ¡Estamos salvados, Sebastián!

MARÍA : (AÚN CON LLANTO) La Cheché... Turilo, la Cheché...

TURILO
: ¡Aquí la tengo envuelta...! La encontré dormida... ¡Pobrecita...!


MARÍA : ¡Hermanita...!

PELUCO : ¡Viva Turiloooo!

TURILO : ¡Chisst! callados... no la despierten... está profundamente dormida... En la casa hablamos, cauros...

DUODÉCIMA ESCENA

TURILO : Bien, ahora estamos en casa... Vengan para acá cauros... Exijo una explicación...

PELUCO : Turilo... estamos arrepentidos... pensábamos...

TURILO : Sé que están arrepentidos... Hay mucho de que arrepentirse... Procedieron
muy mal... Primero faltaron a clases... Segundo me mintieron y tercero, lo más grave, llevaron a esas pobres niñas...

SEBASTIÁN : Es que, Turilo... nosotros no queríamos que fueran, pero insistieron y no
hubo caso que se volvieran... son más...

TURILO : La culpa es de ustedes y de ti, Peluco, es especial... A ver... para qué querían buscar callampas... además esta no es la época...

SEBASTIÁN : No te decía yo, Peluco...

PELUCO : Claro, por eso no encontramos nada... Pero encontramos copihues y el ramo más bonito iba a ser para ti, Turilo...

TURILO : Gracias, cauritos... pero, díganme... para qué querían ganar plata... acaso les falta algo...

PELUCO : Es que...

SEBASTIÁN : Dile, Peluco...

PELUCO : Es que, Turilo, queríamos tener plata, harta plata para hacerte un regalo para tu cumpleaños... ¿no es cierto, Sebastián? (ESTE CONTESTA AFIRMATIVAMENTE)

TURILO : ¡Qué! Así que yo fui el motivo...

PELUCO : ¿Estás enojado, Turilo...?

TURILO : ¡S, muy enojado! Este... no tanto ya... Gracias cauritos chicos... pero, prométanme que nunca más me mentirán...

LOS DOS : Sí, Turilo... Prometido...

TURILO : Eso es... así está bien... por ahora te escapaste, Peluco... y tú también Sebastián...

MARÍA : (APARECIENDO) ¡Turilo, Turilo!, la Cheché despertó...

TURILO : ¡Ah! qué bien... Vamos a ver a mi chiquillita...

PELUCO : Cheché... Cheché... este... perdóname...

SEBASTIÁN : Sí, Cheché... te hicimos pasar mucho susto...

MARÍA : Despierta, hermanita...

CHECHÉ : ¡Hola Turilo...! yo cuando tengo sueño me pongo a dormir... Pero tengo una pena grande...

TURILO : ¿Por qué, mi chiquillita...?

CHECHÉ : Porque no pude encontrar mi leoncito chiquitito... (RISAS).


                           TELÓN

                BOMBA ATÓMICA
                     


Personajes:

Sebastián

Peluco

María

Cheché

Turilo

 

PELUCO Y SEBASTIÁN SENTADOS FRENTE AL QUIOSCO LEEN REVISTA

 

PELUCO        : Puchas que estoy aburrido... Ya me aburrí de leer revistas...todas la misma cuestión, ¿no es cierto, Sebastián?

 

SEBASTIAN : Claro, Peluco...Mira ésta.. ésta, la del Pato... Oye. Peluco, este Pato siempre sale perdiendo...no ve una...

 

PELUCO        : Mira, Sebastián, aquí está otra vez el mismo Pato (APARECE CHECHE)

 

CHECHÉ        :Hola, cauros... ¿qué están viendo?, Déjenme mirar a mi también ¿quieren?

 

SEBASTIAN : No queremos, oíste... córrete... ándate con tu hermana...

 

PELUCO        : Eso es, Sebastián.. ya caurita.. àndate... y ¿cómo que no está aquí tu hermana, la María? ... ¡Milagro...!

 

CHECHÉ        : Se quedó en la casa... ya viene... déjenme mirar...

 

SEBASTIAN : ¿Y por qué no miras otra?, a ver... ¿tiene que ser ésta? no más.

 

CHECHÉ        : Yo quiero ver esa... pásenmela... (LA QUITA)

 

PELUCO        : Entrégala, caurita..entrégala, más mejor...

 

TURILO          : Peluco!....deja a mi chiquillita... después la leen ustedes.

 

SEBASTIAN : Oye, Turilo, esa caurita ...llega y quita la revista... no sabe ni leer siquiera..

 

PELUCO        : La caura hace lo que quiere... y Turilo la protege..

 

TURILO          : Miren, Cauritos... la Cheché es más pequeña que ustedes... es una niña y ustedes. Deben saber que, ante todo, más vale una sonrisa de un niño,

que....

 

PELUCO        : Claro, sácatela no más... le tienes barra... ¿no es cierto, Sebastián?

 

SEBASTIAN : Claro, Peluco... y lo que es peor es que la caurita se cree...


TURILO          : (RIENDO) Ya, ya,. vengan... vayan a escuchar  la radio un rato (CHECHE HACE BURLAS).

 

PELUCO        : DESGANADO)Bueno,¡Vamos, Sebastián...

 

TURILO          : Ahora, mi chiquillita, debes aprender a pedir las cosas... ¡no te olvides!

 

CHECHÉ        : Bueno, Turilo... para otra vez se las pido (SINTONIA DE UN PROGRAMA DE RADIO). ¡Turilito, mira...!              

 

TURILO          : ¿Qué, mi chillita..?

 

CHECHÉ        :Mira, mira! ¡este pato de la revista..!.

 

TURILO          : Sí, es el Pato....pero qué hay...¿qué tiene?....

 

CHECHÉ        : Pero, que no ves que está comiendo...?

 

TURILO          : (RIENDO) Sí, si, lo veo... pero, qué tiene eso...

 

CHECHÉ        : Es que está comiendo... ¡pato!... (TURILO RIE) No te rías, Turilo...

 

TURILO          : (SIEMPRE RIENDO) No, no ya no me río más..

 

CHECHÉ        : Oh, qué eres pillito, Turilo... pero no importa... (SE RIE) (APARECE MARIA) María; mira este pato está comiendo!...

 

MARÍA           : Si lo veo... que tiene de raro... todos los patos comen...

 

CHECHÉ        : Sí, pero, este Pato come... pato (TURILO RIE CON CHECHE).... oigan, ¿por qué el Pato que es pato come pato?

 

MARÍA           : (RIENDO) Esta, Cheché... seguramente porque el dibujante no se dio cuenta de ese detalle...

 

CHECHÉ        : (CON CIERTO ENOJO) Y para qué dibujan si no revisan después lo que hacen... No miro más esta revista también... Voy a escuchar radio...

 

TURILO          : No, chiquillita mía, deja a los cauritos tranquilos... pero, que llegaste inquieta, hoy...

 

PELUCO        : (INTERRUMPIENDO) Turilo, turilo, ven... en la radio están tocando una canción que a tí te gusta mucho.

 

CHECHÉ        : (ANSIOSA) A ver... déjenme escuchar a mi también... Ven María...

 

SEBASTIÁN : ¡Bah! había llegado la caura más grande...

 

PELUCO        : Shissst... escuchemos (LOS NIÑOS SE RIEN.. SE HACEN CALLAR)

 

LA MUSICA DE PRONTO SE INTERRUMPE Y SALE VOZ DE UN LOCUTOR DANDO UNA NOTICIA DE ULTIMA HORA.

 

LOCUTOR     : PARIS, Urgente... Hace algunos momentos ha estallado en el Atolón de Muroroa, una bomba atómica de alto poder explosivo. Con esta

explosión, Francia supera a Inglaterra en el programa de experimentos de esta clase. Más noticias, en cualquier momento ....

 

PELUCO        : Puchas, que da rabia... apago la radio mejor... hasta que salieron con la de ellos...

 

MARÍA           : ¡Oh, qué terrible!, Turilo...

 

SEBASTIÁN : Ahora que le ganan a Inglaterra, para qué van a comer....

 

CHECHÉ        : ¿Qué es eso de atol... atolón de Muroroa, Turilo?

 

TURILO          : Atolón, mi chiquillita, es una isla que lleva por nombre Muroroa y que está en el Océano Pacífico Sur... y pertenece a Francia que la usa para sus ensayos atómicos... es una isla deshabitada, además...

 

MARÍA           : Pero, por qué Francia hace esos experimentos, Turilo?

 

TURILO          : No sólo Francia lo hace, sino también otros países como Estados Unidos, RUSIA, China, lo han hecho...

 

MARÍA           : Pero, por qué,... ahora...

 

PELUCO        : Seguramente para competir con otros países y demostrar que están bien preparados para una guerra....

 

CHECHÉ        : A mí, no me gustan las guerras... me dan pena...

 

TURILO          : Eso está bien... yo creo que a nadie les gusta que haya guerras...

 

CHECHÉ        : Y ¿quién inventó esa bomba?... debe haber sido un hombre muy malo..

 

TURILO          : No, todo lo contrario... fue un hombre muy inteligente y bueno... Se llamaba Albert Einstein... fue por casualidad... fíjense que él, estudiando y haciendo muchas anotaciones descubrió una fórmula que iba a ser de gran utilidad para la humanidad... pero nunca imaginó el uso que el hombre le daría... incluso él rogó que su experimento no fuera usado en fabricar

armamentos para la guerra, sino en cosas útiles para todo el mundo...

 

MARÍA           : Qué malos son algunos hombres... ¡Fíjate, Turilo, que yo he leído que la bomba atómica fue usada... yo lloré cuando leía eso...

 

TURILO          : Claro, Marita... desgraciadamente la bomba atómica fue usada y no una sino dos veces... (QUEBRANDO LA VOZ) y en ciudades en que vivían

miles y miles de niños, jóvenes, mujeres, hombres y ancianos...

 

TODOS          : (ESPANTADOS) ¡Oh, no puede ser...!

 

MARÍA           : Eso es un crimen... ¿qué terrible...!

 

PELUCO        : Y ¿en que ciudades se lanzaron esas malditas bombas...?

 

TURILO          : En el Japón.. en las ciudades de Hiroshima... y Nagasaki...

 

RUIDO DE BOMBA ATOMICA. CAMPANA, CANTOS DE NIÑOS JAPONESES.

 

TURILO          : Esas ciudades quedaron desoladas... casi todos murieron en el momento de estallar la bomba....

 

SEBASTIÁN : ¿Y cuántas tiraron, Turilo?

 

TURILO          : Una en cada ciudad....

 

PELUCO        : Puchas, me dio rabia otra vez... una en cada ciudad....

           

SEBASTIÁN : ¿Y cuándo fue eso, Turilo? ... yo no sabía...

 

TURILO          : Ustedes. aún no pensaban llegar a este mundo... el 6 y el 9 de agosto de 1945, es decir, hace ya más de... 50 años...

 

MARÍA           : Qué maldad... tremenda!...y ¿por qué lo hicieron Turilo?

 

TURILO          : Porque estaban en guerra.

 

CHECHÉ        : La guerra ... ya dije a que mí no me gustaban...

 

MARÍA           : Calla, Cheché.. esto es importante!.

 

PELUCO        : Y todos esos niños... qué culpa tenían ellos...

 

MARÍA           : Me habría gustado haber sido alguien importante en ese entonces, para poder parar esa guerra... así esos niñitos no hubieran muerto.

 

SEBASTIÁN : Yo estoy, asombrado... no comprendo cómo...

 

TURILO          : Todos estuvimos asombrados en ese momento...

 

PELUCO        : Pero qué hicieron... mirarse entre ustedes... Me dio rabia otra vez, Sebastián...

 

SEBASTIÁN : A mi también, Peluco... palabra...

 

TURILO          : Yo en esos años era como Ustedes., tenía esa misma edad... y tampoc comprendía.

 

MARÍA           : No, Turilo...tú eres bueno.. ¿no es cierto, cauros?

 

PELUCO        : Sí, sí... yo decía por los grandes de esos años..

 

SEBASTIÁN : Claro, Turilo, es muy bueno.. nos está abriendo los ojos... Ahora sabemos los peligros de las bombas atómicas.

 

PELUCO        : Entonces, Turilo, la bomba que lanzó Francia también es peligrosa.

 

TURILO          : Toda bomba es peligrosa, Peluco... Menos mal que ésta fue lanzada en una isla deshabitada.

 

MARÍA           : Pero, yo leí en un diario que por efecto de esa bomba los peces en el mar se mueren...

 

TURILO          : Es cierto, las aguas quedan contaminadas, es decir, las aguas no quedan puras, por eso los peces se mueren.

 

SEBASTIÁN : Muchos países reclamaron porque Francia iba a explotar la bomba.. incluso, nuesto país.

 

PELUCO        : Eso es Sebastián.. pero los franceses se hicieron los suecos, o sea, se taparon los oídos ante los ruegos o pedidos que les hicieron los países.. son más..

 

MARÍA           : Yo encuentro muy bien que Chile haya reclamado ante Francia...

 

CHECHÉ        : Y ¿Por qué, María?

 

MARÍA           : Porque esas aguas -aunque lejos- pueden llegar a nuestras costas cierto, Turilo...

 

TURILO          : Claro, tienes razón, Marita,.. Pero, felizmente no llegan contaminadas.

 

PELUCO        : Oye Turilo... ¿sabes en lo que estoy pensando...?

 

TURILO          : No... dílo...

 

PELUCO        : Los franceses podrían tirar al mar otra cosa en lugar de una bomba atómica.

 

MARÍA           : Cuál, Peluco... dí....

 

PELUCO        : No se han fijado ustedes. que cuando viene la gente al quiosco a ver lasrevistas y los diarios,... a veces se quedan mirando y mirando a una rucia que aparece en las fotos...

 

MARÍA           : Y eso qué... ¿qué tiene que ver con la bomba?

 

PELUCO        : (SIN HACER CASO) ¿Cómo se llama esa rucia, Sebastián?

 

SEBASTIÁN : Esperáte... aquí está en esta revista... se llama... "Brijite" Bardot...

 

PELUCO        : Esa misma... la "Brijite Bardot...

 

MARÍA           : (IMPACIENTE) Pero, eso ¿qué tiene que ver con la bomba francesa.?

 

PELUCO        : Nada... sólo que si la tiraran al mar... y como las aguas llegan hasta las costas chilenas... llegaría aquí mismo... ¿no es cierto, Sebastián?

 

SEBASTIÁN : Claro, Peluco... así la tendríamos en persona y no en foto (RIEN) Las aguas no llegarían contaminadas, como dice Turilo (RIEN) SALEN.

 

TURILO          : Estos cauritos, no dejan pasar la ocasión para bromear... Y mi chiquillita, qué dice, que se quedó tan calladita..

 

CHECHÉ        : Yo estoy muy asustada con eso del "talón" de Muro... no sé cuanto... y sobre todo de las guerras .. y de la bomba que mató a tantos niñitos....

 

MARÍA           : No cheché... eso no se volverá a repetir... Vámonos ya a casa.....

 

CHECHÉ        : Turilo, ¿es cierto?


TURILO          : Si, mi chiquillita...

 

CHECHÉ        :Entonces me voy contenta... (HABLANDO SOLA) Por qué el pato que es pato, come pato... (ALEJÁNDOSE)

 

TURILO          : (QUEDA SOLO Y HABLA) Sí, Cheché... esperamos que eso nunca más vuelva a suceder... Qué vale más la sonrisa de un niño o un niño triste.. Piensen Uds... yo me quedo con lo primero...

TELÓN

-o-o-o-

FIDELCUBA
                               Manuel Gutiérrez Mieres

 

Personajes:

Sebastián

Peluco

María

Cheché

Turilo

 

TURILO ABRIENDO EL QUIOSCO EN UN DÍA DE MUCHO FRÍO

 

 

TURILO          : ¡Brr! ¡Qué hace frío! Peluco debe estar por llegar. ¡Allí viene!.

 

PELUCO        : (CON VOZ CANSADA) ¡Échame una ayudita, Turilo! ¡Puchas que pesa la cuestión! Y eso que son puros diarios y revistas.

 

TURILO          : ¡Pobre , Peluco!

 

PELUCO        : Ya no daba más. ¡Brrr! Oye, Turilo ¡Qué frío más grande hace. Mis manos están tiesas y mis pies no los siento. ¡Puchas que hace “penetro”!

 

TURILO          : (FROTÁNDOSE LAS MANOS) ¡Harto frío, Peluco! Pero, hay que hacerle frente. Toma carbón. Échale al brasero. Eso es. A ver, déjame encenderlo.Un poquito de parafina. Ahora, un fósforo y listo. A soplarle. Entretiénete ahí un rato. ¡Ah!, pónle el tarrito encima, sí enciende más rápido.

 

PELUCO        : (SOPLANDO Y CANTANDO) 
                           Enciende fueguito,

                           enciende lueguito.

                           Dale calorcito

                           al pbre Peluquito. 
(TURILO RÍE MIENTRAS TANTO) ¡Turilo!, ¡Turilo!, encendió el carbón.  ¡Ah, qué rico! Mis manos se están calentando.

 

TURILO          : Eso está bueno, Peluco. ¡Caliéntate no más! Oye, Peluco, pueda ser que los cauritos no vengan con este frío. Sobre todo mi chiquillita, tan chiquitita.

 

PELUCO        : Ojalá, que no vengan esas cauras.

 

TURILO          : (ASOMBRADO) ¿Y ustedes qué hacen tan temprano con este frío).

 

MARÍA           : Nosotras somos cumplidoras del deber. Nos vamos tempranito a la escuela.

 

CHECHÉ        : Oye, Turilo. La María qué es mala. Me sacó oscuro de la cama y con este frío.

 

PELUCO        : Se van temprano a la escuela para jugar. Las perlas.

 

MARÍA           : Claro, tenía que salir él no más. Nos vamos temprano porque tenemos que estudiar unas tareas.

 

CHECHÉ        : (CON MUCHO FRÍO) No le hagas caso, María.

 

TURILO          : Pero, a pesar de todo, yo creo que se les pasó la mano en lo madrugadora. ¿Por qué no me ayudan a poner las revistas?

 

CHECHÉ        : (TIRITANDO DE FRÍO) ¡María, ayúdale tú por mí! Yo estoy muy entumida.

 

TURILO          : Pobre, mi chuillita. Caliéntate junto al brasero.

 

PELUCO        : (ORDENANDO REVISTAS) Ésta aquí., ésta queda mejor acá. Menos mal que allá viene Sebastián.

 

SEBASTIÁN  : ¡Hola, Turilo! ¡Hola, Peluco! (DESCUBRIENDO A LAS NIÑAS) ¿Éstas ya están aquí?

 

PELUCO        : ¡Hola, cumpa! ¡Ayúdame a poner revistas. Tú me las pasas y yo las pongos.

 

SEBASTIÁN  : ¡Listo, Peluco! ¿Estas dónde las pondrás?

 

TURILO          : ¡Esa es más grande! Yo creo que queda mejor aquí.

 

PELUCO        : (DE PRONTO) ¡Oye, Turilo! Ahora sé por qué pesaban tanto las revistas. ¡Mira ésta, donde viene este tremendo barbudo!

 

SEBASTIÁN  : ¡De veras! ¡Puchas, la barbita!

 

CHECHÉ        : (INTERESADA) ¡A ver! ¡Ah, yo he visto a ese! ¡Lo veo todos los días!

 

MARÍA           : No puede ser, Cheché.

 

CHECHÉ        : ¡Claro que sí! ¡Miren allí va! ¡Va para la Universidad!

 

MARÍA           : (RÍE Y TAMBIÉN LOS DEMÁS) Pero, Cheché, ¡Ese no es el mismo!

 

CHECHÉ        : Pero, si tiene barba.

 

TURILO          : ¡Claro1, tiene barba. Pero no es el mismo. El de la revista es un gran hombre. Se llama Fidel.

 

MARÍA           : ¡FIDEL CASTRO!

 

SEBASTIÁN  : El año pasado, Fidel estuvo en Chile, y vino a Concepción. Yo fui a verlo al estadio. Puchas que habla clarito. Mew parece estar escuchándolo todavía. (VOZ DE FIDEL. MÚSICA GUANTANAMERA ORQUESTADA)

 

PELUCO        : Yo también lo vi. Ahora me acuerdo. Pasó frente al quiosco. ¿Te acuerdas, Turilo?

 

TURILO          : ¡Claro! Iba en un jeep con su gorra, su uniforme y su gran barba.

 

MARÍA           : Por eso es que la Cheché cree que lo ve todavía en todas parte. Por las barbas. ¡Ésta Cheché!

 

PELUCO        : Esos barbudos de la Universidad quieren parecerse a Fidel.

 

CHECHÉ        : ¿Y por qué? ¡Son unos copiones!

 

TURILO          : Es que ellos lo admiran y entonces no está mal que quieran imitarlo. Pero, también quieren parecerse a otro.

 

SEBASTIÁN  : ¡Yo, sé!

 

MARÍA           : ¡Yo, también!

 

CHECHÉ        : ¡Bah! Yo trambién.

 

TODOS          : (ASOMBRADOS) ¿Tú, también?

 

TURILO          : A ver, mi chiquillita!

 

CHECHÉ        : Es el CHE.

 

PELUCO        : ¿Y cómo lo sabes?

 

CHECHÉ        : (MUY CREÍDA) Es que mi papito tiene una foto grande y siempre conversa con él. ¿No es cierto, María? (MARÍA CONFIRMA) Y tiene una barba igual a la de éste.

 

TURILO          : Es que eran muy amigos. Como hermanos. Pero, sigue contando lo de tu papá.

 

CHECHÉ        : Mi papito me decía que yo valía por dos CHE.

 

PELUCO        : ¿Cómo? ¡Miren, ella! (RÍE) ¡Ella va valer por dos Ché!

 

CHECHÉ        : Claro, no ven que me llamo CHE-CHE, o sea, dos veces CHE. (TODOS RÍEN)

 

SEBASTIÁN  : Turilo. ¿Por qué decías que eran amigos?

 

PELUCO        : ¿Acaso, pelearon ya?

 

MARÍA           : Tú siempre pensando en las peleas. ¡Mírenlo! ¡El Ché, murió! (MÚSICA)

 

TURILO          : ¡Sí!, desgraciadamente murió. Fue una gran pérdida para Cuba y América.

 

CHECHÉ        : ¿De qué murió?

 

SEBASTIÁN  : Ahora, recuerdo. Lo mataron en Bolivia.

 

CHECHÉ        : ¡Pobrecito!

 

MARÍA           : ¿Pero, nadie ha dicho, por qué Fidel es barbudo!

 

TURILO          : Es que Fidel fue un guerrillero y cuando empezó a lñuchar por la libertad de su pueblo, él y sus compañeros se fueron a las montañas, a lla Sierra Maestra, así se llama la montaña. Allí estaban muy ocupado preparándose y defendiéndose y como imaginarán no les quedaba tiempo para afeitarse.

 

CHECHÉ        : Pero, ¿todavía están en esas montañas? ¿No hay leones?

 

MARÍA           : No, Cheché. Ya no están en Sierra Maestra. Ahora, Fidel es Primer Ministro.

 

TURILO          : Claro, ahora trabaja mucho, pero organizando a su pueblo de una forma totalmente diferente a como era antes.

 

PELUCO        : ¿Y cómo era antes su pueblo?

 

TURILO          : ¡Ah! Allí había un hombre que tenía todo en su poder. Es decir, gobernaba y ordenaba él solo. Era lo que se conoce como Dictador. Este hombre, tenía a su pueblo muy atrasado. Había mucha gente que no tenía qué comer. Los niños se enfermaban. Los campesinos estaban muy abandonados y trabajaban mucho. Había mucha gente que no sabía leer ni escribir.

 

CHECHÉ        : Bueno, ¿y ese hombre no se daba cuenta?

 

SEBASTIÁN  : Se hacía el leso.

 

PELUCO        : Moría en la rueda.

 

TURILO          : Eso no es nada. El que quería cambiar las cosas lo pasaba muy mal.

 

MARÍA           : Y Fidel, fue uno de esos.

 

SEBASTIÁN  : ¡Claro! Y por eso tenía que andar escondiéndose.

 

TURILO          : Eso es, Pero, Fidel, calladito. Él con su amigo, el Ché, juntaron más gente y empezó a luchar… hasta triunfar.

 

PELUCO        : Oye, Turilo, ¿pero dónde está Cuba? Tú siempre dices que cuando se habla de un país hay que saber donde está.

 

MARÍA           : No está lejos de nosotros. Es una isla que está en el Mar de las Antillas.

 

SEBASTIÁN  : De allá traen azúcar para Chile, cierto, Turilo.

 

TURILO          : Eso es cauritos. Allá hay mucha azúcar. Ahora Cuba es un país totalmente diferente. Lo primero que hizo Fidel, fue abrir los cuarteles y transformarlos en escuelas y buscó todos los medios para que la gente aprendiera a leer y escribir. Se construyeron caminos, hospitales. Todos los hombres se unieron para trabajar.

 

MARÍA           : ¿Y las mujeres?

 

TURILO          : ¡Ah!, las mujeres también trabajan y siguen trabajando.

 

CHECHÉ        : ¿Quienes cuidan a las guagüitas?

 

TURILO          : Se crearon salas cunas donde las mamás que trabajaran pudieran dejar a sus hijos. Ellas comen donde trabajan, entonces no tienen que preocuparse de

hacer comida. Ahora están tratando de arreglar el asunto del lavado.

 

MARÍA           : Eso sí que está bueno.

 
SEBASTIÁN  : Aquí también están haciendo salas cunas y jardines para niñitos chicos.

 

TURILO          : Es que nosotros también estamos cambiando.

 

PELUCO        : Cuando sea grande me voy a dejar barba.

 

SEBASTIÁN  : Yo también. Así nos pareceremos a Fidel y al CHE.

 

MARÍA           : Claro, los perlas creen que con dejarse barba van a ser iguales a ellos.

 

CHECHÉ        : María, tú me dijiste que nos viniéramos temprano porque querías darle la última repasada a tu lección para la prueba y no has estudiado nada.

 

MARÍA           : ¡De veras! Se me había olvidado. Es que estaba todo tan interesante. Propongo dejar la conversación para más rato., mientras yo estudio un

poquito.

 

TURILO          : Eso me parece bien. Siéntate cerquita del brasero y estudia tranquilita.

 

MARÍA           : Gracias, Turilo. Pueda ser que estos cauros me dejen estudiar tranquila.

 

PELUCO        : Nosotros, Sebastián, seguiremos arreglando las revistas.

 

SEBASTIÁN  : Listoco, no más Peluco.

 

MARÍA           : (ESTUDIANDO) El Aconcagua es un río que es diferente al Mapocho. Éste es raquítico. En cambio el Aconcagua es majestuoso y trabajador porque ayuda a la tierra a ser más productiva. En el valle del Aconcagua hay muchas hortalizas, paltas… (SE PIERDE LA VOZ)

 

 CHECHÉ       : Yo aprovecharé de repasar una poesía que me dijo la señorita que me la aprendiera. Yo no me la sé entera, porque no sé leer. ¿Me la lees, Turilito?

 

TURILO          : ¡A ver! ¡A ver! (COGE EL CUADERNO DE CHECHÉ) Pero, ¡qué coincidencia, Cheché!  Esta poesía es de un cubano. ¡También es un gran  hombre!

 

 CHECHÉ       : ¿Y cómo mi señorita no me dijo que era cubano?

 

TURILO          : ¡Claro, José Martí! Fue un gran escritor que quería ver una nueva Cuba. Yo te la enseñaré ¡Ven para acá!

 

MARÍA           : (VOZ  ACERCÁNDOSE) A veces el río Aconcagua se sale de su lecho por las lluvias y arrastra todo a su paso. ¡Ya me aburrí! No estudio más. Es facilito.

 

TURILO          : Ya Cheché. Yo creo que ahora te la sabes bien. ¡Dímela!

 

CHECHÉ        : (TITUBEANDO AL PRINCIPIO . VUELVE A EMPEZAR)

                  
            Cultivo una rosa blanca, 
             en julio como en enero, 
             para el amigo sincero
             que me da su mano franca.

             Y  para el cruel que 
              me arranca 
              el corazón con que vivo
              cardo no ortigas cultivo:
              cultivo una rosa blanca.

PELUCO        : ¿Puchas, qué encachada la poesía! ¡No es cierto, Sebastián?

 

SEBASTIÁN  : Claro, Peluco. Yo también me la voy a aprender.

 

TURILO          : Si es muy bonita y me imagino que tu profesor te ha dicho que se trata de la amistad. Especialmente para el peleador de Peluco que el otro día quería dejarle un ojo negro al que le pegó. Martí dice:
 
                   Y para el cruel que me arranca
                   el corazón con que vivo
                   cardos ni ortigas cutivo:
                   CULTIVO UNA ROSA BLANCA

  

MARÍA           : La rosa blanca es la amistad más pura. ¡No es cierto, Turilo?

 

TURILO          : ¡Eso es, Marita!

 

CHECHÉ        :¿Chile y Cuba son amigos, entonces?

 

TURILO          : ¡Por supuesto! Ambos países deben cultivar una hermosa rosa blanca. (POEMA CANTADO)

 

 

                          TELÓN

                           -o-o-o-
-o-o-o-

EL VAGABUNDO

                               Manuel Gutiérrez Mieres 

 

Personajes:

Sebastián

Peluco

María

Cheché

Turilo

 

 

 

 

ESCENA PRIMERA

 

TURILO          MOLESTO) ¡Eh, Peluco, toma estas revistas!. ¡Pónlas a la vista y bien ordenadas!

 

PELUCO        :¡Bueno, Turilo!. Pero, ¿por qué te enojas?

 

TURILO          SIEMPRE ENOJADO) ¡Y quién se enoja! (MAS CALMADO), Claro que  un poco. Es que tú y Sebastián se lo pasan pajaroneando y la cooperación  de usted, mi amigo, no la veo por ninguna parte.

 

PELUCO        :Sebastián, es mi amigo. Tú bien lo sabes.Es como mi hermano.

 

TURILO          :¡Bueno, bueno!, ya no importa. Dejemos esto. (SEÑALANDO) ¡Allá viene  tu amigo!

 

SEBASTIAN  :¡Hola Peluco!.¡Hola, Turilo. (A PELUCO) Oye, Peluco, fijate que las cauras...

 

PELUCO        INTRIGADO)¿Qué pasó con las cauras?. ¡Di!

 

SEBASTIAN  :Pasaron por mi lado y no me dieron ni la hora. Les hablé. ¡Nada! ¡Cauras  más creídas!

 

PELUCO        : (MOLESTO) ¡Qué se imaginan éstas! ¡Vamos a buscarlas!

 

TURILO          : (DETENIENDOLOS) ¡Eh, eh! ¿Para dónde creen que van?

 

SEBASTIAN:  ¡Puchas!, nos escuchó, Turilo.

 

TURILO          :¡Claro que los escuché! Ellas son niñitas y bien educaditas. ¡No como otros! (APARECEN LAS NIÑAS) ¡Hola, cauritas!

 

SEGUNDA ESCENA

 

MARIA           :¡Hola!. ¿Cómo estás, Turilo?

 

CHECHE        :¡Hola, Turilo!

 

PELUCO        LOS NIÑOS HABLAN EN VOZ BAJA UN POCO ALEJADOS) Turilo parece que se levantó con el pie izquierdo. ¿No es cierto, Sebastián?

 

SEBASTIAN  : sí mismito es, Peluco.

 

PELUCO        A SEBASTIAN) Para ellas, sonrisas y para nosotros...

 

TURILO          ESCUCHANDOLOS) ¡Cállense!

 

MARIA           TITUBEANDO) Turilo, nosotras  veníamos a molestarte. (CON VOZ RÁPIDA) ¡Que nos hicieras un favor!

 

TURILO          : ¡Molestias!, ¿Quién dijo molestias? Para ustedes, cauritas: Todo.

 

PELUCO        SIEMPRE HABLANDO CON SEBASTIAN) ¡Claro, eso es! Para ellas,  ¡Todo!

 

SEBASTIAN   : Para ellas sonrisas y para nosotros, regaños.

 

TURILO          :¡A ver, cauritas! ¿En qué puedo servirlas?

 

MARIA           CON TIMIDEZ) ¡Turilo... resulta que.. necesitamos...! ¡No , mejor que no! 

CHECHE        :¡Díle, no más, María! 

TURILO          INTRIGADO)¡Sí, pues!. ¡Habla no más!

MARIA           DECIDIDA) ¡Turilo, es que queremos pedirte... dinero... plata... 

TURILO          MAS INTRIGADO) ¿Dinero?. ¿Cuánto?. Y ¿Para qué?

 CHECHE        DECIDIDA) Unos $500, por lo menos.

PELUCO        A SEBASTIAN) ¡Te apuesto a que se los da! 

SEBASTIAN  :Era que no. 

MARIA           SIN TITUBEOS) ¡Sí, Turilo!. Necesitamos unos $500. 

CHECHE        espués te los devolvemos. 

TURILO          SIEMPRE INTRIGADO) ¡Podría ser!; pero, primero, díganme para qué los quieren. 

MARIA           MAS TRANQUILA) Perdona, Turilo; pero, no podemos decirtelo. 

TURILO          :¡No, así no!. ¡Yo tengo que saber!

MARIA           SUPLICANDO) ¡Turilo, por favor!. ¡Dános ese dinero, lo necesitamos!. ¡Lo usaremos bien!. ¡Ten confianza en nosotras!

TURILO          MEDITANDO) ¡Bueno, si lo usan en algo bueno, está bien. ¡Tomen!

SEBASTIAN  A PELUCO) Aflojó. ¡Viste, Peluco!

PELUCO        : Sebastián, escuchemos. ¡Esto tiene olor a misterio!

MARIA           :¡Gracias, Turilo! ¡Muchas gracias!

CHECHE        CONTENTA)¡Bravo, Turilo! ¡Yo sabía que no serías amarrete!

TURILO          :¡Ah, estas cauritas! ¡A ver, Cheché, dame un besito en la cara!

CHECHE        :Sí, Turilo (LO BESA) ¡Oye, Turilito, dime una cosa!

TURILO          :¡Qué, mi chiquillita!

CHECHE        :¿Qué es el Señor?

MARIA           COMO QUERIENDO HACER CALLAR A CHECHE) ¡Cheché! ¡Vamos! ¡Apúrate! (A TURILO) ¡No le hagas caso, Turilo! ¡Adiós!

CHECHE        :Sí, María. (RECORDANDO ALGO) ¡Verdad que no tengo que hablar! (MIRANDO A LOS NIÑOS) ¡Mira, María, aquí están Peluco y Sebastián. ¡Chao, cauros, tontos! Nosotras vamos a conversar con el Señor...

MARIA           HACIENDO CALLAR A CHECHE Y TIRONEANDOLA) ¡Cállate, de una vez! ¡Vamos rápido! (SALEN RAPIDAMENTE)

SEGUNDA ESCENA 

SEBASTIAN  :¡Chao, cauras creídas! 

TURILO          MEDITANDO EN VOZ ALTA) ¡Vaya, qué raro! Dinero me pidieron y su destino no lo supe. ¿Y después a conversar? ¡Qué raro!           

PELUCO        :Escuchamos todo, Turilo 

SEBASTIAN  CON BURLA) ¡A conversar con el Señor! ¡Tontas! ¿Qué señor será? (RIENDO) ¿El señor Peluco o el señor Sebastián?     

TURILO          SERIO) ¡Silencio, cauros! Me da con que la cosa no es para bromas.  ¿Tenemos que saber en qué andan metidas estas cauritas! 

PELUCO        ero, ya se fueron. ¿Dónde irían, digo yo? 

TURILO          :Eso es lo que nos preguntamos. ¡A ver, cauros! Ellas dijeron que tenían que  hablar con el Señor. ¿Díganme, dónde se habla con el Señor? 

SEBASTIAN  PENSANDO) En la iglesia. Eso es. Ahí tiene que ser. (A PELUCO) ¡Vamos a la iglesia del barrio! 

TURILO          uede ser. ¡Vayan, ustedes! Yo me quedaré y haré mis averiguaciones por otros lados. 

PELUCO        DE REPENTE ALEGRE) ¡Qué encachao! ¡Vamos a jugar a los detectives,  Sebastián!  

SEBASTIAN  TAMBIEN CONTENTO) ¡Bravo! ¡Yo soy el agente 007! 

PELUCO        :¡Epale! Ese soy yo. Tú eres mi ayudante. 

SEBASTIAN  MOLESTO) ¡Bah!, yo lo dije primero, así es que... 

TURILO          SIEMPRE SERIO) ¡Córtenla, cauros! ¡Vayan rápido a la iglesia! ¡Allá nos juntamos! (SALEN TODOS) 

TERCERA ESCENA 

SEBASTIAN  LA VOZ SERA BAJA CON DEJO DE TEMOR Y RESPETO EN TODO EL DIALOGO DE LOS NIÑOS) Creí que iba a ser más difícil entrar, Peluco. 

PELUCO        :No. Siempre he escuchado que las puertas de la iglesia están siempre abiertas. 

SEBASTIAN  :¡Peluco!

PELUCO        SIEMPRE CON VOZ QUEDA) ¿Qué? 

SEBASTIAN  :¡Mira! ¡Qué tranquilidad! Los ruidos de la calle no se escuchan. 

PELUCO        :¡Sí! ¿No ves que esto es una iglesia? 

SEBASTIAN  :Es que el silencio me asusta. ¡Esto está inmóvil! ¡Mira los santos! ¡Parecen que nos observan! ¡Tantos que hay! 

PELUCO        :¿No ves que esto es una iglesia? ¡Mira allá al fondo! (INDICA) ¡Ese es Dios! ¡Acerquémonos! 

SEBASTIAN  SIEMPRE TÍMIDO) ¡Sí, acerquémonos! ¡Ah! ¿Por qué lo tendrán así, Peluco? 

PELUCO        :Así ha estado siempre desde que lo conozco. 

SEBASTIAN  :¡Qué dolor, Peluco! 

PELUCO        :Me cuenta, Turilo, que cuando yo era chico me encontré un crucifijo y al verlo le pregunté quién había matado a ese hombre. 

SEBASTIAN  :¿Y qué te contestó? ¿Qué te dijo él? 

PELUCO           :Lo de siempre, que cuando grande lo comprendería. 

SEBASTIAN  :¿Y, ahora, lo comprendes? 

PELUCO        :¡No sé! Creo que tengo que crecer más todavía. (DE PRONTO, SEÑALANDO) ¡Mira la corona de espinas! 

SEBASTIAN  CON ANGUSTIA) ¡Cómo corre la sangre! ¡Y los clavos en las  manos y en los pies! Peluco, me pregunto ¿Para qué lo tendrán así? ¡Me gustaría verlo caminando por las plazas, por el campo, por las playas, por todas partes.

PELUCO        :¡Tienes razón, Sebastián! Así, ¡sería lindo enseñando lo que tiene que enseñar! 

SEBASTIAN  :¡Escucha, alguien viene! (APARECE TURILO) 

CUARTA ESCENA

TURILO          CON VOZ QUEDA PERO SERENA) ¡Cauritos, vengan! Bueno,  ¿y encontraron algo? 

SEBASTIAN  :No, ni señales de la Cheché y la María 

PELUCO        arece que aquí no está el señor de la María y la Cheché. 

TURILO          :¡Ya veo! Tenemos que buscar por otra parte. ¿Dónde se habrán  metido? ¿Saben ustedes de algún lugar o alguna casa deshabitada? 

SEBASTIAN  :¡Claro! Allá al final de la calle, donde comienza el cerro, hay una casita donde no vive nadie. 

PELUCO        :¡De veras! ¿Te acuerdas, Sebastián que dicen que esa casa está  embrujada? 

SEBASTIAN :Turilo, ¡Allá tienen que estar! ¡Allá las encontraremos!

PELUCO        :Este es más bueno para recordar cosas. ¡Vamos para allá, Turilo! 

SEBASTIAN  : (CREIDO) ¿Quién es el agente 007? ¿Ah? 

TURILO          :Sí, vamos. Pero tú, Peluco, vas a ir a cerrar el quiosco que se me quedó abierto. Después te reúnes con nosotros. 

PELUCO        :¡Listo! Voy como un relámpago (SALE). 

TURILO          PENSATIVO) ¡Ah, cauritos! Ya empiezo a ver claro. 

SEBASTIAN  :¡Vamos, Turilo! ¡Nos fuimos como una centella! 

QUINTA ESCENA

MARIA           MIRANDO PARA TODOS LADOS) Cheché, creo que nadie nos sigue. Entremos a la casa. Creí que nos iban a seguir esos cauros intrusos. 

CHECHE        RIENDO) ¡Abrieron los ojos, así de grande, cuando les dije que teníamos que ver al Señor! 

MARIA           :No debiste hacerlo. A lo mejor nos han seguido. 

CHECHE        : (SIEMPRE RIENDO) ¡Qué risa que me da! ¡La cara que pusieron! 

MARIA           : (CON VOZ QUEDA) ¡Señor!, ¿estás ahí? 

CHECHE        : Llegamos, Señor. Te traemos hasta cosas para comer. 

MARIA           : (LLAMANDO) ¡Señor, Señor! (INTRIGADA) ¿Parece que no está, Cheché? 

CHECHE        : ¿Dónde estás, Señor? 

MARIA           : Se ha ido, parece. (MIRANDO ALREDEDOR) No está ni su morral. ¡Tendrá que volver! ¡Esperémoslo, Cheché! 

CHECHE        : ¡Yo quiero que vuelva para que nos cuente esas historias tan  lindas. 

MARIA           : Esperemos, Cheché. ¡Siéntate! (A CHECHE) ¡Es la persona más buena que hemos conocido. 

CHECHE       : (ASINTIENDO) Y sabe contar tantas cosas.(DE REPENTE COMO RECORDANDO) ¡Oye, María! Turilo, es bueno también. 

MARIA           : ¡Sí, claro; pero, éste es el Señor! (PAUSA) ¡Sabes, Cheché! Más tarde se lo presentaremos a Turilo y te apuesto que se harán grandes amigos. 

CHECHE        : (PENSATIVA) ¡María! 

MARIA           : ¿Sí, Cheché? 

CHECHE        : (CON DETERMINACION) ¡No tenemos que contárselo a nadie! El dijo que no quiere ver a nadie, porque los hombres le hacen daño. 

MARIA           : Sí, Cheché, pero, tú no cumples. ¡Debes saber callar! 

CHECHE        : (PROMETIENDO) ¡Sí, María! ¡Nunca más hablaré! (DE PRONTO MEDIO ASUSTADA) ¡María, siento pasos! ¡Ahí viene! 

MARIA           : (ESCUCHANDO LOS PASOS, ALARMADA. MIRA POR  UNA VENTANA) ¡Escucha, no es él! (ASUSTADA) ¡Es Turilo y  Sebastián! ¡Escondámonos!(BUSCAN DONDE ESCONDERSE) Pero, ¿dónde?. Detrás de esos cajones, Cheché. ¡Agáchate

SEXTA ESCENA 

SEBASTIAN  : (ENTRANDO CON TURILO) ¡Aquí es, Turilo! Esta es la casa deshabitada. 

TURILO          : (ESCUDRIÑANDO. LLAMANDO A CONTINUACION) ¡Cheché, María! ¿Están por ahí? (A SEBASTIAN) Parece que no hay nadie, Sebastián. 

SEBASTIAN  : Tienen que estar aquí. (CON SEGURIDAD) ¡Yo sé que están aquí.(DE PRONTO DESCUBRE ALGO) ¡Mira, Turilo ese canasto! (SE ACERCA) Tiene frutas y “sanguches”. 

TURILO          : (MIRANDO) ¡Están aquí! ¿Pero, dónde? (LLAMANDO) ¡Cheché, Marita! ¿Dónde están?  (SILENCIO)  

SEBASTIAN  : A mí no me hacen leso, Turilo. (DECIDIDO) ¡Yo las voy a pillar! ¡Escucha, Turilo! (CON VOZ FUERTE) ¡La María y la Cheché son unas cauras mentirosas y pedigüeñas y van todas sucias a la escuela! 

TURILO          : (ESCUCHANDO) ¡Parece que no hay nadie! ¡Vámonos,  Sebastián! 

SEBASTIAN  : ¡Espera un poco, Turilo! (GRITANDO) ¡A la María y a la Cheché le gusta un cauro de la escuela que yo no más conozco! 

MARIA           : (APARECIENDO ENOJADA) ¡Mentira! ¡Es mentira! 

TURILO          : (RIENDO DE LA TRETA DE SEBASTIAN) ¡Ah, aquí están cauritas, por Dios! ¿Y qué diablos hacen aquí? ¡Contéstenme! 

MARIA           : (YA CALMADA) Nada, Turilo. (A CHECHE AMENAZANDO) ¡No le digas nada, Cheché!

TURILO          : (CON CIERTO ENOJO) ¡Eso no está bien, Marita! ¡Díganme la verdad! ¡No se puede mentir! ¡Eso no está bien! 

SEBASTIAN  : ¡Cómo que nada! ¿Y este canasto? 

TURILO          : (SOLO A CHECHE) Cheché, ¿qué están haciendo aquí?

CHECHE        : (INGENUAMENTE) Estamos esperando al Señor. 

SEBASTIAN  : (RIENDO) ¡Están locatelis, Turilo (HACE GESTOS CON EL  DEDO EN LA CABEZA) 

TURILO          : (CON VOZ SERENA PERO FUERTE) ¡Escúchenme! Ustedes están engañadas. Yo lo sé todo. Ese hombre con quién conversaban  es un pobre demente. 

CHECHE        : (CONVENCIDA) ¡No! Es el Señor. ¡Es un hombre bueno! 

MARIA           : (CON EMOCION) Sí, parece el Señor. Nos cuenta historias hermosas sobre la paz, el amor, la bondad. 

TURILO          : (COMPRENSIVAMENTE) Puede ser. Es un inofensivo antisocial. Marita tú que eres más grandecita, escúchame. Están engañadas. Esto puede ser, es peligroso. 

CHECHE        : Pero, si es tan bueno. ¡Como tú, Turilo! 

MARIA           : (SIN CONVENSERSE) ¿Entonces, no volverá más? 

TURILO          : (CON VOZ SUAVE) Sí, Marita. No lo volverán a ver. 

MARIA           : (INQUIRIENDO) Dime, entonces, ¿dónde está Dios? 

TURILO          : (SORPRENDIDO TOTAL) ¿Qué? 

SÉPTIMA ESCENA 

PELUCO        APARECIENDO CORRIENDO) ¡Turilo, Sebastián! ¿Las        encontraron? (DESCUBRE A LAS NIÑAS) ¡Vaya, aquí están las perlas! Corrí tanto que ya no puedo más. 

SEBASTIAN  : ¿Y por qué corriste tanto? 

PELUCO        : (AUN CANSADO) ¡Saben a una cuadra de aquí, los pacos tomaron preso a un vagabundo! 

MARIA           : (CON EMOCION) ¡Es él! 

PELUCO        : (SIN TOMARLA EN CUENTA CONTINUA) Parecía un loco o un revolucionario. Lo echaron a la “Cuca” a lo que es lumazo.

SEBASTIAN  : (INTERESADO) Y el gallo, ¿qué hacía? 

PELUCO        : Nada, no se defendía. ¡Daba lástima, Sebastián! 

MARIA           : (ANGUSTIADA) ¡Es él, Cheché! ¡Vamos! ¡Es él! 

TURILO          : (SERIO) ¡Alto! ¡Escúchenme, cauritas! Marita, tú me hiciste una pregunta y yo te la voy a contestar. Ya pues, siéntense todos, en el suelo o en esos cajones (TODOS SE SIENTAN) 

CHECHE        : (CONTENTA) ¡Qué lindo! ¡Cuenta, cuenta, Turilo! 

TURILO          : Sí, mi chiquillita. ¡Pongan atención! (TURILO SE SIENTA Y LOS NIÑOS  LO RODEAN) Me preguntaron ¿quién es Dios? ¿Dónde está Dios? El, es  nosotros y está en todos nosotros. (PAUSA) Se aleja, vuelve, pero llegará un día en que jamás nos dejará. (PAUSA. LOS NIÑOS MUY ATENTOS)  Muchos hombres a través de los   siglos han dado la vida por su misma  causa y por su mismo anhelo. Por la esperanza que todos seamos hermanos.  Para que no haya odios ni egoísmos. El vuelve cada cierto tiempo en los pueblos que luchan contra la miseria de una sociedad cruel. Viene y vendrá siempre hasta que la PAZ, EL AMOR Y LA FELICIDAD florezcan  perenne en la vida. 

MARIA           : (QUE ESCUCHA ATENTAMENTE) ¡Cómo la primavera! ¡Cómo la hermosa primavera! 

TURILO          : Así es niños,  pero una primavera de siempre, perdurable, sin  retorno.

TELÓN

-o-o-o-

 LA ISLA DE LOS NIÑOS 
                               Manuel Gutiérrez Mieres 

 

Personajes:

Sebastián

Peluco

María

Cheché

Turilo

 

 

RUIDO DE MARTILLAZO CLAVANDO. TURILO SILBANDO UNA CANCIÓN O BIEN TARAREANDOLA.

 

TURILO          : La-ra-rí... la-ra-rá... ¡Qué está quedando bonito mi quiosco! (SIGUE MARTILLANDO) ... Me falta poco para terminarlo... NUEVOS  GOLPES)¡Ay, ay, ay mi dedo... mi pobre dedo...casi me lo hago tira...     descansaré un poco... Peluco debía haber llegado con los diarios.... ni asoma... Todavía me duele mi dedo (CHECHE OBSERVABA Y SE REIA POR LA ALARACA DE TURILO. TURILO LA DESCUBRE) ¡Bah...! y de qué te ríes caurita... acaso tengo monos en la cara... a ver, dime de qué te ríes.

 

CHECHÉ:       :  (TERMINANDO DE REIR) Es que es muy gracioso...

 

TURILO          :  ¿Cuál es la gracia, caurita...a ver...a ver?.

..

CHECHÉ         : El martillazo en el dedo... cómo no me voy a reír...

 

TURILO          : (MAS TRANQUILO) Yo te quisiera ver a tí, pegándote con el martillo en  tus dedos... cómo llorarías...

 

CHECHÉ        :  ¡Bah...! yo soy chica... y tú eres grandote...como palote

 

TURILO          : Tú crees que porque soy grande no me duelen los martillazos...Sabes que más... ahora, ya no me duele mi dedo, así que seguiré trabajando...

 

CHECHÉ        : Y ¿qué estás haciendo...? ¿Una casita?

 

TURILO          : Sí, sí... una casita para guardar unas cosas...

 

CHECHÉ        : Para tu perro...

 

TURILO          :  (RIE) No, mi Chiquillita, esta casita no es para un perro, es un quiosco...

 

CHECHÉ        : ¿Un quiosco? y ¿qué es un quiosco?


TURILO
          : Una casita, ¿no estás viendo? y sirve para vender diarios, libros y revistas. ¡Oye...!, pero que eres preguntona... ¿Cómo te llamas?

CHECHÉ        : Cheché... y ¿tú...?

 

TURILO          : Turilo...

 

CHECHÉ        : Turilo...? Turilo patas de hilo....Turilo patas de hilo.


TURILO
          : (SORPRENDIDO Y MOLESTO) ¿Cómo...?
Hace un rato te reías... y ahora te burlas... ¡Mellamo, Turilo... y nada más!

 

CHECHÉ        : No te enojes... yo sólo decía...(LLORA)

 

TURILO          : Pero.. mi chiquillita, no llores... A ver, déjame secarte las lágrimas.... Así, así, está mejor... Te asustaste... No tengas miedo... Dime, ¿dónde vives?

 

CHECHÉ        :  Allí, a la vuelta... cerquita...

 

TURILO          : Y ¿por qué, andas sola...? No tienes hermanos...?

 

CHECHÉ        :  Si tengo, la María, así se llama mi hermana... Debe andar buscándome... Yo me sentí sola y te vi  a ti...

 

TURILO          :  No debes salir sin permiso de tu casa... Anda, yo te llevaré de vuelta...

 

CHECHÉ        : No, yo quiero estar aquí... quiero ver si te pegas en el dedo otra vez...

 

TURILO          : (RIE) No, caurita, una sola vez pasa... Voy a terminar de clavar la últimatabla y te llevaré a tu casa  (GOLPES DE MARTILLO) Siéntate ahí,   mientras tanto...

 

MARIA           : (APARECIENDO LLAMANDO A CHECHE) Cheché, Cheché, por fin te encuentro... Yo buscando por otros lados... y la perla aquí... ¡Ven, vamos a casa!

 

CHECHÉ        : No, no y no... yo quiero estar aquí... con Turilo...

 

MARIA           : ¿Turilo? quién es? un perro ? ... yo no veo ninguno...

 

TURILO          : Turilo soy yo... y no un perro...

 

MARIA           : ¡Oh... ! perdón... es que el nombrecito. Turilo... (RIE)

 

TURILO          : De que te ríes... yo no le encuentro nada... a ver. ¿cómo te llamas tú?

 

MARIA           : María

 

TURILO          : Bueno, yo no me río... María, es un lindo nombre...

 

CHECHÉ       : ¡Qué va a ser bonito... María, guata fría, cucharón para la comida...(RIE)

 

MARIA           : Cuidado, Cheché... toma (LE TIRA EL PELO)

 

CHECHÉ        : Me tiraste el pelo... (LLORA)

 

TURILO          : (PREOCUPADO) Pero, cauritas, Ustedes. no deben pelear... Todo lo contrario, deben quererse mucho, para eso son hermanas... Tú, Marita, que eres la más grande, debes cuidar de la Cheché, que es pequeñita... (CONSOLANDO A CHECHÉ) ¡Ya no llore más, mi Chiquillita...!

 

MARIA           : Es que es tan molestosa... cree que porque es chica no le puedo pegar...

 

TURILO          : Ya, ya jueguen mejor... o lean estas revistas...

 

CHECHÉ        : Yo no sé leer, todavía... Estoy en primer año... pero voy a aprender...

 

TURILO          : Aquí tienes, una con hartos dibujos, toma Cheché... (MARTILLAZOS FINALES) Ah, por fin terminé... Ahora a esperar a Peluco con los diarios...    ¡Ya se atrasó...!

 

MARIA           : Peluco... ¿quién es Peluco?

 

TURILO          : Mi hermanito chico... tiene 10 años... es más juguetón... Siempre lo mando a buscar los diarios, pero se atrasa jugando con su am,igo Sebastián... Son muy amigos, están en el mismo curso en la escuela. Allí vienen... hablando de Roma, luego asoman... (LLAMAQNDO) ¡Apúrate, Peluco... yo ya terminé el quiosco nuevo...! ¡Hola, Sebastián!

PELUCO 
       : Toma, Turilo, los diarios....

 

SEBASTIAN : Oye, Turilo, que te quedó bonito el quiosco... ¿No es cierto, Peluco?

 

CHECHÉ        : Claro, es el más lindo de todos...

 

PELUCO        : ¡Bah! ¿y esta quién es... Turilo?

 

MARIA           : Es mi hermanita y no es ninguna "esta"

 

PELUCO        : Y ¿quién te pasó la cuchara a ti...? intrusa...

 

TURILO          : Peluco, ¿qué es eso?... ¿no sabes tratar a las niñas? Si están aquí es porque yo la invité... son mis amiguitas... se llaman Cheché, la chiquitita y María, la mayor... Tú y Sabastián, jueguen con ellas, mejor...

 

CHECHÉ        : Peluco, cara de suco... Peluco cara de suco...

 

PELUCO        : Cuidado, caurita, mi nombre es Peluco y no tengo cara de nada...

 

SEBASTIAN : Oye Turilo, cómo quieres que juguemos con ellas si son molestosas.


TURILO
         :  Son travesuras de las niñas, no más... Sean amigos y jueguen, mientras yo arreglo los diarios...

 

CHECHÉ        : Yo no "jugo" ni con Peluco, ni con Sebastián cara de pan..Sebastián cara de pan...

 

SEBASTIAN : Oye peluco... Puchas la caurita molestosa... Si le pegan, después queda llorando.

 

MARIA           : Ustedes. que le pegan a la Cheché... yo que les doy un palmetazo a cada uno...

 

PELUCO        : Palmetazo... palmetazo... a ver, trata de pegar... a ver...

 

SEBASTIAN: Pega, pega... si eres "capi"...

 

TURILO          ero, cauritos, que no saben como comportarse... No sean mal educados....

 

PELUCO        :¡Claro... maleducados nosotros...¿y ellas?...

 

TURILO          : Calla, Peluco, no seas contestador con tu hermano mayor... Ustedes. No deben pelear... deben  ser amigos...

 

SEBASTIAN : Pero, es que..

 

TURILO          : No Sebastián... apenas se vienen conociendo y ya van a pelear... Todos los niños deben ser amigos... Ustedes, deben jugar sin pelear... Deben jygar alegremente y de esa manera serán unos niños felices... ¡FELICES!, no lo olviden... Miren, aquí mismo en esta revista dice y con letras muy grandes: EL NIÑO NACE PARA SER FELIZ"...

 

CHECHÉ        : ¿para comer perdíz...?

 

TURILO          : No, mi chiquillita, para ser FELIZ, o sea, para que el niño sea sano, alegre y se eduque como es debido...

 

(MUSICA. DEBE INICIARSE EN LA PALABRA FELIZ Y CONTINUAR)

 

SEBASTIAN : Yo sé de niños que no son sanos, en la escuela hay varios enfermos.

 

TURILO          : No sólo en la escuela, Sebastián, sino que en todas partes encontramos niños enfermos...

 

PELUCO        : Cuándo voy a vender diarios, fíjate Turilo, que veo niños en la Plaza de Armas o bien en la escalera de la catedral que sonm muy serios, parecen tristes. 

 

 TURILO          : Claro, Peluco, esos niños no son alegres porque han sufridos mucho.... no han tenido infancia... Ya hablaremos sobre esto que es muy importante, porque ellos también son niños...


MARIA  
         : También hay niños maleducados, como los que he conocido hoy...

 

PELUCO        : No ves, Turilo, que ella es la que empieza...

 

MARIA           : No, no, yo estaba bromeando esta vez... me interesa mucho lo que está diciendo, Turilo... ¡perdonen cauros....!

 

TURILO          : Eso está muy bien... Bueno, Ustedes. deben saber que en Chile, todas las mañanas abren los  ojos miles y miles de niños.

 

CHECHÉ        : En las tardes también, Turilo (RIEN)

 

TURILO          : Claro, mi chiquillita, pero es una forma de decir que uso yo, como anunciando algo... que  nace...

 

MARIA           : Eso que dijiste está muy bonito (REPITE LENTAMENTE) “Todas las mañanas abren los ojos miles y miles de niños..." ¡Me gusta, no sé, pero, ¡me gusta...!

 

 TURILO          : Gracias, Marita... (CONTINUANDO) Y a esas pupilas infantiles llega el mundo, con su cielo azul, con su sol, con las melodías de las cosas, de las calles, de la ciudad... 


PELUCO
         : Yo no me había dado cuenta de eso...¡Puchas!, que tienes razón Turilo ¿no es cierto, Sebastían?

 

SEBASTIAN : Claro, Peluco!, es que a uno nadie le enseña esas cosas...

 

TURILO          : (CONTINUANDO) Ustedes. deben saber, cauritos chicos, que esos ojos infantiles ampliamente abiertos, preguntan; esos ojos quieren saber...

 

CHECHÉ        : (RIE) ¡Cómo van hablar los ojos...!

 

MARIA           : Mira Cheché, no se trata de que los ojos digan palabras, sino que ellos muestran como está una persona aunque no hable....

 

CHECHÉ        : ¿No entiendo...?

 

TURILO          : Escúchame, mi chiquillita. Marita tiene razón, los ojos son como... ¡el espejo de una persona!, o sea, si una persona está triste se le nota en los ojos...

 

PELUCO        : Claro, y si una persona está alegre, parece que los ojos le brillan de puro contento.

 

SEBASTIAN : Eso es, Peluco, y si una persona está durmiendo sus ojos también duermen, o sea, están cerrados... ¿no es cierto, Peluco?

 

MARIA           : Ya estás tonteando, deja que siga hablando Turilo...

 

TURILO          : Bueno esos ojos parecen preguntar, sobre a todo a los adultos: ¡Ayúdenme a ser feliz!

 

CHECHÉ        : Turilo, ¿qué es eso de adultero?

 

TURILO          : (RIE) No, Mi chiquillita, yo dije adulto y no adultero... adulto, es una persona mayor de edad...

 

PELUCO        : Oye, Sebastián, ¡Puchas qué es metete, la caurita...¡

 

SEBASTIAN : Si, Peluco... y ni deja ni hablar a Turilo.

 

TURILO          : No importa, cauritos... "¡Ayúdenme a ser feliz!"... Ahora yo les pregunto a ustedes... alguien ayuda a los niños a ser felices... a ver contéstenme...

 

MARIA           : Claro, en las escuelas...

 

CHECHÉ        : Sí, allí me dan lechecita... qué rica...

 

TURILO          : Bien, muy bien... ¿quién más los hace felices...? a ver, a ver...

 

SEBASTIAN : Los diarios y las revistas...

 

PELUCO      : No, Sebastián, esas cosas traen puras peleas, no más.

 

CHECHÉ        :Y ¿por qué, entonces, Turilo vende diarios?

 

TURILO          : Yo no vendo sólo diarios, sino también libros... aquí hay uno.... a ver... es de Gabriela Mistral, es muy bonito... otro día lo leeremos... en cuanto a los diarios, no todos pelean como dice Peluco... Pero, quién más los hace felices...

 

MARIA           : Bueno, las radios... tocan bonitas canciones, igual que en la Tele. Por ejemplo esta (CANTA UNA CANCIÓN DE MODA)

 

PELUCO        : (INTERRUMPIENDOLA), ¡Cállate!, esa son puras tonteras...

 

SEBASTIAN : Oye Turilo, parece que no hay nada más que nos haga felices, porque ni las películas son para nosotros...

 

PELUCO        : Puchas, que estamos huérfanos de cosas felices...

 

CHECHÉ        : ¿Qué es huerfáno?

 

TURILO          : Huérfano, es una persona que no tiene a nadie... que está solo...

 

MARIA           : Qué está sin nada...

 

CHECHÉ        : Ah! entonces estás pilucha... (RIEN)

 

TURILO          : Mi chiquillita, no se dice así... Bueno, entonces resulta que ustedes. Están huérfanos de cosas que los hagan felices.. y resulta que ustedes. son el porvenir, los adultos de mañana... y, sin embargo, están náufragos.

 

CHECHÉ        : ¿Qué es naufrágo?

 

TURILO          : Náufrago, quiere decir, personas que han perdido su bote o barco en el mar  y quedan abandonados en ese mar... tratando de salvarse...

 

PELUCO        : Puchas, que tienes razón, Turilo... entonces, nosostros, todos los niños somos náufragos, estamos abandonados.

 

MARIA           : Oye, Turilo, ¿Y los náufragos no se salvan cuando pueden llegar a una isla?

 

TURILO          : Sí, es cierto,... muchos náufragos se han salvado alcanzando a llegar a una isla. Por ejemplo, Robinson Crusoe...aquí está el libro... para otra vez conversaremos sobre él...

 

MARIA           : Entonces, nosotros, podemos salvarnos...

 

PELUCO        : Cómo!...¡dí..!

 

SEBASTIAN : Sí, si claro... ¡dí! ..., pues, María.

 

MARIA           : Sencillamente, llegando todos los días, aquí... a este quiosco aquí, donde Turilo, a conversar con él.

 

SEBASTIAN : Buena, María...Tienes razón, porque Turilo sabe muchas cosas que nos ayudaría a ser felices..

 

CHECHÉ        : Entonces, el quiosco de Turilo será la isla salvadora...SUBIR LA  MUSICA

 

TURILO          : (EMOCIONADO) Mi quiosco... una isla... de los niños...

 

MARIA           : Eso es... LA ISLA DE LOS NIÑOS.

 

PELUCO        : Oye, Turilo, y ¿cómo podríamos ayudar a que otros niños llegaran a esta isla...?

 

TURILO          : Muy sencillo, inviten ustedes a todos sus amigos y compañeros y así serán muchos los niños que estarán en esta ISLA.

 

TODOS          : ¡Eso está bueno...!

 

PELUCO        : Ya lo saben chiquillas y chiquillos... vengan cuando quieran.

 

TODOS          : Vamos, vamos a invitarlos...


CHECHE 
       : Yo, voy a traer a mi muñeca... Chao Turilo. MUSICA IN CRESCENDO

                              TELÓN
                               -o-o-o-


 

 

 

VIETNAM
                                Manuel Gutiérrez Mieres

  

Personajes:

Sebastián

Peluco

María

Cheché

Turilo

 

 

PRIMERA ESCENA

 

RUIDO DE TRÁFICO

PELUCO
       : (CONVERSANDO CON SEBASTIAN UN POCO ALEJADOS) ¡No le vayas a decir a Turilo!

SEBASTIÁN  : ¡Cómo se te ocurre!

 

PELUCO        : Oye, ¡mírame otra vez! ¡Ay, ay, ay! Me duele mucho.

 

SEBASTIÁN  : Te dieron fuertazo. Se te está poniendo más negro. Peluco, ¡tienes un ojo en tinta!

 

PELUCO        : ¡Puchas! Ya verá el cauro cuando lo pille otra vez. Ahí sabrá quien es Peluco.

 

SEBASTIÁN  : Oye, Peluco. Se te está poniendo más negro a cada rato. ¡Cuidado, ahí  viene Turilo!

 

TURILO          : ¡Bah!, habían llegado. No los había sentido. ¡Tan silenciosos! Otra veces los oigos cuando vienen; pero, hoy, ¿qué les pasa? ¡Vengan! (LOS NIÑOS SE RESISTEN) Ya pues, acérquense. ¿Qué les pasa?

 

SEBASTIÁN  : Nada, Turilo.

 

TURILO          : ¿Por qué, entonces, están tan silenciosos y misteriosos? ¡A ver!

 

SEBASTIÁN  : Es que estamos pensando. ¡En la escuela!

 

PELUCO        : (MEDIO CORRIDO) ¡Claro, eso mismo! ¡La escuela!

 

TURILO          : (SOSPECHANDO ALGO) Pero, ¿en la escuela?. Creo que algo me ocultan y no me quieren decir. ¡A ver, cuéntenme!

 

SEBASTIÁN  : Si no tenemos nada escondido, Turilo, palabra.

 

TURILO          : Y por qué, entonces, Peluco, no mira de frente cuando habla. Siempre cuando se conversa con una persona, hay que hablar de frente y no con la cara para el lado. ¡Ya, Peluco! Mira para acá. A ver, ¿qué pasa? Ustedes no me engañan a mi cauritos chicos.

 

SEBASTIÁN  : Si no es nada, Turilo.

 

PELUCO        : Claro, que no es nada. (GRITANDO DE DOLOR)¡Ay, ay, ay!

 

TURILO          : ¿Qué pasa, Peluco? (MIRÁNDOLE LA CARA) ¡Qué te pasó! ¡Con que por eso no querías mirar de frente! ¡Has estado peleando otra vez! ¡Tienes un ojo en tinta! ¿Por qué peleaste? ¡Díme!¿Dónde fue?

 

PELUCO        : En la escuela. Pero, esta tarde me desquitaré.

 

TURILO          : ¿Cómo dijiste? ¿Qué vas hacer?

 

PELUCO        : Voy a dejarle, de un puñetazo, un “ojo en tinta” al cauro que me pegó la mala.

 

SEBASTIÁN  : Es cierto, Turilo. Le pegó a la mala. Yo lo ví.

 

TURILO          : Calla, Sebastián. ¿Qué significa eso de volver a pelear? ¿Acaso no tienes bastante con lo que te ha pasado?

 

PELUCO        : Es que me duele mucho. ¡Yo no puedo quedarme así no más porque sí!

 

TURILO          : ¡Qué es eso, Peluco! ¡Yo te voy a enseñar!

 

SEBASTIÁN  : Oye, Turilo, si el otro cauro le pegó, es justo que Peluco, también le dé su merecido.

 

PELUCO        : ¡Lo voy agarrar!¡No me lo quita nadie! ¡Lo haré papilla! ¡Ya verá quién es Peluco!

 

TURILO          : (ENOJADO) ¡Peluco!, ya dije que no debes andar peleando porque sí por ahí. Tienes que comprender que no sacas nada con andar dando golpes por cualquier parte. ¡Debes comprender que el hombre sabe pensar. En eso nos diferenciamos de los animales. ¡Ya te dije! Ahora, por última vez. ¡Nada de peleas! ¡Entiendes! Además, ya te pegaron. Tiene que haber sido por algo. No creo que algo bueno.

 

PELUCO      : ¡Puchas!, es que.

 

TURILO       : Nada de es que. Me voy a enojar de verdad. Menos mal que ahí vienen Marita y mi chiquillita (APARECEN LAS NIÑAS)

 

SEBASTIÁN  : Ya llegaron. No podían faltar, pues.

 

MARÍA           : ¡Buenos días a todos! (DESCUBRIENDO A PELUCO. RÍE) ¡Bah!, éste se va a dedicar a comer “brevas” o te estás pintando los ojos.

 

PELUCO        : ¡Cuidadito, caura! No me vaya a desquitar contigo no más.

 

CHECHÉ        : (RIENDO) El Peluco. ¡El ojito!

 

TURILO          : No se burlen. ¡Ya tiene su merecido!

 

MARÍA           : Seguramente estuvo peleando en la escuela. Estos cauros tienen la cabeza  llena de tonteras. ¡Que Barnabás Collins! ¡Que los Titanes del Ring! ¡Dále con revolcarse en la escuela

 

PELUCO : ¡Bah!, esos programas son para hombres y no para mujeres.

SEBASTIÁN : ¡Harto bueno que son! La envidia de ustedes ya no las deja!

MARÍA : Son FOME. ¡No enseñan nada! Solamente a andar tonteando.

SEBASTIÁN : Son “capos”. Tú no entiendes. Dí eso mejor.

MARÍA : “Capo”, sale para allá. ¡No sabes ni hablar!

PELUCO : Es que somos “choros”, ¿no es cierto, Sebastián?

MARÍA : ¡Cállense mejor! ¡Vayan a la escuela y aprende a hablar!

CHECHÉ : ¡Allá en la escuela, también dicen “capo”!

MARÍA : ¡Cállate, Cheché! ¡Sigue mirando tu revista!

CHECHÉ : Pero, si es cierto. La otra vez…

MARÍA : ¡Cállate!, te dije. Tanto que he dicho que no uses esas palabras.

TURILO : (RIENDO) Ya, ya, calma, calma. Escuchen mejor. Marita tiene razón.

PELUCO : ¡Claro!, siempre tiene la razón. Y nosotros , nunca.

TURILO : ¡Peluco! Bueno, esos programas en realidad, en cierta medida hace a los niños más violentos.¿Se han fijado que otra cosa también ayuda a que los niños anden de esa forma?

SEBASTIÁN : ¡Ah!, ya sé, las revistas.

TURILO : Eso es, Sebastián. Si ustedes miran mi quiosco, verán que faltan muchas que en los otros quioscos abundan.

MARÍA : ¡De verás! ¿Por qué, Turilo?

TURILO : Bueno, porque yo les traigo solamente revistas que no les hagan mal.

CHECHÉ : ¡Ah!, pero te esa “del pato que come pato”
TURILO : (RIENDO) Esos son números atrasados. Ya no traeré más. Bien, hay revistas que sólo se hacen para vender, sin importar lo que ellas digan. Yo, ahora, traigo ésta por ejemplo (TOMA UNA REVISTA). Muestra todas las noticias del mundo.

CHECHÉ : Pero esa también es de peleas. Es buena para Peluco

SEBASTIÁN : Escucha, caurita. Esa que tiene Turilo, nos muestra lo que está pasando en el mundo.

PELUCO : Pero, los diarios también traen puras de esas cosas. ¡Mira, éste!

SEBASTIÁN : Mira esta revista. Es sobre Vietnam.

CHECHÉ : Pero, también están peleando. ¡Ahí se ve! ¡Tanto que le gusta a la gente pelear!

PELUCO : (BURLÖN) Tú, caurita, no te metas nunca en la vida de los demás. ¿No es cierto? ¡Ojalá fuera así!

CHECHÉ : Claro, prefiero quedarme tranquilita calentándome en la casa o aquí con Turilito. ¡Yo no entiendo de peleas ni de Vietnam!

TURILO : ¡Bien, mi chiquillita! Pero, eso delVietnam, claro que hay peleas. ¡Es muy complicado! A ti te va a costar entender.

CHECHÉ : Pero, si yo soy más o menos grande. Bien luego alcanzaré a la María. ¿Por qué no voy a entender?

SEBASTIÁN : ¡Esta caurita! ¿No ves que la María también seguirá creciendo?

TURILO : (RIENDO) Bien, bien. Volvamos al tema.

MARÍA :Sí eso está mejor.

TURILO : La guerra de Vietnam, es un asunto complicado. Está en boca de todos, pero, o no le dan importancia o sencillamente no queremos saber nada.

SEBASTIÁN : Oye, Turilo, yo he oído tanto de Vietnam y de que ahí hay una tremenda mocha. Pero, no se porque pelean. Ni sé dónde está Vietnam. Ni sé por qué no termina esa “mocha”. 

MARÏA : Siempre las cosas resultan así. Uno habla sin saber.

PELUCO : Se cacarea mucho y no se sabe dónde está el huevo.

MARÍA : Ya salió él, pues. Déja a Turilo, mejor.

TURILO : Vietnam estyá en Asia. Hay que cruzar los mares. Muy cerca de Japón. ¿Se acuerdan?

SEBASTIÄN : Sí. Allá tiraron esas bombas atómicas.

PELUCO : Buena, mateo. ¿Cómo te quedó la cabeza?

MARÏA : Oye, Turilo, cuando estudiamos sobre la UNCTAD, la profesora nos dijo que allí había una guerra civil.

CHECHË : ¡Ah!, entonces es una guerra para casarse. Por eso es civil.

TURILO : No, mi chiquillita, no.

SEBASTIÄN : Quiere decir que pelean los del mismo país. No con otro país, sino entre ellos.

PELUCO : Buena, otra vez, Sebastián. Tienes que sacar la cara por los inteligentes que somos.

MARÏA : (BURLONA) Ellos, pues. Parece que el parcito come plomo todos los días.

TURILO : Estos, cauritos. Cuando estamos en lo mejor. Lo echan a perder. Si no les intersa, no les cuento más.

TODOS : No, no, no.

CHECHË : No, Burilito, es que estamos acostumbrados.

MÜSICA DE VIETNAM IRÄ DE FONDO MUSICAL

TURILO : Bueno, Vietnam es un pueblo muy heróico. Prácticamente ya está acostumbrado a pelear. Ha sido tantas veces invadido por otros países. Es un pueblo heróico. Todos defiende a su país. Los hombres, las mujeres, los jóvenes, los niños y los ancianos. Muchos han muerto por las bombas
incendiarias del enemigo. En Vietnam no hay paz. Recuerdo, en este momento lo que escribió una niña de esta ciudad sobre los niños de Vietnam. ¡Escuchen , cauritos!
                          En Vietnam
                          todo es terror y crueldad.
                          Los niños del Vietnam
                          parecen pajaritos sin vida,
                          quieren elevarse y cantar, 
                          sentirse seguros de sí mismo.
                          Volar y reír.

MARÍA : ¡Qué bonito y qué triste a la vez! ¿Por qué siempre tienen que sufrir los
niños?

SEBASTIÁN : Pero harto valientes son los pobres. Yo creía que la cosa no era tan grande.
 
PELUCO : ¿Y sigue la guerra civil?

TURILO : Sí, pero.

MARÍA : Pero, qué, Turilo. Dínos.

TURILO : Entre ellos, seguramente, habrían terminados; pero, se metieron de afuera, de otro país.

SEBASTIÁN : ¿Y cuál es el afán de enviar o de meterse gente de otro país?

PELUCO : Algún interés habrá, pues.

TURILO : ¡Has dado en el clavo! ¡Justo! ¿No vas a decir que lo sabías?. ¡Eso fue puro zapallazo!

CHECHÉ : Están hablando de Vietnam y salen con los zapallos. ¡Na, que ver!

PELUCO : Es que tú, caurita, siempre agarras la cola de lo que se dice.

SEBASTIÁN : Zapallazo, quiere decir “por casualidad” ¡Mejor, cállate!

CHECHÉ : (HACIENDO BURLA) ¡No te puedo creer!

PELUCO : Pero, esos que se meten de afuera, además de metetes, gastan mucho dinero
que podrían ocuparse en otras cosas.

SEBASTIÁN : Sí ¿Por qué se meten?

MARÍA : Cuando mueren soldados, cómo llorarán las mamás cuando lo saben. ¿Por
qué? ¿Por qué se meten?

TURILO : Yo también pregunto y con la misma rabia de ustedes. ¿Por qué pelean
tanto? ¿Por qué no son amigos?

CHECHÉ : Y Peluco, ¿por qué peleó en la escuela?

TURILO : Los hombres han sido siempre peleadores y violentos. Muchas veces no
saben porqué lo hacen.

CHECHÉ : Entonces son unos tontos. S i no saben lo que hacen.

TURILO : No es que a veces nos dejamos llevar por los demás. Otras veces tenemos que defender nuestras ideas, porque creemos que son buenas y somos capaces de morir por ellas.

SEBATIÁN : Así como en Vietnam.

PELUCO : Eso es.

TURILO : Pero, a veces el hombres es violento porque tiene mucha energía.

CHECHË : ¿Energía? ¿Qué es eso?

MARÍA : Es la fuerza que tenemos para movernos.

TURILO : Exactamente. ¡Muy bien!

MARÍA : Eso nos viene del sol y de los alimentos. ¿No es así?

TURILO : Pero, qué bien. Bueno esa energía debemos saberla utilizar en cosas útiles.

SEBASTIÄN : Se puede utilizar en el deporte.

TURILO : ¡También! Y por supuesto en estudiar. En ayudar a los demás.

CHECHÉ : Algunos la utilizan quebrando vidrios.

PELUCO : Esos lo hacen para reclamar algo.

MARÍA : Pero, a veces lo hacen de puro gusto. Yo los he visto.

TURILO : Eso ocurre, generalmente hoy. En los jóvenes para reclamar como dice
Peluco; pero, seguramente lo hacen porque cuando niños vivieron
encerrados en los departamentos y no gastan su energía en jugar.

CHECHÉ : Entonces, ¿no es malo jugar?

TURILO : No, mi chiquillita, los niños deben jugar y mucho. Pero, en horas
adecuadas.

PELUCO : Y, ¿no es malo pelear?

TURILO : (CON CIERTO ENOJO) ¡Yo creía que ya te habías dado cuenta qué
no!¡Miren el perla! (A MARÍA) Pero, Marita, ¿por qué te has quedado tan
callada?

MARÍA
: Estoy pensando en que nosotros, mientras jugamos, vamos a la escuela, comimos,conversamos, hay niños iguales quenosotros que tienen que andar todos los santos días, corriendo, arrancando, haciéndole el quite a las bombas, hambrientos, tiritando de frío, sin sus madres, cruelmente heridos. ¡Qué terribles son las guerras!

SEBASTIÁN : (FUERTE) ¿Pero no hay nadie que detenga la guerra? ¡Puchas!, me dio
rabia.

PELUCO : A mí también, Sebastián. Somos como verdaderas hormigas al lado de los
que pueden detenerla.

TURILO : Pero en todo el mundo las hormigas se están juntando y de una u otra forma
están dando a demostrar que eso ¡TIENE QUE TERMINAR! (RONDA. EMPEZAR CUANDO DICE TURILO “TIENE QUE TERMINAR” Ustedes, deben unirse a los niños para pedir que esos miles y miles de niños vivan como niños, como niños felices. Ojalá que en nuestro Chile, los niños, todos puedan jugar y reír tranquilos, sin que nadie de afuera los vengan a molestar. 

PELUCO   
     : ¿Y sigue la guerra civil?

 

TURILO          : Sí, pero.

 

MARÍA           : Pero, qué, Turilo. Dínos.

 

TURILO          : Entre ellos, seguramente, habrían terminados; pero, se metieron de afuera, de otro país.

 

SEBASTIÁN  : ¿Y cuál es el afán de enviar o de meterse gente de otro país?

 

PELUCO        : Algún interés habrá, pues.

 

TURILO          : ¡Has dado en el clavo! ¡Justo! ¿No vas a decir que lo sabías?. ¡Eso fue puro zapallazo!

 

CHECHÉ        : Están hablando de Vietnam y salen con los zapallos. ¡Na, que ver!

 

PELUCO        : Es que tú, caurita, siempre agarras la cola de lo que se dice.

 

SEBASTIÁN  : Zapallazo, quiere decir “por casualidad” ¡Mejor, cállate!

 

CHECHÉ        : (HACIENDO BURLA) ¡No te puedo creer!

 

PELUCO        : Pero, esos que se meten de afuera, además de metetes, gastan mucho dinero que podrían ocuparse en otras cosas.

 

SEBASTIÁN  : Sí ¿Por qué se meten?

 

MARÍA           : Cuando mueren soldados, cómo llorarán las mamás cuando lo saben. ¿Por qué? ¿Por qué se meten?

 

TURILO          : Yo también pregunto y con la misma rabia de ustedes. ¿Por qué pelean tanto? ¿Por qué no son amigos?

 

CHECHÉ        : Y Peluco, ¿por qué peleó en la escuela?

 

TURILO          : Los hombres han sido siempre peleadores y violentos. Muchas veces no saben porqué lo hacen.

 

CHECHÉ        : Entonces son unos tontos. S i no saben lo que hacen.

 

TURILO          : No es que a veces nos dejamos llevar por los demás. Otras veces tenemos que defender nuestras ideas, porque creemos que son buenas y somos capaces de morir por ellas.

 

SEBATIÁN     : Así como en Vietnam.

 

PELUCO      : Eso es.

 

TURILO          : Pero, a veces el hombres es violento porque tiene mucha energía.

 

CHECHË        : ¿Energía? ¿Qué es eso?

 

MARÍA           : Es la fuerza que tenemos para movernos.

 

TURILO          : Exactamente. ¡Muy bien!

 

MARÍA           : Eso nos viene del sol y de los alimentos. ¿No es así?

 

TURILO          : Pero, qué bien. Bueno esa energía debemos saberla utilizar en cosas útiles.

 

SEBASTIÄN  : Se puede utilizar en el deporte.

 

TURILO          : ¡También! Y por supuesto en estudiar. En ayudar a los demás.

 

CHECHÉ        : Algunos la utilizan quebrando vidrios.

 

PELUCO        : Esos lo hacen para reclamar algo.

 

MARÍA           : Pero, a veces lo hacen de puro gusto. Yo los he visto.

 

TURILO          : Eso ocurre, generalmente hoy. En los jóvenes para reclamar como dice Peluco; pero, seguramente lo hacen porque cuando niños vivieron  encerrados en los departamentos y no gastan su energía en jugar.

           

CHECHÉ        : Entonces, ¿no es malo jugar?

 

TURILO          : No, mi chiquillita, los niños deben jugar y mucho. Pero, en horas adecuadas.

 

PELUCO        : Y, ¿no es malo pelear?

 

TURILO          : (CON CIERTO ENOJO) ¡Yo creía que ya te habías dado cuenta qué no!¡Miren el perla! (A MARÍA) Pero, Marita, ¿por qué te has quedado tan callada?

 

MARÍA           : Estoy pensando en que nosotros, mientras jugamos, vamos a la escuela, comimos, conversamos, hay niños iguales que nosotros que tienen que andar todos los santos días, corriendo, arrancando, haciéndole el quite a las    bombas, hambrientos, tiritando de frío, sin sus madres, cruelmente heridos. ¡Qué terribles son las guerras!

 

SEBASTIÁN  : (FUERTE) ¿Pero no hay nadie que detenga la guerra? ¡Puchas!, me dio  rabia.

 

PELUCO        : A mí también, Sebastián. Somos como verdaderas hormigas al lado de los que pueden detenerla.

 

TURILO          : Pero en todo el mundo las hormigas se están juntando y de una u otra forma están dando a demostrar que eso ¡TIENE QUE TERMINAR! (RONDA.

 EMPEZAR CUANDO DICE TURILO “TIENE QUE TERMINAR”  Ustedes, deben unirse a los niños para pedir que esos miles y miles de niños vivan como niños, como niños felices. Ojalá que en nuestro Chile,  los niños,  todos puedan jugar y reír tranquilos, sin que nadie de afuera los vengan a molestar.

 

                       TELÓN
                        -o-o-o-

 

COBRE
                                Manuel Gutiérrez Mieres

 

Personajes:

Sebastián

Peluco

María

Cheché

Turilo

 

 

PRIMERA ESCENA

 

RUIDO DE TRÁFICO. GRITOS DEL MANZANERO REITERADAMENTE

 

SEBASTIÁN : ¡Escucha, Peluco! ¡Escucha! 

 

PELUCO      : ¡Puchas que es lindo el grito! (IMITATANDO EL GRITO)

 

SEBASTIÁN : Con esa voz, no sirves ni para vender castaña (RÍE)

 

PELUCO      : Buena, oh. Pero me voy a aprender el gritito. ¡Es muy relindo!

 

TURILO       : (ESCUCHANDO) ¿Qué están mirando, curitos? ¡Ah!, a mi amigo, el manzanero. Está bien que se fijen en él. Es un hombre trabajador y muy amigo de los niños. Las manzanas que vende son muy ricas. Oye, Peluco. No te olvides que tengo que tomar el tren. Tenemos que cerrar temprano. Anda de una carrera a pagar los diarios (SE ALEJA)

 

SEGUNDA ESCENA

 

PELUCO      : Bueno, Turilo. Acompáñame, Sebastián. Mira, ahí está el amigo de las manzanas. Oye, si comemos manzanas, ¿tú no te enojarías? ¿No es cierto?

 

SEBASTIÁN : ¡Claro que no! Hace rato que me entraron unas ganas locas de comer manzanitas. Pero, no tengo plata para comprar. 

 

PELUCO      : ¿Y no escuchaste a Turilo que dijo que era muy amigo de los niños?

 

SEBASTIÁN : Bueno y qué. De todas maneras, no tengo plata. Puras ganas.

 

PELUCO      : ¿Pata qué queremos plata? Solamente las tomamos y listo.

 

SEBASTIÁN : ¿Cómo? ¿Sin pagar?

 

PELUCO      : ¡Claro! Escucha, tú le buscas conversación. Mientras tanto yo, por detracito, con esta manito, le saco algunas. ¿Qué te parece?

 

SEBASTIÁN : ¿Y si nos pillan?

 

PELUCO      : ¡Qué nos van a pillar! Apretamos a correr. Te apuesto a que no nos alcanza.

 

SEBASTIÁN  : No me atrevo. Si hacemos eso, dejar{a de ser amigo de los niños.

 

PELUCO      : ¡Puchas que eres! Si es refacil. Llegar y tomar. Total nosotros también somos niños. ¡Ya, vamos!

 

SEBASTIÁN : (MEDIO CONVENCIDO) ¡Bueno! (DE PRONTO) ¡Espera! Ahí viene la María.

 

TERCERA ESCENA

 

 MARÍA       : (COMIENDO UNA MANZANA) ¡Hola cauros! ¿Quieren comer manzanas?

 

SEBASTIÁN : ¡Ya! ¡Convídate!

 

MARÍA         : (RIENDO) ¡Ah{i tienen la coronta! ¡Manzana querían los perlas!

 

PELUCO      : Caura, coñete. ¡Ya , vamos Sebastián!

 

SEBASTIÁN : Sí, sí, vamos, Peluco (A PELUCO A MEDIA VOZ) ¡Puchas, me dieron más ganas de comer manzanas! (CORREN)

 

MARÍA          : (A TURILO QUE VUELVE) ¿Qué estás haciendo, Turilo!

 

CUARTA ESCENA

 

TURILO        : ¡Hola, Marita! Estoy preparándome para viajar. Tengo que tomar el tren.

 

MARÍA         : ¿Y a dónde vas?

 

TURILO        : A Rancagua. Tengo que ir hoy, sin falta.

 

MARÍA         : Y, ¿por qué tan rápido, Turillo?

 

TURILO        : Tengo que ir a ayudar a mi compadre Juan. Ayer recibí una carta suya, en la  me pide ayuda para solucionar un problema.

 

MARÍA         :¡ Este, Turilo! No sólo nos ayuda a nosotros, sino que también a otras personas.

 

TURILO        : Es que es mi compadre Juan, Marita. Mientras pueda hacer algo por la vida. Lo haré.

 

MARÍA         : (INTRIGADA) ¿Y qué le pasó a tu compadre, por allá tan lejos?

 

TURILO        : (SENTÄNDOSE) ¡Escucha, Marita! Se le preentó una vez, la oportunidad de comprar una pequeña quintita. No era gran cosa. Bueno, tuvo que pedir plata prestada. Pero, se le ocurrió perdirle a una persona, que resultó ser un usurero.

 

MARÍA         : ¿Qué es un usurero, Turilo?

 

TURILO        : (RIENDO) ¡Bah! Te estás pareciendo a la Cheché en lo preguntona. ¿Cómo que no ha aparecido mi chiquillita? Bueno, usurero es aquella persona que presta dinero con interés.

 

MARÍA         : ¿Interés?

 

TURILO        : Sí, por ejemplo: yo te presto $1.000 con un interés de 10%. Entonces, tú tienes que devolverme $1.100 y si no puedes pagarme, la cantidad a pagar va subiendo.

 

MARÍA         : Pero eso es una sinvergüenzura.

 

TURILO        : ¡Claro, Marita! Por eso, mi compadre necesita ayuda. El sinvergüenza del usurero le quiere quitar la quintita, porque no le ha cancelado los intereses.

 

MARÍA        : ¡Díso mío! ¿Cómo puede ser eso? ¡Pobre amigo tuyo!

 

TURILO       : ¡Así es, Marita! Por eso voy a Rancagua. (DE PRONTO) ¿Qué no es mi chiquillita la que viene allí? ¡Claro que es ella!

 

QUINTA ESCENA

 

CHECHÉ      : (APARECIENDO) ¡Hola, Turilo! Te traje algo. ¡Toma!

 

TURILO       : ¡Una manzana! Pero, Cheché, ¿para qué gastas tu dinero en mí?     

 

CHECHÉ      : Si no me ha costado nada. Me la dieron.

 

MARÍA         : ¿Te la dio el amigo de las manzanas? ¡Qué bueno es!

 

CHECHÉ      : ¡No, él no fue!

 

MARÍA         : ¿Y quién fue , entonces, Cheché?

 
CHECHÉ      : Peluco y Sebastián. Yo venía para acá y los pillé.

 

TURILO       : ¿Peluco y Sebastián? ¿Los pillaste? ¿En qué, mi chiquillita?

 

CHECHÉ      : Sacándole manzanas al caballero. Yo no les dije nada. Sólo estaba mirando. ¡Entonces me pasaron unas  y se fueron corriendo!

 

TURILO       : ¡Esto no más faltaba! ¡Ladrones de manzana! ¡Ya verás, Peluco!

 

CHECHÉ       : (SEÑALANDO LA MALETA DE TURILO) Esta maleta, ¿de quién es, Turilo?

 

MARÍA        : De Turilo. Va de viaje.

 

CHECHÉ      : ¿De viaje? 

MARÍA             : Sí, Cheché. No molestes a Turilo. Está muy preocupado.

 

TURILO        : No, no importa (A CHECHÉ) Voy a ver a mi compadre Juan, mi chiquillita.  ¡Allá vienen esos cauros! ¡Ahora verás, Peluco! (LLEGAN LOS NIÑOS)

 

SEXTA ESCENA

 

PELUCO     : ¡Ya cancelé los diarios, Turilo!

 

TURILO       : ¿Por qué te demoraste tanto, Peluco? ¿Dónde pasaste?

 

PELUCO      : A ninguna parte, ¿por qué, Turilo?

 

SEBASTIÁN : (SIN QUE NADIE LE PREGUNTARA) A ninguna, Turilo, palabra.

 
TURILO       : ¡Sebastián, tú te quedas calladito!  ¿Peluco, con qué plata compraste  manzanas? ¡Responde!

 

PELUCO      : (TITUBEANDO) ¡Este, este que con!

 

TURILO       : ¡Con ninguna, porque yo te di lo justo para los diarios! ¿Te las regalaron? ¡Sí o no, responde!

 

PELUCO      : (ASUSTADO) Sí… este que no…

 

CHECHÉ      : Las sacó por detracito.

 ¡Yo lo ví?

 

SEBASTIÁN : (MOLESTO) ¡Caura, acusete!

 

CHECHÉ      : Tú eres acusete, cara de cuete. Yo sólo dijo la verdad. ¡Yo no miento!

 

MARÍA         : ¡Eso es, Cheché! (A LOS NIÑOS) ¡No tienen por qué tomar lo que no es de ustedes!

 

TURILO        : ¡Peluco, vas a cancelar inmediatamente las manzanas. (LE DA DINERO) Pedirás perdón a mi amigo el manzanero. (A SEBASTIÁN) Tú también, Sebastián. Ya partieron (LOS NIÑOS SALEN CORRIENDO) ¡Cauros malos! ¡Miren que robar manzanas!

 

SÉPTIMA ESCENA

 

MARÍA          : Allá van corriendo. ¡Me gustó lo que hiciste, Turilo!

 

TURILO         : Siempre hay que devolver lo que no es de uno, Marita. Así, yo trataré que a mi compadre no le quiten su quintita, porque ya es de él. Además, es algo indigno, quitarle a una persona.

 

CHECHÉ          : ¿Qué es indigno, Turilo?

 

TURILO           : Alguien que hace algo malo, Cheché. Que no está bien. (MIRANDO A LO LEJOS) ¡Allá vuelven! (LOS NIÑOS LLEGAN ARREPENTIDOS) ¡Mira, Peluco en las cosas en que andas! Justo hoy día en que viajo. ¡Ayúdame a guardar las cosas aquí! ¡Pensándolo mejor, vas a ir conmigo! ¡Te hará bien! ¡Apúrate, el tren sale a las 2 de la tarde para Rancagua!

 

OCTAVA ESCENA

 

SEBASTIÁN : (TIMIDAMENTE) ¿A qué vas a Rancagua, Turilo?

 

TURILO        : (SERIO)¡Ya se lo dije a Marita!

 

MARÍA          : ¡Miren que curiosos! ¿Cancelaron las manzanas?

 

PELUCO        : (ENOJADO) ¡Ya las pagamos, caura!

 

TURILO          : (SEVERO) ¡Peluco, cuidadito! ¡Ya hablaré con mi amigo el manzanero!

 

CHECHÉ          : Turilito, ¿está lejos Rancagua?

 

TURILO : Sí, Cheché, poco antes de Santiago.

 

CHECHÉ          : Me gustaría ir para así andar harto en tren. ¡Yo voy siempre con mi abuelita a Chiguayante! Pero, está cerquita. ¡Quiero andar harto en tren! ¡Me gustaría a Rancagua, contigo Turilo!

 

TURILO : ¿Quieres ir conmigo? Si te dan permiso te llevo.

 

CHECHÉ          : Sí, si me dan siempre que vaya contigo.

 

SEBASTIÁN : (SIN PODER CONTENERSE) A mi también me dan permiso si voy con Turilo! ¡Llévame, Turilo!

 

TURILO        : ¡Bueno! A ti Marita, ¿te dan persmiso?

 

MARÍA          : Sí, siempre que estos cauros no fueran peleando y revolviéndola.

 

TURILO         : De eso me encargo yo.

 

SEBASTIÁN   : Turilo, yo he oído nombrar mucho esa ciudad. ¡Rancagua!

 

TURILO          : Sí, es muy conocida la ciudad.

 

CHECHÉ         :  ¡Ah, ya sé! ¡Allá hubo una guerra! ¡La guerra de Rancagua! Tiraron hartas bombas.

 

SEBASTIÁN : (RIENDO) Esta caurita, se refiere al desastre de Rancagua.

 

MARÍA         : Ya está el cachiporra. ¡Sabelotodo!

 

SEBASTIÁN : No ves que eres tú la que empiezas y después nosotros somos los culpable.

 

TURILO        : ¡Bueno, bueno! Aclaremos una cosa a Cheché. En ese tiempo, mi chiquillita, no existían las bombas.

 

PELUCO     : ¡Oye, Turilo! El Intendente de aquí antes estaba allá en Rancagua. La otra vez cuando pasó a comprarme el diario lo reconocí.
 
SEBASTIÁN : ¡Claro, ahora que me acuerdo salió en una foto en los diarios cuando estaba allá! 

TURILO        : ¡Ah!, esa foto a que te refieres, Sebastián, fue tomada en un día memorable.

 

TODOS         : ¡Cuál! ¿Qué día, Turilo? 

CHECHÉ        : En el desastre de Rancagua.

 

TURILO         : No, mi chiquillita.

 

SEBASTIÁN : Eso fue hace mucho, el intendente, ni siquiera nacía.

 

TURILO        : ¡Efectivamente! Esa foto fue cuando se firmó “LA NACIONALIZACIÖN DEL COBRE DE CHILE”

 

MARÍA         : ¡Ah!, yo lo ví en la Tele.

 

PELUCO       : ¿Y por qué se firmó allá?

 

TURILO         : Porque allá está una de las minas subterránea más grande del mundo.

 

SEBASTIÁN : ¡Ah1, pero, también hay otra más grande, como la de CHUQUICAMATA.

 

MARÍA         : Esa también es la más grande del mundo pero sobre la superficie de la tierra, ¿no es cierto, Turilo?

 

TURILO        : ¡Claro! Es la más grande del mundo “a tajo abierto”, así se dice.

 

CHECHÉ       : Qué es difícil el nombrecito: Chu-chi-ca-mata.

 

SEBASTIÁN  : CHU-QUI-CA-MATA, caurita.

 

PELUCO        : Pero, hay muchas minas de cobre más.

 
CHECHÉ        : ¿Por qué hay tantas minas?

 

MARÍA          : Porque Chile tiene mucho cobre, así dicen en la escuela.

 

TURILO         : Claro, Chile está entre uno de los países más grandes productores de cobre del mundo. Por eso es que las mayores entradas en dólares a la economía son por la venta de este mineral.

 

SEBASTIÁN : Por eso, es que dicen tanto que “EL COBRE ES EL SUELDO DE CHILE”.

 

TURILO        : Exactamente. Si Chile no tuviera todo el cobre que tiene, tendríamos muy poco dinero y este no alcanzaría para las necesidades básicas que tiene nuestro país, como pagar a empleados, etc.

 

MARíA          : Oye, Turilo, yo leí una poesía muy bonita sobre el cobre. Es larga, pero me sé un pedazo. ¿Sabes? Comprendí una cosa.

 

PELUCO        : ¿Qué comprendiste, María?

 

MARÍA           : Por qué era necesario que este mineral fuera nuestro, o sea de todos los chilenos.

 

CHECHÉ      : ¿Entonces, no era de Chile? ¿No dijiste, Turilo que estaba en Rancagua y en Chu-chi… Chuquicamata?

 

TURILO        : Si están en nuestro país, Cheché; pero, hasta hace un año no nos pertenecía.

 

CHECHÉ          : No entiendo.

 

SEBASTIÁN     : Claro, no nos pertenecía, porque estaba explotado por otro país; o sea, estaba en nuestra tierra, pero todas las ganancias eran para los otros.

 

MARÍA             : Oye, Turilo, eso se parece al caso de tu compadre Juan. Él tiene su quinta y se la quieren quitar. A nosotros, a todfos, teníamos el cobre y nos lo estaban quitando. ¿Qué curioso?

 

TURILO        : No sólo a eso se parece, sino que también al robo de las manzanas. Porque Peluco y Sebastián, estaban sacando una cosa que no les pertenecía. A nosotros nos estaban sacando el Cobre que no les pertenecía a ese otro país.

 

PELUCO

Y SEBASTIÁN: Pero, nosotros devolvimos las manzanas pagándolas. Mientras que…

 

CHECHÉ         : Sigo sin entender ni palotes.

 

PELUCO         : Yo te voy a explicar. Tú tienes tres manzanas. Si yo te voy quitando una primero, luego otra y otra. ¿Qué harías tú?

 

CHECHÉ          : Te pego una patada en las canillas por ladrón.

 

TURILO           : Eso es, más o menos. Bueno, la cosa es que los Chilenos. Todos, dijimos: Basta y nacionalizamos nuestro COBRE, el 11 de julio de 1971. Esta fecha ha pasado a la historia como el DÍA DE LA DIGNIDAD NACIONAL; es decir, el día del inicio de la liberación de nuestra patria, el día en que dejamos de ser explotados por manos extranjeras que se llevaron tanto dinero que nos habría servido para construirles miles de escuelas a ustedes niños. Hoy se cumple un año de esa fecha en que se nacionalizó el Cobre.

 

NOVENA ESCENA

 

CENITAL. FOCO DE LUZ SOBRE MARÍA SOLA EN EL ESCENARIO

 

 

MARÍA           : (RECITANDO MÚSICA APROPIADA)

                                               Es hora

de dar el mineral

a los tractores,

a la fecundidad

de la tierra futura,

a la paz del 
           sonido,

a la herramienta,

a la máquina clara

y a la vida.

Es hora

de dar

la huraña

mano abierta del 
            cobre

a todo ser
            humano.

Por eso,

Cobre,

serás nuestro,

no seguirán   
            jugando

contigo

a los dados

los tahúres

de la carnicería.

De los cerros

abruptos,

de la altura

verde,

saldrá el cobre de
           Chile

la cosecha

más dura

de mi pueblo,

la corola

incendiada,

irradiando

la vida

y no la muerte,

propagando la
           espiga

y no la sangre,

dando a todos los
            pueblos

nuestro amor

desenterrado,

nuestra montaña
            verde

que al contacto

de la vida y el 
            viento

se transforma

en corazón
            sangrante,

en piedra roja.

 

DÉCIMA ESCENA

 

TURILO : Peluco, ¿estás listo? Nos queda poco tiempo para tomar el tren.

 

MARÍA  : Oye, Turilo, voy corriendo con la Cheché a pedir permiso. Nos encontramos en la estación. ¡Chao, chao, Turilo! 

SEBASTIÁN : Yo también voy a mi casa. En la estación nos encontramos, Peluco. ¡Chao, Turilo!

 

TURILO       : ¡Bueno, Peluco, vamos! Mi compadre Jusn , nos espera. (SALEN)

 

UNDÉCIMA ESCENA

 

PITO DE UN TREN QUE ANUNCIA SU PARTIDA DESDE LA ESTACIÖN. GRITO DEL MANZANERO. RUIDO DE MARCHA DEL TREN

 

CHECHÉ     : ¡Nos vamos! ¡Qué rico, viajaré harto en tren!(MIRANDO POR LA VENTANILLA DEL CARRO) ¡Miren, el caballero de las manzanas! ¡Nos hace señas con la mano! ¡No, no! ¡Está tirándonos manzanas para el viaje! ¡Viva! ¡Gracias!

 

TURILO      : (MIENTRAS LOS NIÑOS RECIBEN LAS MANZANAS ENTRE RISAS Y GRITOS) Se dan cuenta, cauritos, sobre todo Peluco y Sebastián, que es mejor ser digno antes de andar quitando las cosas que no les pertenece. Ahora, ¡vamos a Rancagua, la ciudad dos veces histórica!

 

TELÓN


-o-o-o- 

 

                           TEMPORAL                                                                                                 

                              Manuel Gutiérrez Mieres 


Personajes:

Sebastián

Peluco

María

Cheché

Turilo

 

 

 

RUIDOS DE LLUVIA Y VIENTO

 

TURILO      : (LLEGA APURADO. HABLA CONSIGO MISMO) ¡Uf, qu{e lluvia!  Parece que no va a terminar nunca. (BUSCA LA LLAVE PARA ABRIR LA PUERTA DEL QUIOSCO) ¿Dónde dejé la llave? ¡Vengo tieso de puro mojado! ¿Dónde estará la llave? (BUSCA EN SUS BOLSILLOS)  Por aquí la guardé. ¡Ah!, por fín la pillé. Ahora abrir la puerta de mi quiosco. (RUIDO DE LA LLAVE EN LA PUERTA. SILBA. DE PRONTO SE CALLA BRUSCAMENTE) ¡Oh!. ¿Qu{e pasó aquí? Mi quiosco está lleno de agua. ¡Mamita mía! ¿Qu{e voy a hacer? Y este Peluco que no llega con los diarios. Tendr{e que sacar toda el agua. ¡D{onde habr{a una pala! Aquí  hay una. (EMPIEZA A TRABAJAR) El pobre Peluco va a llegar como pitío de mojado. ¡Ahí viene! ¡Eh, Peluco! (LLAMANDOLO) ¡Corre, corre. No te mojes tanto! (SE SIENTE CORRER A PELUCO)

 

PELUCO      : (CANSADO) ¡Puchas, Turilo, no me entregaban nunca los diarios! Y m{as encima esta lluvia. No podía ni atravesar las calles. ¿Dónde dejo los diarios,        Turilo? (MIANDO AL INTERIOR DEL QUIOSCO) Pero, ¿qué pasó aquí, Turilo? ¡Está lleno de agua! ¡Ahora si que la sacamos bien! ¡El quiosco lleno de agua! ¿Qué vamos hacer, Turilo?

 

TURILO       : Deja los diarios ahí arriba y ven a ayudarme.

 

PELUCO      : ¡Al tiro! ¿Dónde habrá otra palita? (ENCUENTRA UNA PALA Y UN TARRO) ¡Aquí hay un tarro! (EMPIEZA A TRABAJAR) ¿Oye, Turilo!

 

TURILO       : ¿Qué?

 

PELUCO      : Parece que dejaron la llave del agua abierta.

 

TURILO       : ¿Cuál llave? y ¿Quién?

 

PELUCO      : Bueno, San Isidro, allá en el cielo. ¡No ves que no para de llover!

 

TURILO       : (RÍE) Este, Peluco. ¡Ayúdame y habla menos! ¡Uf!, me duele la cintura tanto estar agachado. Menos mal que falta poco.

 

PELUCO      : (CANTANDO)             
                       

                      ¡Que llueva, que llueva!,

                      La virgen de la cueva.
                      Los pájaritos cantan.

                      La vieja se levanta.

                      Qué sí, qué no,

                      Que llueva un chaparrón.

                       ¡Ay, ay, ay!

 

TURILO       : (ASUSTADO) ¿Qué pasa, Peluco?

 

PELUCO      : Nada. Es que una gota muy helada me cayó por el cuello para abajo. ¡Qué helada!

 

TURILO       : (RIENDO) Eso te pasa por estar pidiendo agua. (BURLÓN) ¡Sigue  cantando , no más!

 

PELUCO      : Oye, Turilo, mira lo que dice el diario.

 

TURILO       : A ver, ¿qué dice?

 

PELUCO      : (LEYENDO) Vientos a más de 100 km/h, azota la región. La lluvia continúa (SIGUE LEYENDO CON CIERTA ANGUSTIA) Varias  poblaciones inundadas. ¡Puchas!, no somos nosotros solamente los que estamos inundados!               

 

TURILO        : Menos mal que terminé. ¡Pásame el diario! ¡Oh!, mira las fotos (PELUCO SE ACERCA) Están sacando a la gente de las oblaciones en camiones del ejército.

 

PELUCO      : Y, ¿para dónde la llevarán?

 

TURILO       : A las escuelas, dice aquí.

 

PELUCO      : ¿A las escuelas? Y ¿por qué?

 

TURILO       : Seguramente porque ellas tienen hartas salas, generalmente grandes. Además, hay cocina donde pueden prepararse la comida. Hay servicios higiénicos y sobre todo porque van a estar protegidos.

 

PELUCO      : Mira , Turilo quién viene corriendo allí. ¿Pero, si son Sebastián, la Maríala Chché! (SE SIENTEN CARRERAS DE NIÑOS QUE SE ACERCAN.  PELUCO LLAMA A SEBASTIÁN ¿Sebastián, Sebastián, apúrate, no te mojes tanto!

 

TURILO       : (A LOS RECIÉN LLEGADOS) ¡Pero, cauritos! ¿Cómo se les ocurre venir  con esta lluvia?

 

MARÍA        : (CANSADA POR LA CARRERA) Yo iba a la Escuela y la encontré ocupada por gente que se les había inundado la casa. Me acordé del quiosco y me vine corriendo para acá.(RUIDO DE LLUVIA Y DEL VIENTO VA DECRECIENDO)

PELUCO
      : Entonces, ¿no hay cklases?

 

SEBASTIÁN : Claro que no. Nuestra escuela también estyá ocupada. Yo me venía y me encontré con la María y la Cheché.

 

TURILO        : Pero, mi chiquillita, ¿por qué viniste tú. Te vas a resfriar.

 

CHECHÉ       : La María no quería traerme; pero, yo vine no más. Me puse mi gorrito y mi capa y me vine para acá.

 

TURILO        :Bueno, ya que están aquí, pónganse a cubierto de la lluvia. Menos mal que está pasando.

 

PELUCO      : ¡Mira, Sebastián!

 

SEBASTIÁN : ¿Qué, qué pasa!

 

PELUCO      : En esta foto hay unos niños metidos en el agua y todos mojados.

 

SEBASTIÁN : ¡De veras!

 

MARÍA         : ¡Pobrecitos! ¿Cómo deben estar sufriendo?

 

TURILO        : Pobres niños. Han perdido todo. Me dan pena. Ser{a mejor que mi chiquillita se vaya para su casa mejor.

 

CHECHÈ     : No, yo no quiero irme. Yo quiero estar aquí.

 

PELUCO     : ¡Àndate mejor! ¡Vas a quedar como pollita mojada! CHECHÈ     : ¡No

  quiero, no quiero y no quiero!

 

SEBASTIÀN : ¡Puchas que es porfiada la pajarita!

 

MARÍA         : ¡Ya déjenla tranquila! Si ella no quiere irse. No se va. Además, anda conmigo. No la molesten más, o si no.

 

SEBASTIÁN : ¿Osi no qué?

 

PELUCO      : (BURLÓN) Tremendo carro que se nos viene encima.

 

TURILO       : Pero ustedes, no saben más que pelear cuando se juntan.

 

MARÍA         : Es que estos cauros, son tan molestosos. Ojalá ellos estuvieran todos mojados con el agua.

 

TURILO       : ¡No diga eso, Marita! Mire que de sólo mirar y pensar en esos pobres niños, no quisiera que alguien de ustedes sufriera lo que ellos están sufriendo.

 

PELUCO      : ¿Y qué podemos hacer? ¡Nada!

 

TURILO       : Pero, Peluco, ¿cómo que nada? ¡Tenemos que hacer algo!

 

PELUCO      : Y el quiosco no estaba con agua. ¿Quién ayudó a sacarla? A ver.

 

TURILO      : Sí, pero ahora ya no queda nada. Además nunca hay que pensar solamente en uno, sino también hay que pensar en los demás.

 

MARÍA        : (A PELUCO) ¿Y si hubiera sido en tu casa? ¡A esta hora, estarías nadando como pato!

 

SEBASTIÁN : Bueno, ellos se fueron a las escuelas y con eso basta.

 

TURILO      : ¿Cómo es eso? No te das cuenta que al ocupar las escuelas, ustedes no tienen clases. Así pierden de estudiar.

 

PELUCO     : ¡Eso está bueno! Así podemos jugar hartazo. ¿No es cierto, Sebastián? (SEBASTIÁN AFIRMA)

 

 CHECHÉ     : (METIDA EN UN CHARCO DE AGUA) A mi no me gusta que ocupen mi  escuela, porque ensucian mi salita.

 

MARÍA  : Cheché, no digas eso. (SE DA CUENTA DONDE ESTÁ CHECHÉ ) ¡Sale del agua, chiquilla!

 

TURILO     : (PROTEGIENDO A CHECHÉ) ¡Pónganse aquí, ni chiquillita! ¿No ve que le puede dar una broncopneumonia? (A LOS DEMÁS NIÑOS) ¡Ahora escuchen! No se trata de que pierdan clases porque sí, ni se trata de que vayan a ensuciar las salas.

 

PELUCO      : (INTERRUMPIENDO) ¿Y de qué, entonces?

 

TURILO       : Se trata de que debemos ayudarnos los unos a los otros. No han pensado ustedes, que si nos preocupamos demasiado de cada uno de nosotros, sin importarnos de ayudar a los que están en desgracia, la cosa andaría mal.

 

SEBASTIÁN : No entiendo.

 

TURILO        : (CATEGÓRICO) ¡Nadie puede vivir solo! Lo demás es egoísmo. Si tú quieres que te ayuden. ¡Ayuda a los demás! Obsérvate un momento. Mira tus zapatos (LOS NIÑOS SE MIRAN EXTRAÑADOS ENTRE SÍ)

 

SEBASTIÁN  : ¡Ya! Y ¿qué?

 

TURILO        : (CONINUANDO) Los hizo un zapatero. (CONTINUA) Tus pantalones, un sastre. Es decir, todos trabajan para ti, desde que naces, los demás hacen algo por ti.

 

CHECHÉ       : ¡Mi capa! ¿Quién la hizo, Turilo?

 

TURILO        : Tu linda capaita, la hizo un obrero de una fábrica: Por lo tanto, repito, todos trabajan para los demás. (MIRANDO A LOS NIÑOS) O casi todos, porque Peluco y Sebastián parece que... 

 

PELUCO      : (DISCULPÁNDOSE) No, no, es que no sabíamos eso, Turilo, ¿no es cierto, Sebastián?

 

SEBASTIÁN : Sí, sí, claro.

 

CHECHÉ      : Yo le hago la ropa a mi muñeca.

 

TURILO       : ¡Eso está bien! ¡Apréndanle a mi chiquillita!

 

MARÍA  : Oye, Turilo, ¿qué podemos hacer?

 

TURILO : ¡Ayudar en algo! ¡Miren esta foto! Aquí hay mucha gente ayudando.

 

MARÍA  : ¡De veras! Se ven carabineros y bomberos.

 

SEBASTIÁN : ¡Allí, hay un milico con una guagüita en brazos!

 

MARÍA         : La pobrecita tiene toda su ropa mojada.

 

CHECHÉ      : A ver (LOGRANDO METERSE ENTRE PELUCO Y SEBASTIÁN) ¡Déjenme mirar cauros! ¡Ooooh! Oye, Turilo, ya sé lo voy a hacer.

 

TURILO       : ¿Qué, mi chiquillita? ¡Dí, no más!

 

CHECHÉ      : Buscaré la ropa de mi muñeca. Mi muñeca es grande. (ALZANDO  LAS MANOS) ¡Así, de este porte. Le mandaré toda la ropa a esa guagüita.

 

TURILO       : ¡Qué bonito! ¡Eso está bien! Pero, tu muñeca quedará sin nada.

 

CHECHÉ      : No importa, después le hago nueva.

 

MARÍA        : Yo te ayudo a hacerle ropa nueva a tu muñeca.

 

PELUCO      : ¡Mira! En esta otra foto está la Defensa Civil y la Cruz Roja.

 

SEBASTIÁN : ¡También hay estudiantes! Deben ser de la Universidad, no ven que tienen barba.

 

CHECHÉ      : (RÍE) ¡Y los bigotes que tienen! Pero, ayudan.

 

MARÍA        : Oye, Turilo, tienes ra<zón. Hay harta gente cooperando. ¡Qué terrible fue el temporal!

 

SEBASTIÁN : Aquí dice que el puente de<l Bío Bío casi se corta.

 

TURILO : ¿Qué creen ustedes que pasaría si los puentes o los caminos se cortaran?

 

MARÍA  : ¡Quedaríamos aislados!

 

TURILO : ¡Eso es! Hoy día, por ejemplo, no llegaron los diarios de Santiago porque los aviones no pudieron aterrizar o porque, sencillamente, la carretera estaba cortada.

 

PELUCO     : ¡Este temporal, fue grandazo!

 

TURILO       : ¡Aún más! En el campo, que tanto le gusta a Marita.

 

MARÍA        : (ASUSTADA) Sí, ¿qué ha pasado?

 

TURILO       : La lluvia ha inundado los lugares sembrados y entonces tendremos algunas pérdidass en la agricultura. Incluso muchos animales han muerto.

 

MARÍA  : (CON PENA) ¡Qué terrible!

 

PELUCO      : Menos mal que paró de llover.

 

TURILO       : Eso está bueno. Hay que aprovechar esta paradita del agua y solidarizar.

 

CHECHÉ      : (EXTRAÑADA) Soli…¿cuánto? ¿Qué es eso, Turilo?

 

TURILO       : SOLIDARIZAR, es decir, AYUDAR.

 

SEBASTIÁN : De ahí nació la palabra SOLIDARIDAD, ¿no es cierto?.

 

CHECHÉ      : ¡Qué es difícil la palabrita. Solidicitar.

 

PELUCO      : No, Cheché, SO-LI-DI-RI-ZAR. 

CHECHÉ      : Soli… bueno, eso  mismo.

 

MARÍA         : ¡Ven para acá! ¡Yo te la voy a enseñar!. ¡Escucha bien! (SE ALEJAN)

 

PELUCO      : Turilo.

 

TURILO       :¿Qué, Peluco?

 

PELUCO      : Yo estaba bromeando cuando dije que no podíamos hacer nada, palabra.

 

SEBASTIÁN : Yo también, Turilo.

 

TURILO       : Ya sabía que ustedes bromeaban. No se preocupen. A veces, conviene bromear. A mal tiempo, buena cara. Así es que a reír, cauritos chicos.

 

PELUCO      : Es que tengo rabia.

 

TURILO       : (PREOCUPADO) Pero, ¿por qué?

 

PELUCO      : Porque no se me ocurre como cooperar.

 

SEBASTIÁN : Oye, Peluco. Y si vamos a la costanera a ayudar a sacar gente. De esa

  manera podemos solidarizar.

 

PELUCO      : (CONTENTO) ¡Ya! ¡Vamos!

 

TURILO       : ¡Un momento, amiguitos! ¡Eso no!

 

SEBASTIÁN : (EXTRAÑADO) Pero, si tú dijiste que teníamos que ayudar.

 

PELUCO      : ¡Claro, eso mismo! ¡Vamos, vamos, Sebastián!

 

TURILO       : (SERIO) Yo dije, bien claro: SOLIDARIZAR, pero no molestar. Si ustedes van a llá, no harán más que molestar a las personas mayores que organizadamente realizan esa tarea.

 

SEBASTIÁN : Pero, es que.

 

CHECHÉ       : (APARECIENDO CONTENTA) Turilo, Turilo. Ya aprendí la palabrita.  Escucha: Soli… SOLIDARIZAR.

 

TURILO        : Muy bien, mi chiquillita.

 

MARÍA         : Me costó, pero  hasta que la aprendió.

 

SEBASTIÁN : ¿Qué podemos hacer, Peluco? ¡Ah, ya sé! Turilo, préstanos algunos diarios. Te ayudamos a vender y así estamos solidarizando contigo.

 

MARÍA        : ¡Bravo, Sebastián! Tienes razón. Turilo tiene un quiosco completamente mojado por la lluvia y nosotros ni siquiera pensamos que necesitaba ayuda.

 

SEBASTIÁN : Mientras él seca su quiosco. Nosotros vendemos sus diarios.

 

TURILO        : ¡Gracias, gracias, cauritos! Pero…

 

MARÍA          : (INTERRUMPIÉNDOLO) No hay  peros que valgan  (PASANDO  DIARIOS A LOS NIÑOS)Toma, Sebastián. Toma, Peluco.

 

CHECHÉ       : ¡Yo también quiero solidarizar con Burilito! María, pásame a mi también. Yo quiero vender diarios.

 

MARÍA         : ¿Cuántos quieres, Cheché?

 

CHECHÉ      : A ver. ¡Todos los dedos de mis dos manos!

 

PELUCO      : ¡Miren, el cielo! ¡El sol! ¡Está saliendo el sol!

 

MARÍA         : ¡Qué bueno! Aprovechemos el sol. A vender diarios, cauros (GRITANDO) ¡Diarios! ¡Diarios!

 

CHECHÉ      : ¡El diario! ¡El diario de Tutiloooo!

 

TURILO       : ¡Qué bonito, la solidaridad hizo abrir el cielo y un rayo de sol cayó en esta “Isla de los Niños”.

                       

TELÓN


-o-o-o- 



         EL DELANTAL DE CHECHÉ
                               Manuel Gutiérrez Mieres


                           Personajes:
                            Sebastián
                              Peluco
                               María
                             Cheché
                              Turilo

ESCENA PRIMERA

MARÍA
: (CAMINANDO POR LA CALLE Y AMONESTANDO A CHECHE) Te
voy a volver a acusar a mi mamá, Cheché.

CHECHÉ : ¿Y qué culpa tengo yo María?

MARÍA : Otra vez te rayaron el delantal y yo no puedo andarte cuidando en todos los
recreos.

CHECHÉ : ¡Bah! Mi mamita dijo que tenías que jugar conmigo en todos los recreos.

MARÍA : No... yo tengo que jugar con las compañeras de mi curso... yo no soy niñera
tuya.

CHECHÉ : Ves. Si no me cuidas me rayan el delantal de nuevo. La que voy acusarte
soy yo.

MARÍA : Claro, algún día vas a decir que yo te rayé el delantal...

CHECHÉ : Tú no, María... tú no lo harás...

MARÍA : Sería lo único que faltaría... Ya, Cheché... llegamos al quiosco de Turilo.

ESCENA SEGUNDA

CHECHÉ : ¡Turilo!... ¡Hola, Turilo!

TURILO : ¡Vaya, cauritas!... ¿Salieron de la escuela ya?

MARÍA : Sí, Turilo... y veníamos a darte una queja...

TURILO : ¿Qué dijiste...? ¿Una queja...? ¿de quién?... ¡Ah! ¡debe ser del Peluco! ¡de
quién otro!... Veamos ¿qué pasó?

CHECHE : Mira, Turilo...

TURILO : ¿Qué cosa miro?

MARÍA : El delantal pues... dáte vuelta, Cheché...

TURILO : ¡Está rayado!... Así que Peluco fue... Debe venir por ahí... ¡Déjenmelo no
más...!

CHECHE : Y el otro día fue Sebastián... También rayó mi delantal...

TURILO : ¡Claro! el parcito... ya van a ver...

CHECHÉ : Ahí vienen, Turilo... (SALE)

MARÍA : Turilo, pregúntale a Peluco por la comunicación que te mandó la
profesora...

TURILO : ¿Comunicación?... A ver, vengan para acá, jovencitos...

ESCENA TERCERA

PELUCO : (SALUDO AL IGUAL QUE SEBASTIÁN) ¡Hola, Turilo!

TURILO : (SECO) Hola... Peluco, puedes hacerme el favor de pasarme la
comunicación.

PELUCO : Deja buscarla en mi bolsón, Turilo.

TURILO : Sí señor y rápido... ¿y ni te inmutas siquiera?

PELUCO : ¿Por qué voy a inmutarme. (CON VOZ MUY MARCADA) “El que tiene
la conciencia tranquila no le afloja a nadie”... Tú mismo lo dijiste...

TURILO : Sí, sí. pero no es el caso...

SEBASTIÁN : Oye, Peluco... cuéntale la talla en la clase...

PELUCO : No, cuéntale tú...

SEBASTIÁN : Bueno... Resulta que la profesora le preguntó a Peluco qué clase de
Conjuntos eran los que estaban dibujados en el pizarrón... Tú sabes Turilo
que los Conjuntos los enseñan con dibujitos encerrados en un círculo...

TURILO : Bien...¿y qué respondió este cabeza dura?

SEBASTIÁN : (RIENDO) Dijo... que eran Conjuntos pero no... revueltos.

PELUCO : (RIENDO) Eso es... pero lo dije por chiste... y la profesora se enojó.

MARÍA : Y por qué no dices que te mandaron fuera de la clase...

SEBASTIÁN : ¡Ya salió... ya! ¡Acusete!

TURILO : Bien hecho... en clases hay que ser serios.

PELUCO : ¿Y por qué? Yo aprendo más cuando me divierto...

TURILO : Dejemos esto... yo lo que te pido es la comunicación... Pásala...

PELUCO : Ahí está... Tremenda cosa...

TURILO : (LEYENDO EN VOZ ALTA) Señor apoderado: Deberá concurrir a la
escuela por problemas indisciplinarios de su pupilo, etc., etc., etc., ¡Ah! Mi
señor, Peluco... así que esto no es ninguna cosa...

SEBASTIÁN : Claro, así que...

TURILO : Tú, cállate más mejor... Miren sinvergüenzas... a mi chiquillita, la
pobrecita, la Cheché... Ustedes creen que porque es pequeñita pueden
abusar y rayarle el delantal... ¡Esa no es de hombre!

PELUCO : (EXTRAÑADO) Pero, Turilo... (APARECE NUEVAMENTE CHECHÉ)

ESCENA CUARTA

TURILO : Silencio... A ver, Cheché... ¿quien te rayó el delantal?

CHECHÉ : Hoy día fue, Peluco y ayer, Sebastián...

PELUCO : (ENOJADO) Si no hemos sido nosotros... ¿no es cierto, Sebastián?

SEBASTIÁN : Así mismito es, Peluco (SIGUEN HABLANDO EN VOZ BAJA MUY
MOLESTOS)

CHECHÉ : No... están mintiendo, Turilo... ellos fueron... yo los ví...

TURILO : Cállense, Uds... Marita, ¿qué puedes decir tú?

MARÍA : (NO MUY SEGURA DE LO QUE DICE CHECHÉ) Bueno, no sé... La
Cheché dice que los vio y ella no es ciega... Pero, yo estoy ya aburrida de
esto. Vamos Cheché...

TURILO : Váyanse, cauritas... ¡Yo conversaré con estos caballeritos!

MARÍA : Vamos, Cheché... Yo te voy a acusar a mi mamá...

CHECHÉ : ¿Y qué culpa tengo yo que me rayen el delantal? (SALEN).

E SCENA QUINTA

TURILO : Chao... (LAS NIÑAS SE VAN) ¿Y ustedes? No les da vergüenza por lo que
han hecho.

PELUCO : Pero, Turilo...

TURILO : Nada de peros... esta comunicación lo dice todo...

SEBASTIÁN : Perdona, Turilo, pero hay peros... esa comunicación no dice la verdad.

TURILO : ¡Pero!, la firma la señora subdirectora... ella no mentirá...

PELUCO : Es que ella no me dejó hablar... Me subió y me bajó... ¿Cómo podía decirle
que yo era inocente? Lo mismo le pasó a Sebastián...

SEBASTIÁN : Igualito... Déjanos, Turilo, que te contemos la verdad de la milanesa...

TURILO : Sea... Veamos...

PELUCO : Nosotros no hemos rayado a la Cheché... Además hacen más de dos
semanas que lo vienen haciendo todos los días...

TURILO : ¡Cómo!

SEBASTIÁN : Claro, en los recreos... la Cheché que sale al patio y ¡zás! que aparece con
su delantal rayado...

TURILO : ¡Y qué hacen los profesores! ¡La dirección de la Escuela!

PELUCO : Nada... ya están aburridos y poco menos que nerviosos. ¡Si andan hasta
saltones!

TURILO : Pero, ¿cómo no van a poder descubrir algún niño malo?

SEBASTIÁN : Imposible, Turilo, no ves que salen todos los cursos y ¡bueno! ahí en el
recreo nos movemos, jugamos, saltamos... así es la cosa.

PELUCO : Y lo peor es que la Cheché le echa la culpa al primero que ve.

SEBASTIÁN : Empezó por los compañeros de mi curso... y parece que cuando no
encontró más culpables, se acordó de nosotros...

TURILO : Curioso, sumamente curioso... Díganme ¿no la vigilan en los recreos?

PELUCO : Se nombró una comisión de alumnos que la vigilaran y no hubo caso.

SEBASTIÁN : Si hasta la Subdirectora y algunos profesores observaban... La Cheché salía
a recreo y cuando menos se esperaba su delantal estaba rayado...

TURILO : Bien, cauritos... si ello es así, cambia por completo el panorama...

SEBASTIÁN : Sí, Turilo... es la mismísima verdad.

TURILO : Esto me trae un recuerdo de un asunto que pasó en Chillán... Chillán Viejo,
mejor dicho.

PELUCO : ¡Ah! la tierra de Bernardo O’Higgins.

SEBASTIÁN : Buena, mateo... ¿y qué pasó ahí, Turilo?

TURILO : Había una niñita, así como la Cheché, que todas las mañanas aparecía con
sus ropitas destrozadas... Se habló de un duende que ocasionaba esto... Fue
un hecho muy sonado en los diarios.

PELUCO : ¿Y cómo terminó eso?

TURILO : Ya no me acuerdo. Como todas las cosas. Las noticias pasan, se olvidan.
pero lo que nos importa ahora es descubrir este misterio de la Cheché...

SEBASTIÁN : ¿Y qué podemos hacer, Turilo?

TURILO : ¡Qué pregunta! Pues vamos a jugar a los detectives y a descubrir el
misterio.

PELUCO : ¡Bravo...! Yo seré “Percy ‘Stiguar’”.

SEBASTIÁN : Y yo, El agente 007...

TURILO : Escuchen... Yo iré a la escuela mañana, pero no hablar a la dirección. Me
ocultaré detrás del muro que rodea el patio. Como es de madera y no muy
alto podré ver a los niños jugar.

PELUCO : ¿Y nosotros qué haremos?

TURILO : Ustedes fiscalizarán a la Cheché, pero de lejitos y muy atento a lo que pasa.
Pongan atención: ¡Que la Cheché nada sepa de lo que vemos a hacer!

SEBASTIÁN : ¿Y la María?

TURILO : A ella avísenle... y tú Peluco... poco antes del recreo, sal por cualquier
motivo al patio y te pones en contacto conmigo que estaré como les dije
tras el muro.

PELUCO : A la orden mi capitán...

SEBASTIÁN : Oye, ¡puchas que va a estar encachada la cuestión!

PELUCO : Claro, tenemos que aclarar el misterio.

TURILO : Muy bien, cauritos... Entonces, mañana. ¡Ojo al charqui!

ESCENA SEXTA

TURILO : Héme aquí escondido como un vulgar ratero. ¡Las cosas que hay que hacer!
Claro que la culpa la tiene el bendito que escribió el libreto... Ya es hora y
Peluco no aparece... ¡ah! allí viene alguien... Es marita...

MARÍA : (EN VOZ BAJA) ¡Turilo! ¿dónde te encuentras?... ¡Turilo!

TURILO : ¡Aquí, María! Ven aquí estoy. Y ¿Peluco? ¿Qué pasó?

MARÍA : Nada... que no pudo salir, igual que Sebastián, porque no hicieron las
tareas.

TURILO : ¡Cauros flojonazos!

MARÍA : Por eso me comisionaron a mí. Pedí permiso para ir al servicio... Ellos
dicen que saldrán a recreo como sea... Bueno, ¿cuáles son tus órdenes?

TURILO : En el recreo tienen que observar a la Cheché, pero sin que ella se dé cuenta.

ESCENA SÉPTIMA

MARÍA : (CAMPANA INICIO DEL RECREO) Empezó el recreo... Todavía no sale
la Cheché...

TURILO : ¡Allá viene! ¡Mira como corre la caurita con sus compañeras!

MARÍA : ¡Ahí vienen Peluco y Sebastián! Mira Turilo los tontos están jugando a las
bolitas.

TURILO : Anda y diles que se acerquen. Anda corre.

MARÍA : Voy.

TURILO : ¡Estos cauros si son para apalearlos...! menos mal, allá viene Peluco...
(PELUCO SE ACERCA) Peluco... ¿y la tarea?

PELUCO : (CON TEMOR) Se me olvidó hacerla...

TURILO : No grandísmo tonto... ¡El misterio!

PELUCO : ¡Ah! Claro... Allá va la Cheché, corre todo el recreo.

TURILO : Escucha bien, pavo... Tú y Sebastián síganla de cerca y al primero que vean
rayarla, váyanse encima y lo arrastran como sea y de inmediato a la
Dirección del la Escuela.

PELUCO : A la orden mi capitán... (SALE)

ESCENA OCTAVA

TURILO : ¡Ya! rápido y que venga la Marita... (SE VA PELUCO, QUEDA SOLO
TURILO MIRANDO) Allá veo a la Cheché... a ver, a ver... Pasa y pasa por
entre el árbol y la muralla... Todo el juego se reduce a pasar por la estrechez
que deja el árbol y la muralla... ¿y los detectives... dónde estarán...? (SE
ACERCA MARÍA) Marita, ¿Sebastián y Peluco no los veo?

MARÍA : Allá, Turilo. Se pusieron a jugar a la pelota con un grupo...

TURILO : Llámalos... diles que fiscalicen... que cumplan su tarea...

MARÍA : (LLAMANDO) ¡Peluco!, ¡Sebastián! ¡la tarea!

SEBASTIÁN : Sí, María. Estamos jugando... así disimulamos...

TURILO : Menos mal... la siguen otra vez... Tanta caurería en el patio... Con la energía
que tienen... ¡ah! ¡Cuánto daría por volver a esa edad... Marita... ¿Son los
profesores esos?

MARÍA : Sí, Turilo. Todos los profesores también andan fiscalizando... Quieren
aclarar de una vez el misterio, pero no pueden...

TURILO : Falla la imaginación... Mira, la Cheché vuelve a pasar por el árbol y la
muralla... Si apenas puede pasar... Se va corriendo y derecho a un grupo...
¡Mira! una niña grande la toma por los hombros y le mira la espalda...

MARÍA : Sebastián y Peluco se acercan corriendo... Toman de los brazos a la niña
grande y la arrastran a la Dirección...

TURILO : ¡Vaya! Parece que al fin atraparon al duende... ¡Qué!... ¡La sueltan! y la
niña grande los agarra a coscorronazos...

MARÍA : (CON SUSTO Y RIENDO LUEGO) ¡Turilo! Se equivocaron... habían
atrapado a la Subdirectora... Es seguro que los expulsan de la Escuela... Los
llevan a los tres a la Oficina... ¡Dios mío! Los castigarán..

TURILO : ¡Estamos sonados! (SUENA LA CAMPANA) terminó el recreo, pero no te
preocupes... yo arreglo esto... Al término de las clases nos vemos todos en
el quiosco...

MARÍA : Sí Turilo... me voy a clases también...

ESCENA NOVENA
TURILO : Al fin llegan, cauritos... Les diré que como detectives lo hicieron malazo.

SEBASTIÁN : Es que nos equivocamos, Turilo... como la Subdirectora andaba con
delantal, la tomamos por alumna.

PELUCO : Lo más gracioso es que nos iban a suspender... Escribieron la
comunicación, pero después dijieron que no y hasta nos felicitaron... ¿no lo
entiendo?

TURILO : Eso lo arreglé yo, cauritos... Conversé en la Dirección y todo quedó
arreglado... ¿y la Cheché no viene? Tengo aclarado el misterio...

PELUCO : ¡Sí!, pero ¿Cómo lo hiciste?

SEBASTIÁN : La Cheché viene atrás con la María... y trae todo el delantal rayado otra
vez...

TURILO : ¡Ya lo sabía yo!

SEBASTIÁN : Puchas que eres capo, Turilo

TURILO : Aquí vienen... Cheché, ven para acá... Díme ¿quién te rayó el delantal?

CHECHÉ : No lo sé, Turilo.

PELUCO : Parece que ahora no le echas la culpa a nadie...

TURILO : Cheché... dime la verdad... ¿por qué lo hacías?

CHECHÉ : (TITUBEANDO) Si, no...

TURILO : No me mientas, Cheché... Una niñita tan linda como tú no debe mentir... si
nosotros todos te queremos, ¿no es cierto cauritos?

TODOS : Sí, sí... Todos queremos a la Cheché...

TURILO : Ves, mi chiquillita... Todos te quieren... y yo muy especialmente...

CHECHÉ : Es que yo... creía que nadie me quería... Es que tú a veces no me hablas,
Turilo... y estos cauros siempre me andan molestando (EMPIEZA A
LLORAR)

MARÍA : (CALMÄNDOLA) Cheché, hermanita... te queremos... tú eres nuestra
regalona.

CHECHÉ : (SIEMPRE LLORANDO) Yo creía que nadie...

TURILO : Cheché... ven... dame un abrazo... desde ahora en adelante te hablaré
aunque esté ocupado...

CHECHÉ : Bueno, Turilo, no lo haré nunca más.

TURILO : Y ahora a reír...

PELUCO : Turilo, cuenta ¿Cómo aclaraste el misterio?

TURILO : Muy fácil... volví por un instante a ser niño como ustedes... y como no
corría, observé y pensé...

SEBASTIÁN : ¿...y...?

TURILO : Y bueno, pues... no se fijaron que la Cheché pasaba a cada rato entre el
árbol y la muralla... ¿no es cierto Cheché?

CHECHÉ : Así es, Turilo...

TURILO : En un hoyito de la muralla estaba metido un lápiz de pasta que sólo
asomaba la punta...

SEBASTIÁN : Y al pasar se rayaba... era así, ¿no es cierto?

CHECHÉ : Claro, pero les costó dos semanas descubrirlo.

TURILO : (RIENDO) ¡Esta Cheché! Nos tuvo a nosotros y a toda la Escuela
preocupado... Bien, ahora que está solucionado el problema, los invito al
mercado a servirnos una caña así de grande de mote con huesillos.

TODOS : ¡Bravo! ¡Qué bueno es Turilo! ¡A la orden mi capitán! ¡Turilo es caperuzo!


                            TELÓN 
                             -o-o-o-

         Manuel Gutiérrez Mieres 

 

     LOS CABALLEROS  DEL  FUEGO
                                Manuel Gutiérrez Mieres

 

Personajes:

Sebastián

Peluco

María

Cheché

Turilo

 

 

 

EN ESCENA ESTÁ UN QUIOSCO EN LA ESQUINA  DE UNA CALLE  MUY TRANSITADA. SE  OYE EL SONIDO DE UNA SIRENA DE CARRO DEL CUERPO DE BOMBEROS. TURILO JUNTO CON PELUCO ORDENAN LOS DIARIOS Y REVISTAS

 

                                                                           

SEBASTIÁN : (APARECIENDOCORRIENDO)   
¡Peluco! ¡Peliuco! ¡Un incendio, un incendio! ¡Vamos a verlo!

 

PELUCO        : ¡Vamos, Sebastián! Pero, ¿dónde es?

 

SEBASTIÁN  : ¡Allí, allí! Cerquita. ¡Apúrate!

 

PELUCO        : ¡Oh!. ¡Puchas qué es lindo! ¡Tremendas
llamas! ¡Vamos, Sebastián!

 

TURILO          : ¡Eh, eh! ¡Adónde van ustedes? (LOS
NIÑOS YA HAN DESAPARECIDO) Estoscauros. Curiosos los cauritos. ¿Van a molestar no  más.

 

MARÍA           : (ACERCÁNDOSE) Oye, Turilo ¿para  dónde iban esos cauros. Casi me botan con el empujón que me dieron al pasar junto a ellos.               

 

TURILO          : Partieron corriendo apenas oyeron la
 sirena de los carros de los bomberos anunciando un incendio… (MIRANDO) Y mi chiquillita, ¿por qué está tan alejada? ¿está enojada?

 

MARÍA           : No, Turilo. Quería correr tras los carros. Tuve que atajarla. La “niñita” quería ir a ver el incendio.

 

CHECHÉ        : ¡Yo quiero ir a ver el incendio! ¡Déjame, María! ¡Déjame! (FORCEJEA)

 

MARÍA           : ¡No! ¿Después te pasa algo? ¿No es cierto Turilo?

 

TURILO          : (A CHECHÉ) ¡Escucha , mi chiquillita! Marita tiene razón. No debes ir allí. ¡Es muy peligroso!

 

CHECHE        : Pero, si yo sólo quiero mirar.

 

TURILO          : Sí, sí, te entiendo; pero, qué sacas con ir a mirar. Te pueden atropellar. No sólo los autos, sino también los mismos mirones que nunca faltan.

 

MARÍA           : ¡Qué sacan con ir a mirar!, digo yo. Al otro día un hombre se acercó tanto para mirar que se enredó en las mangueras y cayó al suelo y los bomberos

tuvieron que perder tiempo en sacarlo de ahí.                       

 

TURILO          : Y no sólo eso, sino que les puede caer algo encima y como no llevan casco protector, pueden accidentarse con peligro de perder la vida.

 

MARÍA           : ¿Entiendes, ahora, Cheché, por qué no debes ir a mirar?

 

CHECHÉ        : ¡Sí! Pero, yo quiero ir no más.

 

MARÍA           : (CON CIERTO ENOJO) ¡Ay, ay, ay la chiquilla porfiada! ¿Cuándo aprenderás a obedecer.

 

TURILO          : ¡Calma, Marita! (A CHECHÉ) ¡Escucha, mi chiquillita!: No debes ir  porque es muy triste ver cómo la gente sufre cuando se les quema la casa.

 

CHECHE        : (CON PORFÍA) ¿Cómo , entonces, toda la gente va?

 

TURILO          : No, mi niña. Todos no van. ¡Mira a la calle! (SEÑALA) ¡Ellos no van, ves! ¡Mira allí! ¡Esa gente va para otro lugar!

 

CHECHÉ        : Y ¿Cómo Peluco y Sebastián van?

 

TURILO          : ¿Bueno… ellos…!

 

MARÍA           :  Ellos son unos curiosos. ¿No es cierto, Turilo? (TURILO ASIENTE) y desordenados más encima. ¡Allí vienen esos cauros!

 

PELUCO        : (APARECIENDO CON SEBASTIÁN)¡Puchas, el incendio lindo!

 

SEBASTIÁN : ¡Y, más grande! ¡Las llamas parecían que llegaban al cielo!

 

CHECHÉ        : (LLORIQUEANDO) No ven. ¡Yo quería ir! (A PELUCO Y SEBATIÁN)Y ustedes no me dejaron.

 

PELUCO        : (ASOMBRADO) ¿Y ésta?, no hace más que llorar. ¿Cuándo te hemos  visto, siquiera, no es cierto, Sebastián?

 

SEBASTIÁN : ¡Claro, Peluco! Ésta si que la sacó bien. ¡Nosotros! ¿Cuándo?

 

CHECHÉ        : (SIEMPRE LLORANDO) ¡Ustedes, no! ¡María y Turilo, no me dejaron ir a ver el incendio!

 

MARÍA           : ¡Ya, Cheché, deja de llorar! (MIRANDO A PELUCO Y SEBASTIÁN) ¿Así que, si éstos anda vagando, tú también tienes que andar en las mismas?

¡Debes a agradecer a Turilo, que te haya impedido salir corriendo como esos cauros ociosos!

 

PELUCO       : Ésta ya empezó. Le ha dado con nosotros. (IMITANDO) “son unos  vagos…”, “… son unos molestosos…”

 

SEBASTIÁN : Y, ahora nos trata de “ociosos”. No faltaba más. ¿Y , ella? ¿Por qué no se fija en ella, más mejor?

 

TURILO          : Ya, ya cauritos… En cierta manera, Marita, tiene razón. ¡Qué fueron a hacer ustedes, allá?. ¡A ver!

 

PELUCO        : A mirar, pues. ¡Lindo el incendio!, ¿no es cierto, Sebastián?

 

SEBASTIÁN : ¡Claro, pues Peluco! Y más encima los bomberos tuvieron que trabajar mucho para poder sacar la gente que estaba adentro.

 

TURILO          : Pero, ¿qué más hicieron ustedes? ¿Sólo mirar?

 

PELUCO        : Y, ¿qué más querías que hiciéramos?

 

TURILO          : ¡Escucha, Peluco y tú también, Sebastián! ¿Ayudaron en algo ustedes allá?

 

NIÑOS           : ¡No, pues! ¿Cómo íbamos a ayudar si los carabineros no nos dejaron pasar?

 

TURILO          : (CON SERIEDAD) Y ninguna de las otras personas que miraban, tampoco, no es cierto? (LOS NIÑOS SE MIRAN Y ASIENTEN) Pues bien, ¿qué sacan, entonces, con mirar si no van a trabajar?

 

PELUCO        : Pero, si para eso están los bomberos, ¡Habían hartos!

 

TURILO          : Eso es, los bomberos. Esas personas son las únicas que deberían ir a los incendios, porque ellos son gente debidamente preparada y organizada para esos momentos. ¡Las demás personas sólo molestan, como ustedes!

 

MARÍA           : ¡No ven que son molestosos! ¡Yo ya lo decía!

 

PELUCO        : ¡(ENOJADO) Cállate, ooh! (A TURILO) ¡Oye, Turilo, fíjate que tú tienes razón!, porque cuando a la gente que se le quemaba la casa, y sin poder hacer nada, los “vivos “ no faltaban. 

 

MARÍA           : (INTRIGADA) ¿Por qué dices, eso?

 

SEBASTIÄN  : ¡Ah, ya sé! Peluco, se refiere a un hombre que se iba robando una frazada, ¿no es cierto, Peluco?

 

PELUCO        : ¡Eso mismo, Sebastián! Fíjense que estos pechitos (AMBOS SE GOLPEAN EL PECHO), los echamos al agua y le avisamos a los carabineros que se lo llevaron. ¡El muy perla!

 

TURILO          : ¡Bien, cauritos! Esa clase de personas no faltan nunca. ¡Parece que nacen sin corazón! O son enfermos de la cabeza.

 

SEBASTIÁN  : ¿Ves, Turilo? Algo bueno hicimos. La gente andaba muy nerviosa y no se daba cuenta de estas cosas que sucedían.

 

MARÍA           : ¡Buena, cauros! Lo que hicieron estuvo muy bien.

 

TURILO          : ¡Sí, claro que estuvo bueno! De todas maneras, es conveniente que los niños no vayan. (A PELUCO Y SEBASTIÄN) ¿Entendidos cauritos? A veces hay gente que tiene una enfermedad curiosa, les gusta ver fuego.

 

MARÍA           : ¡Esas gentes son muy malas! ¡Son enfermas!

 

SEBASTIÄN  : ¡Ah, pero nosotros no somos enfermos! ¡Que quede claro!

 

TURILO          : Bueno, cauritos. Como niños, ustedes, deben tener siempre presente que un hombre es digno del más grande respeto.

 

CHCHË          : (SIEMPRE AMURRADA)¿Por qué?

 

PELUCO        : ¡Siempre preguntando esta caurita!

 

TURILO          : ¡A ver, Peluco! Si tú sabes claramente por qué, explicale a mi chiquillita.

 

PELUCO        : (TITUBEANDO) ¡Este que, este que!

 

MARÍA           : (RIENDO) Peluco, está igual que el tony de la  Tele.

 

TURILO          : Sin pelear, cauritos. Estos es para todos. Especialmente para mi chiquillita, ¡Escuchen!: “Los caballeros del fuego…”

 

PELUCO        : ¡Ooooh!

 

TURILO          : ¡Sí, claro! Los caballeros del fuego merecen mucho respeto porque su labor es muy sacrificada. Tienen que salir “volando” de dónde estén en tanto escuchan la sirena.

 

PELUCO        : Sí, pero yo he escuchado que cuando el incendio no es tan grande, tienen una señal especial para cada compañía que está de turno.

 

SEBASTIÄN  : Y cuando el incendio es grande los llaman a todos.

 

TURILO          : ¡Claro, cauritos! Como les decía, debemos ser buenos amigos  con estos señores que están dispuestos a proteger nuestras casas.

 

CHECHË        : Oye, Turilo. Cuando los bomberos pasan pidiendo colecta. Yo les doy una moneda.

 

PELUCO        : ¡Puchas, que eres apretada, caurita! (RIE)

 

MARÏA           : No te rías, cauro. Esa moneda con otra, se van juntando y así se recolecta una buena cantidad.

 

TURILO          : ¡Muy bien!, ¡Muy bien, Marita! Nunca hay que decirle que no a los bomberos, porque ellos nunca dicen que no para apagar los incendios. (A TODOS LOA NIÑOS) Ustedes deben saber que los bomberos no ganan un sueldo.

 

PELUCO        : Por eso es que cuando una persona no quiere pagar algo, le dice a la que le debe: ¡Te voy a pagar para el pago0 de los bomberos!

 

SEBASTIÁN  : ¡Buena, Peluco! (RIE) O sea, no le paga nunca.

 

CHECHÉ        : Y si no tienen sueldo. ¿Con qué plata comen, entonces?

 

PELUCO        : Es que todos trabajan en algo, caurita. Además son bomberos voluntarios, ¿no es cierto, Turilo?

 

TURILO          : Eso es. Son voluntarios porque nadie los obliga a que sean bomberos. Por su propia voluntad. Porque ellos quieren. Bueno, bueno, déjenme continuar: Fíjense que hay muchos bomberos que han muerto salvando las casas y también a las personas.

 

SEBASTIÄN  : Oye, Turilo, en mi escuela, todos los años le rendimos un homenaje a un hombre que murió por salvar a un caballero. Se llamaba Raúl Cárcamo y era profesor de mi escuela.

 

MARÏA           : Yo me acuerdo de eso. En los diarios salió. Me dio mucha pena.

 

CHECHË        : ¿Y por qué tocan tanto la bocina y una campana cuando los carros van a los incendios?

 

PELUCO        : Para darle más emoción, pues caurita (RIE)

 

TURILO          : ¡Peluco, no bromees, ahora!. Eso, mi chiquillita, es para avisarle a la gente que ya van y sobre todo para que los autos y micros le den paso libre porque tienen que ir rápido, muy rápido. Incluso pasan, algunas veces, con luz roja.

 

SEBASTIÄN  : Claro, porque o si no llegarían cuando ya está todo apagado o todo quemado.

 

CHECHË        : Pero ese auto en que llevan a los enfermos también toca.

 

TURILO          : También, mi chiquillita, lo hace especialmente cuando lleva un enfermo grave y tú comprenderás que si se demora se puede morir.

 

PELUCO        : Eso yo lo sabía. No lo quise decir. Lo tenía en la puntita de la lengua.

 

MARÎA           : ¡Claro!, después de la guerra todos son generales.

 

PELUCO        : ¡Cállate!, tú no me vas a enseñar a mí, caura, no más.

 

SEBASTIÁN  : Con lo que dijo Turilo, me quedó todo clarito como el agua.

 

TURILO          : A  propósito de agua. ¡Miren, esos hoyos que hay en la esquina! ¿Los ven? (SEÑALA) ¡Éste, pues, cauritos! Miren, aquí hay una cañería por donde sale agua. Se fijan que es ancha. (LOS NIÑOS MIRAN Y ASIENTEN) Pues bien, de este lugar es donde sacan el agua los bomberos para los incendios.

 

MARÎA           : Oye, Turilo, a veces están tapados. Llenos de piedras y tierra. ¡La gente es más descuidada! ¡Qué les cuesta cubrirlos!

 

SEBASTIÄN  : (A LOS DEMÁS NIÑOS) ¡Nosotros, entonces, nos encargaremos de éste! ¿Qué les parece?

 

TODOS          : ¡Síiiii, claro!

 

PELUCO        : Quién sabe si alguna vez lo necesitamos. Para entonces estará listo.

 

TURILO          : ¡Eso me parece muy bien, cauritos! ¡Más vale estar preparado!

 

CHECHÉ        : Oye, Turilo, y cuando estamos durmiendo, ¿qué hacen los bomberos?

 

TURILO          : Ellos siempre mantienen una guardia nocturna que está atenta a cualquier aviso de las gentes. Esta guardia se encarga, entonces, de hacer sonar la sirena.

 

MARÏA           : ¡Qué son sacrificados! Día y noche cuidando nuestras casas y nosotros  durmiendo muy confiados.

 

PELUCO        : Turilo, el otro día vi un carro con una escalera larguísima. ¡Puchas que me gustó!

 

TURILO          : Esa les sirve para los incendios en los edificios de departamentos.

 

CHECHÈ        : ¿Cómo se producen los incendios, Turilito?

 

TURILO          : A veces por un corte circuito en las instalaciones eléctricas; otras veces, por inflamaciones de alguna estufa.

 

MARÍA           : O bien, sencillamente por descuido de nosotros mismos. ¿No es cierto, Turilo?

 

TURILO          : ¡Claro! Por eso tenemos que tener cuidado cuando encendemos carbón por ejemplo. O cuando se deja encendida una vela o un cigarrillo.

 

PELUCO        : ¿Sabes, Turilo?

 

TURILO          : ¡Qué, Peluco. Dí, no más!

 

PELUCO        : Estoy pensando en que me gustaría ser bombero, palabra.

 

SEBASTIÁN  : ¡A mi también. (PARODIANDO A LOS BOMBEROS) ¡A sus órdenes, mi teniente  Peluco!

 

PELUCO        : (SIGUIENDO EL JUEGO) ¡A ver, voluntario, Sebastián, páseme una manguera! No, hombre, la manguera, no las tijeras!

 

NIÑOS           : (HACIENDO SONIDOS DE SIRENA) Uuuuuuh. Uuuuuuuuuuuuh

 

SEBASTIÁN  : ¡Paso, paso a los bomberos (RIEN)

 

TURILO          : ¡Bien, cauritos! Yo les aplaudo la idea. Creo que serán unos buenos bomberos, pero, tendrán que comer muchos porotos para que crezcan luego y sean fortachos.

 

CHECHË        : ¡Oye, Turilo! ¿Hay bomberas?

 

MARÍA           : Esto no más faltaba. ¡La Cheché quiere ser bombera! (RIE)

 

TURILO          : No se rían, no. Mi chiquillita, no hay bomberas. Pero tú, puedes ir a la Cruz Roja que realizan un trabajo tan hermoso como nuestros amigos  Los Caballeros del Fuego.

 

                              
                              TELÖN
                               -o-o-o-

LA DEFENSA DEL PALACIO BLANCO(1)

                               Manuel Gutiérrez Mieres

 

  Personajes:

  MARQUÉS MOLAR

  TROVADOR PREMOLAR

  HECHICERA CARIADURA

  AYA JUICIO

  GUARDIAS

  REY CANINO

  PRINCESA MUELITA

  CARIES.

 

UN PALACIO

                               


MOLAR          : (SE PASEA VISIBLEMENTE DISGUSTADO) ¡Por cien de a caballo! Las ocho en punto y esta maldita     hechicera no aparece. ¡Ea!, hechicera ¿dónde estás? ¡Ea!    Aparece condenada! Al fin llegas... Pero, ¿quién eres?  ¿qué haces aquí?

TROVADOR  : ¿Quién yo? ...un simple trovador en busca de aventuras.

MOLAR          : ¿Qué andas haciendo aquí? Responde.

TROVADOR  :Aunque nada te importa, te diré que he sabido de una gran fiesta en este palacio ycomo trovador, pienso  ofrecer mis servicios.

MOLAR          : ¿Sabes una cosa? Te ordeno marchar de estas tierras.

TROVADOR  : ¿Quién me lo ordena?

MOLAR          : Yo, el Consejero Real de su Majestad. Vamos, muévete. ¡Rápido!

TROVADOR  :Eso lo veremos ¡Adiós! Esto me suena sospechoso... Me   ocultaré a ver que sucede. (SE OCULTA).

MOLAR          :¡Por cien de a caballo! Este jovenzuelo badulaque me es sospechoso. No debo admitirlo en mi palacio... ¡Ah! al fin  llegas hechicera. ¿Qué significa esa demora?

CARIADURA  : Perdón, Señor Marqués, me demoré en la terminación de la máquina infernal para nuestro propósito.

MOLAR          : Dime, estará listo en breve el artificio.

CARIADURA  : Sí, señor Marqués, faltan sólo pequeños detalles, pero ya lo tendremos.

MOLAR          : Bien, entonces, el Palacio será mío con Princesa Muelita y todo... Vamos hechicera que serás bien recompensada.

CARIADURA  : Enhorabuena, señor Marqués, vaya usted que yo me haré presente en el momento oportuno. (Al MARQUES QUE SE VA Y NO LE ESCUCHA) Se cumplirán tus deseos fanfarrón,   pero ya te arrepentirás también haberlo pedido (SALE).

SEGUNDA ESCENA

TROVADOR   : (APARECIENDO NUEVAMENTE) ¡ Ah! que bien, requete  bien; por lo visto y escuchado esto se pone interesante y habrá aventuras que es lo que busco. (AL PUBLICO). Les advierto a   ustedes que la cosa va a ser entretenida. ¡Ah! hermosa noche, y   la fiesta parece que empieza. (OBSERVA) y esa gentil personita que vemos asomada allá arriba. Parece triste. ¡ Eh!       hermosa... se fue, no me escuchó. ¡ Caray!, ¿qué me pasa? Late   mi corazón. Cuidado, trovador (CANTA)

Soy un joven trovador.

Salí al mundo a recorrer,

con mi voz y mi laúd

a nadie tengo que temer. 

Vengo de lejanas tierras

buscando las aventuras

y en tu rostro niña bella

he encontrado la ternura.

 
Vi una estrella aparecer

en la reja del balcón

y  ha comenzado a querer

este joven corazón.

           

TERCERA ESCENA

JUICIO           :(APARECIENDO DESDE EL PALACIO ¡Vaya! ¿Qué hermosa voz? Hola trovador, ¿eres tú el que canta?

TROVADOR  : Sí, buena señora. Canto la alegría y la paz de mi corazón.

JUICIO           : ¡Bien lo haces

TROVADOR  : Gracias, aunque, a decir verdad una nube ya empaña mi  felicidad.

JUICIO           : ¿Sí?, ¿Y se puede saber por qué?

TROVADOR  : ¡Ah! en esa ventana...

JUICIO           : Creo adivinar la causa de esa nube, jovencito. Ella es la  princesa Muelita, pero está más allá de las nubes. Es para ti inalcanzable como las estrellas.

TROVADOR  : Con paciencia, todo se puede, señora. Sin embargo  confidencia por confidencia: debe saber Ud. que este palacio está amenazado de serio peligro.

JUICIO           :  No diga, joven. Este reino es toda ventura y felicidad.

TROVADOR  : Advertencia, señora... ¿Cómo podría yo, ofrecer mis  servicios como trovador?

JUICIO           :  Preséntese a los guardias en mi nombre

TROVADOR  : Su gracia....

JUICIO           : Aya Juicio, Nodriza de
la Princesa Muelita.

TROVAD
OR  : Gracias nos vemos señora. (SALE)

JUICIO           : Adiós, joven. Simpático muchacho, parece más que un  simple trovador.

CUARTA ESCENA

 EN LA FIESTA.

GUARDIA       : ¡El Marqués Molar! 

MOLAR          : ¡Paso! te saludo, poderoso Rey. 

CANINO         : Bienvenido, Señor Marqués. Vuestra presencia es  siempre grata en mi palacio. 

MOLAR          : Gracias. Majestad. Mis respetos Princesita, quedo a  vuestros pies.      

MUELITA       : (MOLESTA) No se moleste, Señor Marqués.       

CANINO         : A mi diestra, querido Marqués. ¡Qué siga la fiesta!  ¿Qué   otra animación tenemos aún?      

GUARDIA       : Llegó un trovador que dice venir de tierra lejanas.

CANINO         : ¡Adelante con él!     

TROVADOR  : ¡Larga y fructífera vida, gran Rey!  

CANINO         : ¿Qué puedes hacer, trovador?      

TROVADOR  : (Descubre la Princesa) ¡Oh, es ella! Y más linda de cerca!        

MOLAR          : ¡Cómo pudo pasar este mentecato!

CANINO         : Bien, habla buen trovador.  

TROVADOR  :Este, oh, sí Majestad. Cantar hermosas romanzas y sobre   todo predecir el futuro. 

MOLAR          : ¿Qué? Este mentecato se pone peligroso.           

MUELITA       : (INTERESADA) Trovador, veamos lo que puedes hacer. ¿Qué venturas puedes predecir para mi padre y yo?    

TROVADOR  : ¡Ah! Se avecinan momentos siniestros en este palacio. 

MUELITA       : ¿Y cuando será eso que predices?           

TROVADOR  : En breve.     

MUELITA       : Di, ¿Cuándo?

TROVADOR  : Será ...         

MOLAR          : ¡Basta!, charlatán. ¡Oh, Majestad! Como podéis permitir    semejantes necesades.    

MUELITA       : Déjalo, padre, hablar.          

MOLAR          : Esto es insufrible, no lo puedo soportar, señor.    

TROVADOR  : ¿No le conviene, Marqués?

MOLAR          : ¡Insolente! ¿Cómo es posible?      

CANINO         :¡Calma! ¡Calma! Canta una romanza, buen hombre y  cuida tu lengua. 

TROVADOR  : Bien, entonces, empecemos: (CANTA, HAY BAILE)

                        Gira la ronda

                        y vienen a bailar,

                        todos los señores

                        de este lugar.

           

                        Gira la ronda

                        Y van a saludar

                        a la princesita

                        de este lugar.

           

                        Sigue la ronda

                        y quiere amenazar

                        una gran sombra

                        en este lugar.

           

                        Sigue la ronda

                        Y puede peligrar

                        el gran reinado

                        de este lugar.

           

                        Ya no hay ronda

                        que pueda girar

                        Traidor es el Marqués,

                        de este lugar. 

MOLAR          : Más insolencias a mi persona. ¡Por de a caballos!          

TROVADOR  : Le faltó el número. Señor Marqués.           

CANINO         : ¡Basta! ¿Qué significa esto? Dije que cuidaras tu lengua,    trovador.    

TROVADOR  : Alerta, Majestad. que es por su bien.         

CANINO         : ¡Insolencia a mí! No lo permito. ¡Guardias!  ¡ Encerrad a este hombre! 

MUELITA       : ¡No padre, no hagáis eso!  

CANINO         : Es mi voluntad.       

MOLAR          : ¡Llevadlo, guardias! A los sótanos y bajo siete llaves.      

MUELITA       : No padre...   

CANINO         : Es mi voluntad. (SE LO LLEVAN)  

MOLAR          : (VISIBLEMENTE CONTENTO) Siga, siga la fiesta. (SALEN TODOS, MENOS MUELITA).

QUINTA ESCENA    

MUELITA       : (CANTA TRISTEMENTE)

                        Quiero lanzar mi lamento

                        a la lluvia,

                        pues me parece

                        una forma de llorar;

                        pero cuando ella

                        recoja su manto,

                        aún más triste

                        me voy a quedar.

           

                        El viento baila en el aire

                        y aquí en mi corazón,

                        siento una pena grande

                        porque no está el trovador

CANINO         : (ENTRANDO CON MOLAR) Como le digo señor Marqués. curioso y atrevido jovenzuelo ese trovador. 

MOLAR          : Ciertamente, Majestad, su osadía le costará caro. Osar decir que hay conspiración en palacio, es gran  atrevimiento.    

CANINO         : Así es, estimado amigo.(REPARANDO EN MUELITA)   Ves, hija, cuán equivocada estabas. 

MUELITA       : No padre. No puede ser.     

CANINO         : ¡Cómo puedes decir eso, hija!       

MUELITA       : Mi corazón me lo dice, padre.        

CANINO         : ¡Ajá! 

MOLAR          : Majestad, ese hombre es peligroso, debemos deshacernos   pronto de él.       

CANINO         : Es conveniente....   

MOLAR          : Yo me encargaré de él (VASE)      

CANINO         :Hija, debo prohibirte volver a pensar en ese trovador.       

MUELITA       : Sí padre (SALE CANINO, MUELITA PULSA EL  LAUD)   

SEXTA ESCENA      

JUICIO           : (ENTRANDO) Ya pues, mi niña, no se ponga triste         

MUELITA       : Tú no sabes por qué, buena aya.   

JUICIO           : Sí sé la causa. Es el trovador.       

MUELITA       : Ya nada puedo hacer. El odioso Marqués va a deshacerse   de él.        

JUICIO           : Tarde llegará, pues lo he liberado. 

MUELITA       : ¡Tú! lo has libertado. No puedo creerlo.     

TROVADOR  : Sí princesa, ella me ha libertado, porque mi     predicción   es real.

MUELITA       :(ALARMADA) Entonces, mi padre corre peligro.    

TROVADOR  : No sólo el Rey, sino Ud. y toda la gente de este palacio. 

JUICIO           : Es el Marqués, ese traidor intrigante.        

TROVADOR  : El pretende apoderarse de este reino.       

MUELITA       : ¡Cómo es posible tanta traición! Y mi padre tan ciego. Se   lo iré a advertir de inmediato.

TROVADOR  : Eso es lo que no debe hacerse, princesa.

MUELITA       : Pero, ¿cómo?         

JUICIO           : Eso es, no decir a nadie que este joven trovador reunirá a   sus fieles amigos y vendrá en defensa de todos.        

TROVADOR   : Sólo le pido discreción princesa,! No decir a nadie, ni a  su  padre, lo que le he informado. 

MUELITA       : Bien  

TROVADOR   : Entonces me marcho. ¡Adiós!       

MUELITA       : Adiós, trovador. vuelve pronto.       

TROVADOR  : Volveré, princesa, no lo dudes.      

JUICIO           : Bueno, bueno, huya trovador que ya habrán descubierto    su escapada. (SALEN)                         

SEPTIMA ESCENA. 

CANINO         : (PENSATIVO) Es posible que mi hija tenga razón y haya   cometido una injusticia. Haré que suelten a ese joven y lo   pongan en la frontera.      

MOLAR          : (ACOMPAÑADO DE GUARDIAS) ¡Buscad por todos   los lugares!       

CANINO         : ¡Eh! ¿Qué sucede, Marqués?        

MOLAR          : El trovador ha desaparecido, Majestad.     

CANINO         : (APARTE) Mejor, con esto aligero mi conciencia. (AL MARQUES) Déjenlo ir que no vuelva más a palacio. Iré    a decírselo a Muelita. (SALE).

MOLAR          : ¡Por cien de a caballos! Si este Rey es más tonto de lo que creía. Pero en fin, que se vaya ese condenado. Una dificultad menos. El trovador fugado. ¡Qué bueno! (RIE) Caramba, esta miserable hechicera no aparece. Iré a ver     (SALE).            

CANINO         : (ENTRANDO). ¡Marqués, Marqués! ¿Dónde estás, querido amigo?... Vaya esa predicción me tiene intranquilo. consultaré con mi Consejero  Real.  ¡Guardias! Llamad al Señor Marqués.  

GUARDIA       : Aquí se acerca. Majestad.. 

OCTAVA ESCENA   

MOLAR          : (ENTRA SEGUIDO POR LA HECHICERA) He aquí  os traigo una grande y poderosa maga que se pondrá a  vuestro servicio'    

CANINO         : ¿En qué puedes tú, hechicero favorecerme?       

CARIADURA  : Poderoso señor, pongo a vuestra disposición esta preciosa máquina que pondrá  a salvo tu reino de traiciones y sinsabores.   

CANINO         : (APARTE) ¡La predicción! (A CARIADURA) y en qué  consiste este sacrificio?

CARIADURA  :Sencillísimo, Majestad. A unos pasos magnéticos con mis   poderes mágicos dispondréis de miles de servidores que os servirán fielmente.     

CANINO         : Increíble. Si mientes, morirás. Hazla funcionar.    

MOLAR          : Majestad, os sugiero que la Princesa vea esta maravilla.

CANINO         : ¡Cierto es! Iré a buscarla personalmente (SALE) 

NOVENA ESCENA 

MOLAR          : Hechicera, ¿es verdad lo que dijiste al soberano? 

CARIADURA  : Tal cuál. 

MOLAR          :¡Por mil de a caballo! Entonces ya no seré el dueño de  este reino, sino que podré serlo de este país y de todo el     mundo. 

CARIADURA  : Piano, piano, señor Marqués, que al final os tengo una  sorpresa.          

MOLAR          : ¿Sí? ¡Decídmela al instante!       

CARIADURA  : Al final la veréis... (ENTRA EL REY CON PRINCESA    Y AYA)  

CANINO         : Bien señores, aquí estamos. A ver tú, da comienzo a tu  prodigio.         

CARIADURA  : ¡Sea! (HACE GESTOS MAGICOS Y DE LA    MAQUINA INFERNAL APARECE LA CABEZA DE   UN HOMBRE Y LUEGO OTRO Y OTRO, CANTAN   Y BAILAN. SON LAS CARIES).    

CARIES          : (CANTANDO Y BAILANDO)           

                        Buenas noches, buenas noches

                        te venimos a ayudar

                        como buenos ayudantes

                        de la maga del lugar

           

                        A los grandes y chiquitos

                        hechizamos por igual.

                        No hay molar, ni dientecito

                        que nos pueda rechazar.

                       

                        Somos restos de alimentos

                        atacamos sin cesar

                        Somos caries, el portento

                        de la destrucción dental.

CANINO         : ¡Eh!  

MUELITA       : ¡Oh que horrible! 

MOLAR          :(CONTENTO AL VER SALIR A LOS HOMBRES QUE DAN VUELTAS LAS  COSAS.) 

CANINO         : ¿Qué significa esto?           

MOLAR          : (ENVALENTONADO) Significa, señor que Ud. está en   mi poder. Que este palacio, ahora es mío. 

CANINO         :Inmundo traidor. ¡Guardias! a mí ( LOS GUARDIAS CAEN AL SUELO ATACADOS DEL MAL. EL REY RETROCEDE CON PRINCESA ESPANTADOS. EL AYA ESCAPA DEFENDIENDOSE).

JUICIO           :¡Toma! ¡Toma!, soltad a la princesa, canallas (SALE)     

MOLAR          : (FELIZ) ¡Ah! ¡Ah! ¡ Qué bien! todo salió a perfección!      

CANINO         : No te acerques, vil canalla. 

MOLAR          :Hechicera, explica tú el contenido de esta invasión.          

CARIADURA  :Yo, cariadura, hechicera, enemiga Nº1 de los dientes, proclamo que desde ahora este palacio está invadido por    mis secuaces: las caries. Ellos irán por el mundo sembrando por doquier la destrucción y la ruina. Los pueblos no reirán, puesto que quedarán sin dientes. Terribles dolores aquejarán a los hombres y yo hechicera,    enemiga número uno de los dientes, seré la dominadora y    soberana absoluta.        

MOLAR          : ¿Quién dijiste?. ¡Seré Yo! Te equivocas...

CARIADURA  : No hay tal equivocación, seré yo. Tú también estás preso.         

MOLAR          : (CON ESPANTO) ¡Qué! y ¿Cuál es entonces la sorpresa? 

CARIADURA  : Esta es la sorpresa          

MOLAR          : ¡Ay, ay de mí!. ¡ Traidora, mil veces traidora!       

CARIADURA  : Marqués, el que traiciona a un traidor, no lo es.    

MUELITA       : ¡Ve, padre!   

CANINO         : Estaba ciego, hija, tarde lo veo. ¿Quién podrá ayudarnos?         

MUELITA       : El trovador, padre. El aya lo dejó escapar. Aún tenemos    salvación. El vendrá, así lo prometió.           

CARIADURA  : ¡Basta de lamentos ! Escuchad, todos. Seréis metidos  en   esta máquina infernal y os convertiréis en sendos secuaces   míos (RIE) ¡A ese! (TOMAN UN GUARDIA Y LO         ECHAN DENTRO DE LA MAQUINA).           

TODOS          : ¡Oooooohhh!           

MUELITA       : ¡Qué Horrible!         

CARIADURA  : Y ahora Ud. mi querido Marqués    

MOLAR          : No señora hechicera, por favor ¡Tened Piedad!   

CARIADURA  : Pero si esa es mi promesa, señor Marqués.        

MUELITA       : ¡Tened piedad de él!           

CARIADURA  : ¡Bien!, ¡Alto! Alteremos el orden. Entrad a la princesa.    

CANINO         : No, dejad a ella. Yo tomaré su lugar.         

CARIADURA  : No más cambios. ¡A ella! (VAN A ECHARLA   CUANDO SE ABREN LAS PUERTAS Y ENTRA   TROVADOR Y SEQUITO)

DÉCIMA ESCENA    

TROVADOR  : ¡Alto Miserables! A ellos mis valientes! ¡Soltad a los   prisioneros!         

MUELITA       : ¡Trovador!    

CARIADURA  : ¡Eh! ¿Quiénes son estos? 

MOLAR          : El trovador más valiente que he visto en mi vida. ¡Auxilio!. señor trovador!

TROVADOR  : Ahora lo pides, vil gusano. ¡Rendíos todos!

CARIADURA  : Apresad a esos también, secuaces. (SE INICIA LUCHA   AL COMPAS DE MUSICA. EN UN MOMENTO DADO LOS VALIENTES DEL TROVADOR ESTAN   SIENDO VENCIDOS). ¡Eso es, secuaces, destruyánlos    completamente.       

TROVADOR  : (LUCHANDO) ¡Animo, mis valientes! Eh Ud. Aya  tráigame mi alforja.   

JUICIO           :Volando voy (SIGUEN LUCHANDO)¡ ¡Aquí está!   

TROVADOR  :(SACANDO CEPILLOS Y TUBOS DE PASTA DENTIFRICA TODOS CON SUS NUEVAS ARMAS   HACEN RETROCEDER A LOS MALEFICOS). ¡atrás   maléficos, atrás!

MOLAR          :¡Mi señor trovador! Hacedlo entrar en esa máquina   diabólica. 

TROVADOR  :¡Bien! Pero tú también entrarás. (LOS SECUACES   VAN DESAPARECIENDO UNO POR UNO HASTA QUE LE LLEGA EL MOMENTO A LA   HECHICERA)       

CARIADURA  :¡Ah! canalla, me has derrotado! (DESAPARECE EN LA   MAQUINA

UNDÉCIMA ESCENA          

CANINO         : Bien trovador y ahora que le toque como justo castigo a  este vil traidor.           

MOLAR          : Perdón, perdón Majestad. Perdón, trovador.         

MUELITA       : Perdonadle, trovador.         

TROVADOR  : Bien princesita. ¿Qué dice Ud. Majestad? 

CANINO         : Sea, pero que arranque ahora mismo. Que cruce la  frontera y no vuelva más a este reino.               

MOLAR          : Sí, Majestad. Si señor. Gracias sus mercedes.    

TROVADOR  :Andando o me arrepiento. (CORRE EL MARQUES) Perfecto, ya no tenemos más víboras en palacio.          

CANINO         : Pero es preciso destruir esta máquina.                

TROVADOR  :¡Hacedla pedazos! (LOS AMIGOS DEL TROVADOR QUE REPRESENTAN LAS VERDURAS, LOS MINERALES, LA LECHE,.ETC. LA QUIEBRAN) La   paz y felicidad pueden volver.        

CANINO         : Sí gracias a Ud., trovador.  

MUELITA       :Ve, padre, gracias a él. Ve Ud. que estaba equivocado.    

CANINO         : Es verdad, suplico me perdones, trovador.           

TROVADOR  : Esta bien, no hay problemas.         

CANINO         :Trovador, en mi reino, como Ud. sabe, no hay Consejero   Real, ruégole aceptar este cargo.  

TROVADOR  : Imposible. Mi vida es aventura y sortear dificultades.       

MUELITA       : Trovador,  ¿por qué no se queda?

JUICIO           : Si joven, quédese que aquí lo necesitan.   

CANINO         : Le ruego por el bien de todos.

MUELITA       : Trovador, no se vaya.         

TROVADOR   : ¡Ay! Mi vida cambia y cual barco que regresa a su patria,   echa el ancla. Convenido, princesita, mi reino es éste.

CANINO         : Pues bien, señor Consejero Real, cante su última romanza  como trovador.    

MUELITA       : Si trovador, cante    

TROVADOR  : Cantaré feliz a los guardianes del Palacio Bucal (CANTA   UNA CANCION Y POCO A POCO TODOS  CANTAN MIENTRAS LENTAMENTE SE VA CERRANDO EL TELON)

           

                        Son dentrífico y Cepillo

                        detectives sin igual,

                        multiplican las defensas

                        en el palacio Bucal.

           

                        Con la leche y las verduras

                        ayudamos a vencer

                        y no hay diente moribundo

                        que no pueda renacer.

           

                        Son Dentrífica y Cepillo

                        que acicalan al molar

                        y lo envían al trabajo

                        listo para triturar.

           

                        El aseo cotidiano

                        la buena alimentación

                        reine siempre en tu palacio

                        y jamás la destrucción.


_____________
(1) Nombre original: El Palacio Bucal. Primer Premio en Teatro Infantil. Concurso Nacional organizado por el Ministerio de Educación y el Departamento de Teatro de la Universidad de Chile. 1971.

                          -o-o-o-

ESTE  AÑO  ES  DE  PALOMAS

                       Manuel Gutiérrez Mieres 


Personajes:

Sebastián

Peluco

María

Cheché

Turilo

 

 

 

PELUCO Y SEBASTIÁN CAMINANDO CERCA DE LA ESCUELA DONDE ESTUDIAN.

 

 

ESCENA PRIMERA

 

PELUCO      : (OBSERVANDO LA ESCUELA DESDE LA CALLE) ¡Sebastián!

 

SEBASTIÁN : Sí, Peluco.

 

PELUCO      : (MOSTRANDO) ¡Ahí está la escuela! ¡Fíjate bien!

 

SEBASTIÁN : (OBSERVANDO) ¡Puchas que se ve  grande desde la calle! Peluco, ¿lo que vamos hacer será dentro  de las salas?

 

PELUCO      : ¡Claro que no! ¡Será en el patio!

 

SEBASTIÁN : Pero, ¿cómo vamos a pasar? ¡La muralla es grandaza!

 

PELUCO      : No importa, gil. Nos subimos por el árbol. (MIRA ALREDEDOR) ¡Mira! allí por  aquel lado hay uno cerca del muro.

 

SEBASTIÁN : ¡Ah! (TEMEROSO) Oye, Peluco, ¿y si nos pilla  Juanito, el Auxiliar?

 

PELUCO      : ¡Bah! Lo peor que nos puede pasar es que nos acuse a la Subdirectora

 

SEBASTIÁN : ¡Ahí si que estaríamos embromaos! Nos suspendería por algunos días. y llamarían a nuestros apoderados.

 

PELUCO      : ¡Puchas! Imagínate a Turilo enojado, me castigaría y me tendría todo el día leyendo y aprendiendo tantas cuestiones encerrado en el quiosco. Además, de seguro,  que no dejaría que nos juntáramos.

 

SEBASTIÁN : A mí también me castigarían en mi casa.

 

PELUCO      : Pero, yo creo que sería por algunos días no más. Así es que esperemos  tranquilos. Además, descansaríamos de ir un buen tiempo a la escuela.

 

SEBASTIÁN : Pero, perderíamos de aprender hartas cosas sin ir a la escuela. La María dice que…

 

PELUCO      : (INTERRUMPIENDO) ¿Qué te dijo esa caura?

 

SEBASTIÁN : ¡Qué es harto lindo y bueno  ir a la escuela! Que enseñan esas cuestiones que después sirven para cuando grande y, yo le creo.

 

PELUCO      : ¡Pavadas! (SUAVE) ¡Sebastián!

 

SEBASTIÁN : ¿Qué, Peluco?

 

PELUCO      : ¿Qué más te dijo la María?

 

SEBASTIÁN : Lo que más le gustaba era que dice que en su curso hacían una cuestión de Teatro.

 

PELUCO      : Son teatreros entonces. No todo es estudiar, parece.

 

SEBASTIÁN : Pero, jugaban  con puras señas, sin hablar.

 

PELUCO      : ¡Eso no es teatro! El teatro lo estamos haciendo nosotros. ¿No te dái cuenta?

 

SEBASTIÁN : Está bien. Pero ella en su curso lo hacían como si fueran mudos.

 

PELUCO      : ¿Y qué más te decía la caura?

 

SEBASTIÁN :  Que tocan guitarra y bailan….   

 

PELUCO      :  Eso ya lo sé.      

 

SEBASTIÁN : Dice que ella canta.  ¡Peluco, regúntale tú, cuando llegue.

 

PELUCO      :Bueno. Anda tú  a mirar mientras tanto que no venga nadie por ese lado.

 

SEBASTIÁN : Y si me pilla Juanito qué le digo?

PELUCO      : Le decís que se te quedaron unos cuadernos y el lápiz y que los andáis buscando.

SEBASTIÁN : Pero si el lápiz lo tengo aquí.

 

PELUCO      : (QUITÁNDOSELO Y TIRÄNDOLO LEJOS) Entonces, anda a buscarlo.

 

ESCENA SEGUNDA

 

MARÍA         : (APARECIENDO) ¡Peluco!, ¡Sebastián! ¿Dónde están?

 

PELUCO      : ¡Aquí, María! Ya creíamos que no venías.

 

MARÍA         : Es que no podía despegarme de la Cheché y tuve que…

 

PELUCO      : (INTERRUMPIENDO) Bueno. ¿Trajíste los materiales?

 

MARÍA         : (ABRIENDO UN BOLSO) Aquí está el triguito.

 

PELUCO      : ¿Y el cordel para las trampas?

 

MARÍA         : También. (PAUSA) Y, ¿Sebastián? ¿dónde está?

 

PELUCO      : (INTERRUMPIENDO) Por ahí anda… ya viene.

 

MARÍA         : Pero, quiero decirles algo…

 

PELUCO      : ¡Qué contenta se va a poner la Cheché cuando se la llevemos!

 

ESCENA TERCERA

 

CHECHÉ      : (APARECIENDO) No tienes para que llevarla. Yo también voy a buscar mi palomita blanca.

 

PELUCO      : (A MARÍA) ¡No te dije!

 

MARÍA         : Eso es lo que quería decirte….

 

PELUCO      : ¿Qué hacemos, ahora?

 

MARÍA         : Si no pude despegármela.

 

PELUCO      : La caura chica se queda aquí.

 

CHECHÉ      : Si no me llevan los acuso a Turilo y a mi abuelita Meche.

 

PELUCO      : ¿De qué nos váis a acusar?

 

CHECHÉ      : ¿Qué fueron a robar palomas a la escuela!

 

MARÍA         : ¡Pero Cheché!, si no vamos a robar. La paloma blanca la vamos a coger  para ti.

 

PELUCO      : Y si no vamos, te quedáis sin paloma, por pava.

 

CHECHÉ      : (GIMOTEANDO) ¡Entonces me pongo a llorar!

 

MARÍA         : (COMPADECIÉNDOSE) ¡Peluco, llevémosla más mejor!

 

CHECHÉ      : ¡Yo quiero ir!

 

PELUCO      : ¡Bueno, ya caura llorona!

 

MARÍA         : (DE IMPROVISO SE ESCUCHA EL  SONIDO DE UNA CAMPANA) ¡Peluco, escuchaste!

 

PELUCO      : Sí, no soy sordo…

 

MARÍA         : ¿Por qué sonará, si la escuela está dormida?

 

CHECHÉ      : A lo mejor está soñando…

 

MARÍA         : ¡Cállate, Cheché! ¿Qué hacemos, Peluco?

 

PELUCO      : Escondernos, para que no nos pillen. (SE OCULTAN)

 

ESCENA  CUARTA

 

SEBASTIÁN : (APARECIENDO) Peluco, ¿dónde estáis?

 

PELUCO      : (APARECE  ALGO INQUIETO) ¡Sebastián!, ¿escuchaste el sonido de la campana?

 

SEBASTIÁN : (RIENDO) Los tenía asustados, ¿eh?. Yo toqué la campana.

 

PELUCO      : No te pego no más porque (LO AMENAZA) ¿Por qué tardaste tanto?

 

SEBASTIÁN : Es que quería ver mi sala y me quedé un poco mirando y pensando con mi señorita, la profesora…

 

MARÍA         : (INTERRUMPIENDO) Al Sebastián, le gusta la profe. Le gusta la profe…

 

CHECHÉ      : (SIGUE LA BURLA) Está enamorado de la profe… Y se van a casar.

 

SEBASTIÁN : (ENOJADO) ¡Córtenla, cauras!

 

MARÍA  : Oye, Sebastián… y si a la profe no le gustan los niños…

 

PELUCO      : (RIENDO) Los evitan y no hay problema.

 

SEBASTIÁN : ¡Córtenla, córtenla! ¡Claro que me gusta porque cuando nos cuenta cuentos re lindos, parece que me hablara a mí no más… y me mira y me sonríe… (EMOCIONADO) Entonces me acuerdo de mi mamá que nunca conocí…¡Por eso me gusta! Y tú, Peluco también la escuchas y también te gusta, para que rstomos con cosa.

 

MARÍA         : (TODOS LOS NIÑOS ESTÄN EMOCIONADOS) ¡Puchas, perdónanos!

 

CHECHÉ          : Mi abuelita Meche, también me cuenta hartos cuentos…

 

PELUCO      : Perdona, Sebastián. ¡Cuenta más…!

 

SEBASTIÁN : (MÁS TRANQUILO) ¿De qué más voy a contar?

 

MARÍA         : De la escuela, pu…

 

SEBASTIÁN : ¡Ah, de la escuela! Yo les voy a cantar mejor… (CANTA)

La profesora dijo un día 
que nunca la escuela dejaría


Escuela más linda 
te enseña, te  educa 
en cuatro paredes 
tu vida disfrutas.

 

PELUCO      : Pavadas! En cuatro paredes.. ¡Hum!

SEBASTIÁN  : (CONTINUA CANTANDO)
La profesora dijo un día que en la escuela  se aprendía.

 

PELUCO      : ¿Aprender? Que voy aprender si tengo el estómago vacío. Oye, Sebastián y por qué los profes. que enseñan, no lo hacen debajo de los árboles. Así sería re encachao… o a la orilla de los ríos.


SEBASTIÁN : (INTERESADO) ¡Eso es! ¿Y por qué no en  las playas o arriba enlas montañas?

 

PELUCO      : No vís que tengo razón. Así yo estudiaría con más ganas.

 

SEBASTIAN : Así es relindo (CANTAN TODOS)  

 Escuela más linda 
en playas y valles, 
en ríos y  montañas,
ahí está el detalle.

 
Campanas, recreos, 
el profe rabiando. 
El sol no aparece, 
sigamo soñando.

 
La profesora dijo un día 
que la escuela era alegría.


Tablita, tablón, 
lectura y lección. 
La puerta está abierta
se da la ocasión.

 

           

MARÍA         : Me gustó la canción!

 

CHECHÉ      : ¡Es bonita! Dice que la puerta está abierta…

 

PELUCO      : ¡Bueno, no tanto! (DE REPENTE) La Cheché tiene la razón. La canción dice que la puerta está abierta y que entonces es la ocasión de entrar.    ¡Buena, caurita chica!

 

MARÍA         : (MARÏA QUE HA ESTADO OBSERVANDO EL LUGAR) ¡Miren el Árbol!

 

PELUCO      : ¿Qué pasa con el árbol?

 

MARÍA         : En el árbol y en al ,patio hay hartas palomas…

 

CHECHÉ      : (AVANZANDO AL ÁRBOL) Es mi palomita Blanca.

 

SEBASTIÁN : ¡Cuidado, Cheché! ¡Puchas, las  hiciste volar!

 

PELUCO      : La caura pava, no más.

 

CHECHÉ      : (APENADA) Se fue mi palomita blanca.

 

SEBASTIÁN : Era blanquita como espuma de jabón.

 

PELUCO      : No importa. Ya volverán. ¡Quédense callados!

 

MARÍA         : Con razón la abuelita Meche decía que este año era de palomas y palomos.

 

CHECHÉ      : (GRITANDO DE ALEGRÍA) ¡Es verdad! Turilo dijo que a lo mejor es seña que los tiempos mejorarán.

 

PELUCO      : ¡Pavadas! ¿Cállensen! (A LAS NIÑAS) Ustedes cauras tienen la culpa de que se fueran. por atrasarse y porque nunca se callan.

 

SEBASTIÁN : Nos quedamos con las ganas, Peluco. ¿Qué hacemos?

 

PELUCO      : (SUGUE FASTIDIADO) No hay nada que hacer. ¡Cauras tontas, no màs!

 

MARÍA         : Entonces, ¿no cogeremos la paloma?

 

PELUCO      : Sí, pero, vamos a cortar por lo sano. Tengo una idea. ¿Vamos a ir! ¡Yo y  Sebastián y nadie más.

 

MARÍA         : ¡Claro, el burro adelante! No, señor, iremos todos o ninguno.

 

PELUCO      : Esta bien, está bien…¡Hagamos un plan!

 

SEBASTIÁN : (DE IMPROVISO) ¡Oye, Peluco…yo he escuchado que en la escuela hay fantasmas.

 

CHECHÉ          : (SOBRESALTADA) ¡Yo no voy a ninguna parte, entonces!

 

PELUCO      : ¡Silencio! Yo no creo ninguna payasá.

 

MARÍA         : (DUDANDO) A lo mejor…

 

SEBASTiÁN : Ya sé por donde entrar al patio.

 

PELUCO      : (A SEBASTIÁN) ¿Es verdad que en la escuela hay fantasma?

 

SEBASTIÁN : A mí no… (SIEMPRE APARTE CON PELUCO) Mintámosle a las cauras para que se vayan.

 

PELUCO      : (COMPRENDIENDO) ¡Ah,! Sí. Creo que hay por lo menos tres fantasmas y medio.

 

SEBASTIÁN     : Y en las noches como estas, salen a asustar a las chuiquillas, especialmente como ustedes.

 

CHECHÉ      : (COMPUNGIDA) ¡Yo quiero irme a mi casa!

 

MARÍA      : ¡Es mentira, es mentira! Sólo quieren asutarnos. No le creas Cheché.

 

PELUCO      : (A SEBASTIÁN) Oye, pensándolo bien, a lo mejor.

 

SEBASTIÁN : (RIENDO) ¿Tú también…?

 

PELUCO      : Yo no creo, pero dicen que de haberlos, los hay.

 

SEBASTIÁN : ¿Tienes miedo?

 

PELUCO      : ¡Yo!, Pavadas, vamos Sebastián. Dejemos a estas cauras.

 

SEBASTIÁN : Chao, cauras miedossas.

 

PELUCO      : Sí, pues, todas las mujeres son miedosas (SALEN)

 

MARÍA         : ¡Miedo yo!. Vamos, Cheché! Demostremos que somos valientes.

 

CHECHÉ      : Yo quiero a mi palomita blanca (Salen)

 

 ESCENA QUINTA

 

PELUCO      : ¡Vengan! Ya estamos aquí.

 

MARÍA         : Miren! ¡Allí está otra vez! En ese árbol.

 

PELUCO      : ¡SHISS! No grites.

 

SEBASTIÁN : Se va… Se voló… Se fue volando al patio de la escuela.

 

CHECHÉ      : (CON PENA) Mi palomita blanca.

 

PELUCO      : Vamos al patio.

 

MARÍA         : Pero, por dónde podremos pasar.

 

SEBASTIÁN     : Por allá hay un hoyo en el muro. Cuando fui a buscar mi lápiz lo descubrí.

 

PELUCO        : Vamos entonces.

 

MARÍA           : Este yo… a lo mejor hay perros.

 

SEBASTIÁN : Hay uno pero está amarrao y me conoce. Vamos, Peluco. Las cauras que se queden.

 

MARÍA          : ¡Espérenme! (A CHECHË) Tú no te muevas, puede volar para acá (VASE)

  

ESCENA SEXTA

CHECHÉ      : (ANGUSTIADA) ¡Quiero a mi palamita blanca! (CANTA)

 

Palomita Blanca,

florcita de alhelí,

en medio del
            camino

 ten piedad de 
             mí.

 

Palomita blanca

florcita de rosal,

en medio del
            camino

está mi ideal.

 

Palomita blanca,

florcita de 
           añoranza,

en medio del
            camino

busco mi
            esperanza.

 

Palomita blanca

canta tu canción,

en medio del
            camino

florece unailusión.

 

CHECHË HACE ADEMÄN DE RECIBIR EN SUS MANITAS UNA PALOMA. LA ACARICIA DULCEMENTE.

SE ESCUCHAN RUIDOS. GRITOS. SONIDOS DE CAMPANAS. CARRERAS. LADRIDO DE PERROS. VOCES DE NIÑOS

 

TODOS MENOS

 CHECHË     : ¡Los fantasmas! ¡Cuidado con el perro! ¡Arranquemos! ¡Turilo… Ven a ayúdarnos!

 

TURILO       : (APARECIENDO. RÍE) Así los quería ver. ¡Asustados! (SIGUE RIENDO) Fantasmas. Acaso yo soy un fantasma?

 

MARÍA         :  (INTRIGADA) ¿Cómo nos encontraste, Turilo?

 

TURILO       : (SERIO) Juanito, el Auxiliar me avisó que ustedes estaban por aquí. Peluco y tu Sebastián, otra vez haciendo travesuras. Haciendo pasar susto a la Marita (MIRANDO AL GRUPO) ¿Y mi chiquillita, dónde está?

 

CHECHÉ      : Ven mi palomita querida (A LOS NIÑOS QUE SE ACERCAN LENTAMENTE) ¡Miren!, ¡Ya viene hacia mí! (EN ESE MOMENTO EL ÄRBOL FLORECE CON FLORES MULTICOLORES. TODOS LO MIRAN. DE PRONTO CHECHÉ EXTIENDE LOS BRAZOS Y ECHA A VOLAR IMAGINARIA PALOMA. TODOS ESTÁTICOS CONFORMAN UN CUADRO ESTILIZADO MIENTRAS TURILO HABLA

 

TURILO       : Y ese año las palomas cundieron por doquier… Volaban airosas, gentiles, abanicándose en sus alas. Posadas en los techos de las escuelas observaban  el juego de los niños. Cual racimos de amistad en los árboles estaban, entonces un fino sentimiento anidó en nuestras almas… y nos  preguntamos: ¿Serán designios de tiempos mejores? 

                          TELÓN
                           -o-o-o-
Manuel Gutiérrez Mieres

  
                                                           Para:
                                                                     Colombina, 
                                                                     Baltazar 
                                                                     y 
                                                                     Facundo,
                                                                     mis nietos...

Cuando la Escuela Nº 74 cumplió 18 años escribí un libreto para no hacer lo tradicional: la simple anunciación de los números a presentar. Entonces, personifiqué a la Campana de la escuela para que ella fuera contando lo que había a su alrededor; así, entre cada recuerdo que la campana hacía, se intercalaba un número a presentar.(Importante: lo que dice relación con el Vergel, me lo regaló María)
El libreto lo titulé:



LA CAMPANA DE LA ESCUELA
                              



CORTINAS CERRADAS EN EL ESCENARIO. UNA VOZ EN OFF RECITA UNOS VERSOS DE DANIEL DE LA VEGA


VOZ    : ¿Viajar? ¿Y para qué? El que anhela viajar
              nunca verá la tierra, ni los cielos ,ni el   
              mar...
              Será un ciego, mendigo de verdad. Su
              mirada 
              pasará por las cosas sin saber nunca
              nada.

              Yo sé que entre las cuatro paredes de mi
              huerto 
              tengo encerradas todas las verdades del
              mundo: 
              el pasado brumoso y el porvenir incierto.
              Mi huerto es un pequeño universo profundo.

AL TERMINAR EMPIEZA A OÍRSE UN TAÑIDO DE CAMPANA MIENTRAS LAS CORTINAS SE ABREN LENTAMENTE APARECIENDO LA IMAGEN DE UNA CAMPANA PROYECTADA EN EL ESCENARIO. UNA VOZ FEMENINA SE ESCUCHA: ES LA CAMPANA


CAMPANA: Así como Daniel de la Vega encontró en su huerto tantas cosas hermosas... Yo los invitaré a éste mi universo: "LA ESCUELA" . Aquí, también, entre cuatro paredeshay un mundo maravillosoque hoy cobrará vida.  
Nuestro recorrido durará un año. ¡Sí!, un año en un día tan importante como hoy.
Es OTOÑO... ya se están dorando las hojas; pero yoestoy feliz... ¡Han llegado! ¡Han llegado Ellos...! ¡Han llegado algunos que no me conocían! ¡Mi universo se ha inundado de alegría! El silencio se rompió bruscamente . ¡Otros han regresado...! ¡Espero que no hayan olvidado mi canción!
Mi universo se ha inundado de vida. El silencio se rompió violentamente..
Aquella mañana, desperté asustada con el breve llanto de un pequeño visitante tímido. Era su primer día en la escuela. Pero, ¡cómo asustarme, si ya estoy acostumbrada! Temí tañer, para no incomodarlo más. Luego sonreí, en la gran sala abierta al cielo.

                                      RONDA

CAMPANA: Yo estaba feliz. Miré al abeto. Él también sonreía. Los acontecimientos ya no los veía yo sola. El abeto mi compañero de hace tanto tiempo me acompañaba. El abeto me  ayuda a llevar la pesada ausencia durante las vacasiones de los niños. 
Cuando nos quedamos solos, me cuenta historia de donde él vino. Era muy pequeñito cuando llegó a la escuela; pero, no ha olvidado la hermosura y el perfume de las flores angolinas. Es de noble cuna. Nació en un vergel, en un valle florido muy cerca de los antepasados del copihue y las cononíferas de la hermosa cordillera de Nahuelbuta. 
Ha crecido aquí, en la escuela. ¡Es hermoso!, ¿verdad?. Cuando más pequeñose le hacía difícil soportar el peso de los niños traviesos que se colgaban de sus ramas. ¡Cuántas veces llorólastimado! Los niños no se daban cuenta del daño que le hacían. Hoy, ¡aliviemos su pesar...!     

                                      

                                 ODA A LA ARAUCARIA

 CAMPANA: A veces, echa de menos a uss hermanos árboles. Le viene la nostalgia; pero, luego, nos mira y piensa que nosotros estamos más cerca de él y su bosque está muy lejos. ¿Cómo podría una escuela sin campana y sin árbol?

                       BAILE (En bosque de la China) 

CAMPANA: Cuando el INVIERNO se hace presente, el viento llega empeñado en hacer bailar. Tengo que sujetar fuertemente mi vestido de bronce. Me hace sufrir mucho. Mi corazón no puede quedarse tranquilo. No sé por qué mi sonido se hace tan triste en las noches de invierno. ¡No me gustan mucho los inviernos! La lluvia me empapa sin compasión y, lo que es peor, los niños juegan lejos de mí. Todo este tiempo vivo esperando la primavera , sobre todo, estos últimos años que estoy más crecida. Tengo 18 años. ¡La juventud!, ¡la alegría!, ¡la juventud!


                                  BAILE

CAMPANA: ¡Ah! Es la PRIMAVERA. ¡Son los días de mi Patria! Veo como Ella, la bandera, escala cadenciosamente por el mástil hasta quedar en las alturas. Igual que yo. Allí se más hermosa. Sí, las alturas son hermosas para el abeto, para mí y para la bandera.

                         POEMA A LA BANDERA 

CAMPANA: La familia crece aún más, porque aquí tengo a otro amigo que también canta como yo. A veces, me canso de oír mi propia canción, siempre con la misma nota. ¡Ah!. ¿quién tuviera un arpegio como él, que invita a p'asear por los recuerdos.

                            PIANO (Antofagasta)

CAMPANA: En este recorrido por el año, me pondré triste nuevamente.¡VERANO! Vendrán muchas cosas importantes. Se acerca el término de las clases. No podré dejar de pensar que los niños se irán.¡Ya me pongo débil! ¡Ya me pongo pausada! Cuando señalo las últimas jornadas, me asoma por la muralla y miro envidiosa a aquellos que pueden moverse. Aquellos que tienen una libertad relativa, y no están quietos como yo: son los pececitos del acuario. Ellos echan de menos al mar. Yo los consuelo diciéndoles que es demasiado grande el mar para ellos

           

               CANCIÓN (Los pececitos dorados)

CAMPANA:Los niños también acudirán al llamado del agua. Irán a las playas, a las montañas e sus vacasiones y, en la distancia estoy segura, llevarán en sus recuerdos: un pedacito del patio, del abeto, del piano, del acuario y de esta campana. Es decir, de todo este pequeño universo profundo que espera por ellos, que espera el pronto retorno. Yo cantaré en sus sueños diciéndoles, rogándoles que regresen.

                       CORO: LA CAMPANA 


                                TELÓN 

-o-o-o-   

LA LECHE NO HAY NADIE QUE LA DESECHE


LA LECHE NO HAY NADIE QUE LA DESECHE
                            Manuel Gutiérrez Mieres
Comedia en tres Cuadros

 

                                                                                   Personajes

 

Sofanor

Cuchepo

Pat'e Huilque

Moco 'e Pulle

Lucinda

María

Juancho

Guata 'e Sapo

Madres

Niños

 

I N T R O D U C C I Ó N

 

AL ABRIRSE EL TELÓN SE OBSERVA UNA POBLACIÓN. DE PRONTO UN NIÑO APARECE EN EL ESCENARIO COMO SI HUBIERA SIDO EMPUJADO HACERLO. MIRA A TODAS PARTE, TITUBEANDO. SE ENFRENTA AL PÚBLICO Y CON TIMIDEZ EMPIEZA A HABLAR

 

NIÑO      : Esta es mi población... aquí vivo yo, mis hermanos, amigos y toda mi gente.

Esta es mi población. (SEÑALA LAS CASAS) Claro que no es ninguna lindura; aquí no tenemos paz, ni con la gente ni con el tiempo. (PERDIENDO LA TIMIDEZ INICIAL)  Cuando está bueno la polvareda y el sol nos atosiga; y cuando es tiempo de lluvia... ¡Ahí si que te quiero ver, huachito! ...barro por todas partes. El frío y la humedad  nos atacan... Para qué‚ hablar de los vecinos: peleas por aquí... peleas por allá... (CON MAS CONFIANZA FRENTE AL PÚBLICO) Bueno, tenimos este montón de casuchas, juntitas, como si tuvieran miedo de separarse, sin luz, sin agua y  con la miseria a lo que es mordizco... En fin, somos marginales... callamperos, más bien dicho. Pero, callamperos que queremos vivir con dignidad de seres humanos. (INVITANDO AL PÚBLICO A ESCUCHAR) Y si ustedes saben oír y escuchar, apreciar  un suave rumor, una fina lucecita que se hace más clara en el corazón y conciencia en la gallá  que se las machuca, de los sufridos, de la gallá que no tiene más que sus manos como herencia y riqueza.  Me preguntarán... ¿y la cuestión del espíritu?... Bueno. esa cuestión se la han golpeado... herido... aplastado, pero no la han podido matar... (CON EMOCIÓN) Así, nuestro hombre siente y agradece la vitalidad del sol matinal, desparramando calor por el casco de su casa; aprecia la melodiosa conversa del viento y las hojas del bosque. Por otro lado, alza su mirada, se empieza a agrupar, sabe organizarse para echar a caminar y...

                 

VOZ       : (DESDE BAMBALINAS) ¡Ya, pus mandíbula...! ¡Corta la lata...!

 

NIÑO     : (ENOJADO) ¡No interrumpas, gil...!

 

VOZ       : No le des más trabajo a la sin hueso, oh... ¡Empecemos luego...!

 

NIÑO     : Güeno, pues aturdío... (AL PÚBLICO) Así que no puede‚ hablar un poco uno... Lo que yo tenía que decirles es, esto... con los cabros de la población nos ha dado por ser teatreros... Hemos trabajado en esta comedia donde con nuestras vidas simples y comunes queremos hacer llegar a usteedes nuestros problemas y esperanzas... ¡Ya, pues, atarantáos...! ¡Pueden comenzar...! (SALE)

 

 

CUADRO PRIMERO  

 

UNA CALLE

 

EN EL ESCENARIO HAY UNA CALLE DE UNA POBLACIÓN MARGINAL. SE VISLUMBRAN LAS CASAS AL FONDO. UNA DE ELLA MUESTRA UN LETRERO QUE DICE: "CENTRO DE MADRES". LA CALLE CORRE PARALELO A LAS CASAS.

ES DE DIA. LAS 10 DE LA MAÑANA. HAY MOVIMIENTO DE ASEO DE LAS CASAS. LUEGO LA LUZ DECRECE Y SÓLO SE ILUMINA A LA CALLE DEJANDO EN PENUMBRA A LAS CASAS. APARECE SOFANOR GRITANDO LLEVA UNOS PAQUETES DE LECHE.

 

SOFANOR      : ¡Cuchepo, o, o!, ¡Cuchepo, o, o! ¡Ven para acá, aquí andan hartazos.

 

CUCHEPO      : (CORRIENDO) ¨¿Adónde, oh...? ¡No grites tanto que los espantas!

 

SOFANOR      : (TRISTE) Si se espantaron todos.

 

CUCHEPO      : (ENOJADO) Para  otra vez no grites... llámame...

 

SOFANOR      : (TIRANDOSE AL SUELO) ¡Pero si tú estabas lejazo, tenía que...

 

CUCHEPO      : (CON IRA) ¡Cállate, mocoso! No hables na  mejor... (SE SIENTA Y MIRA EL LUGAR. DE PRONTO SE LEVANTA BRUSCAMENTE) ¡Mira, Sofanor!, ahí anda uno (SEÑALA CON EL DEDO) Shisss... prepara tu honda (SACA LA SUYA Y APUNTA)

 

SOFANOR      : (ALZÁNDOSE Y MIRANDO HACIA DONDE INDICA CUCHEPO) ¡De veras...! ¡Puchas, qué es lindo...! (SACA LA HONDA DE UN BOLSILLO)

 

CUCHEPO     : (SUAVEMENTE) ¡Shisssss! ¡Cállate!

 

SOFANOR     : (BUSCANDO UNA PIEDRA A ESPALDA DE CUCHEPO. AL LEVANTAR            LA CABEZA VE OTRO PAJARO Y GRITA) ¡Mira!, ahí viene otro (SALTA Y                          PALMOTEA).

 

CUCHEPO     : (CON RABIA) Cabro de miéchica, tienes que gritar no más (VA HACIA ÉL) Yo te voy a enseñar a estar mudo. (SOFANOR CORRE) ¡Espérate no más . ( LO SIGUE SIN ALCANZARLO. SE SIENTA.  SOFANOR SE BOTA EN EL SUELO ALEJADO. CUCHEPO DE MAL HUMOR SACA UN CIGARRILLO A MEDIO FUMAR Y BUSCA FÓSFOROS QUE NO ENCUENTRA) ¡Puchacay! (TIRA LEJOS LA COLILLA . MIRA INQUIETO A TODAS PARTES. AL VER A SOFANOR JUGANDO TRANQUILAMENTE EN EL SUELO, MÁS RABIA LE DA. SÓLO PIENSA EN LOS P{ÁJAROS). ¡El pájaro…¡bonito! ( SE LEVANTA DE PRONTO AL  ACORDARSE DE LAS TRAMPAS QUE HAN TENDIDO) ¡Las trampas! (SE VUELVE A SOFANOR SIN ACORDARSE YA DE SU ENOJO) ¡Vamos! ¡Vamos a ver las trampas!

 

SOFANOR     : (RÁPIDAMENTE SE PONE A SU LADO) ¡Claro pues! ¡Al tirante! (SALEN  CONTENTOS DEJANDO OLVIDADO LOS PAQUETES. LOS NIÑOS SALEN POR LA IZQUIERDA. POR LA DERECHA ENTRAN  PAT’E HUILQUE, PICARO REDOMADO, LLAMADO ASI  POR TENER UNA PIERNA QUEBRADA QUE LO HACE COJEAR NOTORIAMENTE; Y MOCO’E PULLE, EL HELADERO SIN ESCRÚPULOS. SUS VESTIMENTAS DEBEN SER ESTRAFALARIAS. NO DEBEN ASUSTAR A LOS NIÑOS. SON UNOS SINVERGÜENZAS SIMPÁTICOS.

 

MOCO E`PULLE: Mira Pata `e Huilque, si no traes nada, mejor que no te acerques más por este lado… No hay cómo hacer los helados y el perla no hace más que estar vagando o echado por ahí, todo el santo día y cooperar ná.

 

PAT`E HUILQUE: Puchacay, ni un rato puede estar tranquilo uno. En toas partes lo molestan.

 

MOCO `E PULLE:Ya lo oíste, si no traes algo, no vuelvas más a mi lado, si no a patadas te voy a echar.

 

PAT`E HUILQUE: ¿Qué  quieres que haga….? ¡Soy inválido!.

 

MOCO`E PULLE: (BURLÓN) Inválido, inválido de qué ….(MOLESTO) Para correr a la

cantina, naíta que te acuerdas de tu pata…. pero para traer algo…(IMPERATIVO) para eso te pago todo lo que traigas para el negocio…(DESPRECIATIVO) No te ganais  ni el beri de los porotos.

 

PAT`E HUILQUE: (INICIANDO UNA DISCULPA) pero, on Moquito `e Pulle….

 

MOCO E’ PULLE: (CON RABIA) ¡Cállate…! Y no me digas así, ¿oíste?… y ahora ándate

(LE DA UN EMPUJÓN. INICIA LA SALIDA POR DONDE ENTRÓ).

 

PAT`E HUILQUE: (QUE HA CAIDO APARATOSAMENTE) Como Ud., mande don Moco.        

(AL PÚBLICO) Este está más falláo…eso no se ha  hecho para unas manos tan finas y delicadas como éstas… Además, puedo ensuciar mi “frac”…y ¿con qué iré el domingo a pasearme a la plaza a escuchar la retreta? (MIENTRAS TANTO MOCO `E PULLE HA VUELTO Y SE HA ACERCADO EN LA PUNTILLA Y SE HA COLOCADO DETRÁS DE ÉL)

 

MOCO `E PULLE: (GRITÁNDOLE AL OIDO)  Te dije que te apures…mira que hasta el momento lo único que tengo es agua con unos pedazos de hielo navegando al garete (LE DA UNA PATADA EN EL TRASERO Y SALE DEFINITIVAMENTE).

 

PAT`E HUILQUE: (EN EL SUELO. LEVANTÁNDOSE CON RABIA) ¡Oiga…moquillo, más

respeto por mi honorable humanidad…(SOBÁNDOSE.EMPIEZA A CAMINAR ACERCÁNDOSE AL LUGAR DONDE ANTES ESTUVIERON LOS NIÑOS. SU ANDAR TIENE QUE SER C{OMICO.  DE PRONTO ALGO LE LLAMALA ATENCIÓN SE ACERCA Y DESCUBRE LOS PAQUETES ABANDONADOS POR LOS NIÑOS) Esto, ¿qué es ¿¡Son paquetes!.(LOS ABRE)¡Leche…! ¡Es blanquita!….. Las cosas que se ven en estos tiempos….¡Leche                               envasá! (AL PÚBLICO) ¿Desde cuando las vacas dan leche en bolsitas plásticas?                                 Tienen que ser vacas muy pitucas. Deben creerse la muerte.(PENSANDO UN RATO) De algunos cauros aturdíos, debe ser. ¡Miren que andar con la jaba abierta ¡ (SIEMPRE  HABLANDO CON EL PÚBLICO) y si empiezo a “buscar” (HACE  ADEMÁN QUERIENDO DECIR ROBAR). ¡haré  un trabajito! … un pololito….así Moquete de pulle éjará de fregarme la pita (IMITÁNDOLO) “no vuelvas, si no traes algo” (RIE) cómo soy un hombre responsable, le haré en el gusto. Ahora verá la cabrería lo que les espera. (SACANDO CUENTAS) a $c/u…..(SOBÁNDOSE LAS MANOS DE CONTENTO Y SALTANDO ) ¡Hartas lucrecias caerán en estas finas manoplas, Moquillete de pulle estará contento…. Y los cauros también,  total a ellos no les gusta… Un momento, esto hay que celebrarlo…un medio pato  no me vendrá naíta mal … (AL PÚBLICO ESPECIALMENTE A LOS NIÑOS) Ustedes, Callaítos el loro, después de todo, yo me las machaco y estoy en mi derecho…¿no les  parece?(CANTA MIENTRAS SALE)

Tengo un vaca lechera no es una vaca cualquiera; me da leche en bolsita ¡Ay! qué vaca tan bonita.Tolón tolón, tolón tolón (PAT`E HUILQUE SALE POR LA DERECHA. POR EL MISMO LADO APARECE LUCINDA, LA MAMÁ DE CUCHEPO. VA A UNA REUNIÓN DE CENTRO DE MADRES, DE RECIENTE FORMACIÓN DEL CUAL ELLA ES PRESIDENTA. LUCE SU MEJOR GALA. SE NOTA IMPACIENTE AVANZANDO POR LA CALLE).

 

LUCINDA        : (LLAMANDO A SU HIJO QUE SABE ANDA POR EL LUGAR)  ¡Cuchepitoooooo!¡Cuchepito!… dónde se habrá metido este chiquillo. (IMPACIENTE). No para un rato en la casa…¡Cuchepooooo! ¡Cuchepooooo! (POR LA IZQUIERDA APARECE MARÍA, CON UN PÁJARO EN SUS MANOS. MARÍA VISTE PANTALONES)

 

MARÍA : ¡Buenos días, doña Lucinda!.¿Cómo está usted?

 

LUCINDA        : ¡Hola María! Bien. ¡Cómo te va! ¿No has visto a Cuchepo?

 

MARÍA : Sí, iba con Sofanor corriendo como locos hacia las trampas (INDICA HACIA LA IZQUIERDA). Según parece (RIE)

 

LUCINDA        : ¿Por qué te ríes?

 

MARÍA : Es que ellos van para allá…..y yo voy para acá.

 

LUCINDA        : Y  eso ¿qué?

 

MARIA : Nada, solo que yo les saqué el zorzalito de las trampas (RIE) Lo enojado que

van a estar.

 

LUCINDA        : ¡Bien hecho!. Miren que andar volteando pájaros. ¿Cómo está tu hermanito?

 

MARIA : Igual no más….ayer lo llevamos a la posta, pero tuvimos que volvernos. No nos

atendieron ná.

 

LUCINDA        : (CURIOSA) y ¿Por qué?

 

MARIA : (UN TANTO APENADA) Por que mi mamá no llevó la libreta y así que mañana  

tenemos que volver.(CONTENTA) bueno, tengo que irme, le llevaré el zorzalito al

Juancho, para que le cante en las mañanas. el pobre está tan solito. (APARECE                                  CUCHEPO SEGUIDO POR SOFANOR. VIENEN IRACUNDOS).

 

CUCHEPO     : (FORCEJEANDO CON MARÍA TRATANDO DE QUITARLE EL ZORZAL) Pasa caura. Tú lo tenías. Si no es ná tuyo.

 

LUCINDA        : (ORDENANDO) ¡Cuchepo, deja  a la niña!.

 

SOFANOR     : (METIÉNDOSE) Es que es una intrusa.

 

LUCINDA        : (VOLVIÉNDOSE ENOJADA) no te metas tú, atáo  `e  sebo. Anda a bañarte mejor.

 

CUCHEPO     : (MOLESTO) Oiga señora, no ve que esta caura nos robó de las trampas al zorzalito. (FORCEJEANDO NUEVAMENTE CON MARÍA) mejor es que me lo        entregís….

 

LUCINDA        : (ENOJADA. APARTANDOLO) Cállate moleera.(CUCHEPO HABLA ENTRE DIENTES) ¡Silencio! Si no quieres que tome un palo y te apaleé aquí mismo. (CALMÁNDOSE) Ya Marita, váyase  mejor, mire que a estos me los arreglo yo. (MARÍA SALE POR LA DERECHA.LUCINDA SE VUELVE CONTRA LOS     NIÑOS Y LOS INCREPA) y ustedes, el hecho de que estén en vacaciones, no les da derecho para que atorratéen y callejéen como valijas. Cuchepo, yo me voy al centro de madres….hagan algo provechoso y no anden con

la boca abierta por ahí…miren que andar voltiando  pájaros…. Los pajaritos son libres y deben seguir volando libremente (SALE POR LA IZQUIERDA).

 

CUCHEPO     : Puchacay, que hacemos ahora Sofanor, nos jodió la `eñora.

 

SOFANOR     : Ni en vacaciones pue uno estar tranquilo. En la escuela estaba  ‘la paca’ de la

profe…. Y aquí tu mamá.¡Búa, mujeres!.

 

CUCHEPO     : (RECOBRANDO EL HUMOR E IMITANDO A LA PROFESORA) Niñitos esta leche es para ustedes.., para que la tomen en casa’…

 

SOFANOR     : (RIENDO) puchas, que la imitái bien.

 

CUCHEPO     : (CONTINUANDO SU PARODIA)’pueden hacer postres o bien tomársela’…

 

SOFANOR     : (REPENTINAMENTE ACORDÁNDOSE DE ALGO) ¡Oye!

 

CUCHEPO     : (INTRIGADO) ¿Qué?

 

SOFANOR     : ¿Y la leche? ¿Ónde dejamos la leche?

 

CUCHEPO     : (ALARMADO) ¿No la tenís tú?

 

SOFANOR     : No, yo creía que tú , pero….

 

CUCHEPO     : Puchacay, ahora si que la sacamos bien.

 

SOFANOR     : ¿Qué vamos a hacer?

 

CUCHEPO     : (LUEGO DE UNA PAUSA) Ahora que me acuerdo… Allí la dejamos antes de ir a las trampas…(VAN HACIA EL LUGAR) No están….. ¡puchacay!….

 

SOFANOR     : Alguien la encontró y se la llevó.  

 

CUCHEPO     : Pero, si es de nosotros…tenemos que encontrarla…(POR AMBOS COSTADOS APARECEN NIÑOS DESOLADOS).

 

NIÑO 1            : ¡Mi medio litro de leche!. ¡Me han robado mi medio litro de leche¡

 

CUCHEPO     : ¿También a ti?

 

NIÑO1             : Sí , y a todos los cauros de por aquí.

 

NIÑOS : (ALARMADOS) ¡Qué podemos hacer?.

 

CUCHEPO     : (DECIDIDO) ¡Hay que hacer algo!

 

SOFANOR     : Claro, tenemos que encontrar al culpable cueste lo que cueste.

 

CUCHEPO     : (PONIENDO ORDEN) ¡Oigan…! No podemos permitir que nos roben la leche. Antes no todos la recibíamos, éramos puros huesos. Ahora, estamos engordando un poquito. A nuestras mamás se les sonreía la máscara al vernos llegar con las bolsitas. ¿Qué le diremos ahora?

 

NIÑO 1            : (INTERRUMPIENDO) ¡Qué nos robaron , pus gil!

 

SOFANOR     : ¡Cállate, no seas pavo!. (LE DA UN COSCORRÓN. LUEGO A LOS DEMÁS) organicemos bien. (SE REUNEN A CONVERSAR. APARECE MARÍA)

 

CUCHEPO     : ¡miren, quien viene aquí! (ACERCÁNDOSE A LA NIÑA) A lo mejor t{u sabes algo…                                                   

 

MARIA : (MOLESTA E INTRIGADA) ¿De qué estás hablando?

 

CUCHEPO     : De la leche, pú…¿Sabes dónde está?

 

MARIA             : (APENADA) A mí, a mí, también me la han robado. (PAUSA) Yo la tenía para    el pobre Juancho. Ahora, no se la podré dar. ¡Tienen que ayudarme!

 

SOFANOR     : (BURLÓN) Claro, y a nosotros, ¿quién nos ayuda? Tóos la hemos perdido.

 

CUCHEPO     : Es cierto. Lo siento por el Juancho…dime no tienes idea de quién puede ser.

 

MARIA : (CON SINCERIDAD) No, yo creía que ustedes dos…

 

SOFANOR     : Oye Cuchepo, esta caura sí que se pasó.

 

MARIA : (EMPEZANDO A HACER PUCHEROS) es que ustedes…

 

CUCHEPO     : (MOLESTO) Ya, ya deja de llorar. Nadie te ha pegado ya encontraremos al culpable.( A LOS DEMÁS NIÑOS) ¿No es cierto cauros?

 

NIÑOS : ¡Síiiiii.

 

CUCHEPO     : Bueno vamos a investigar. No debemos consentir abusos. Lo que necesitamos es justicia.(SE EMPIEZAN A OÍR UNOS GRITOS Y CANTOS DE GUATA  E`SAPO, EL VENDEDOR  DE GUATITAS, DUEÑO DE UNA PROMINENTE BARRIGA. ES UN HOMBRE MUY SIMPÁTICO Y MUY AMIGO DE LOS      NIÑOS)

 

SOFANOR     :(MIRANDO HACIA LA IZQUIERDA POR DONDE APARECERÁ GUATA E`SAPO) Cauros, cauros… ahí viene el Guata `sapo.

 

GUATA`E SAPO: (APARECIENDO Y GRITANDO DU MERCANCÍA Y CANTANDO) 

                                                           Turilo, turilo,

mato a su mujer;

con un cuchillito,

portecito de él.

Saco  las guatitas,

las salió a vender;

¿quién compra guatitas

de mala mujer?

 

(GRITANDO) ¡Guatitas, guatitas¡ ¿Quién compra guatitas?¡Guatitas, guatitas! ¿Quién compra guatitas?¡Hola cauritos, ¿Cómo les va? (PAUSA) ¿por qué estáis tan tristes? ¿no quieren charlar conmigo?

 

CUCHEPO     : (ESQUIVO) No tenemos ganas.

 

GUATA`SAPO:(INTRIGADO) Y ¿por qué?, ¿Si se puede saber?

 

CUCHEPO     : No te importa.

 

GUATA E SAPO:(AMISTOSAMENTE) Claro, me importa… para eso está este amigazo, para ayudarles.

 

MARIA :(ROMPIENDO EL HIELO) ¿De veras?

 

GUATA E SAPO: (AFIRMANDO CON DICHO PROPIO Y CARACTERÍSTICO) ¡Hecho,

 cochecho!, pues mi niña, ¿de qué se trata?.

 

CUCHEPO:    (A TODOS LOS NIÑOS INCLUYENDO A MARÍA) No le digan nada (RECELANDO) A lo mejor ha sido él.

 

GUATA E SAPO: (ACUSANDO EL GOLPE Y MOLESTO) A ver, a ver… nunca vide que acabe bien lo que mal empieza; ni es posible que acabe mal lo que empieza bien… así que aclarando las cosas.

 

MARIA :(IMPRESIONADA POR LA ACTITUD DE GUATA E SAPO) Parece bueno…(SIN PODER CONTENERSE) Se trata de la leche….

 

CUCHEPO     : (CON RABIA) Cállate, caura.

 

GUATA E SAPO: (EXTRAÑADO) ¿La leche? (MEDITANDO RASCÁNDOSE LA CABEZA) O me estoy volviendo viejo o ya no tengo la misma entendedera de antes.

 

SOFANOR     : (YENDO HACIA MARÍA AMENAZANTE) Metiste cuchara otra vez, cuándo váis a estar callada.

 

MARIA : (ALEJÁNDOSE RÁPIDAMENTE HACIENDO QUE SOFANOR CAIGA) Bah, para eso tengo luenga…para hablar (le SACA LA LENGUA).

 

Guata e sapo:             (CALMANDO LOS ÁNIMOS) Güeno, güeno, no se peleen… ¿Qué es eso de la leche?

 

Maria               : (SIN TEMOR A LOS NIÑOS) Es que nos han robado la leche….

 

GÛATA E SAPO: (ASOMBRADO) ¡Cómo! (OFENDIDO) Y, ¿ustedes, creen que yo?

(RECOBRÁNDOSE) No cauritos,  con mis guatitas tengo bastante.(PENSANDO) tiene que haber sido otro perro el de la gracia, no yo. Así es que estén tranquilos.      Yo les ayudare a encontrarla… como yo ando por todas partes ofertando mis güatitas, de seguro que me toparé con algunas noticias para ustedes. (LOS NIÑOS ESTAN APENADOS) Arriba esos ánimos y a reír otra vez cauritos chicos.

 

Cuchepo         :Es que tenemos tanta rabia…perdone`on…

 

Guata e sapo  : (AMISTOSAMENTE) èjemos esos impulsos cuando encontremos al culpable….Ahora adivinen esto:

Una señorita

    Muy aseñorada

                     Que siempre anda en coche

              Y siempre está mojada.

                                                 Qué es lo que es, a ver….qué es lo que es…..

 

MARÍA : (SIN CONTENERSE) La leche…

 

GÜATA E SAPO:No mi niña, es algo que tenemos todos…

 

SOFANOR     :(INTERESÁNDOSE AL IGUAL QUE LOS OTROS NIÑOS, MENOS CUCHEPO QUE SE MANTIENE UN POCO ALEJADO COMO INDIFERENTE) claro, no puede ser la leche, por que no tenemos ná, pú.

 

GÜATA E SAPO:(REPITIENDO LA ADIVINANZA) pero, es facilito…

 

NIÑO1 : Una guagua…No ven que anda en coche y se hace pipí.

 

SOFANOR     :(DÁNDOLE UN COSCORRÓN) No seas pavo.

 

GÜATA E SAPO: Ya, ya, sin pelearse… Es la lengua, no ven, que el coche es la boca, pero siempre la lengua está mojada.

 

MARÍA : Otra, otra, otra,…(LOS NIÑOS LA IMITAN, MENOS CUCHEPO)

 

GÜATA E SAPO: Bien, ahí va, pero adivinen, a ver si son ‘capos’:

Una señorita

    Muy aseñorada

        Pasa sobre el agua

        Y no anda mojada.

 

NIÑO 1            : (SIN CONTENERSE) La lengua…pero de un niño múo, no ique no puede hablar                     y entonces no la mojan ná.

 

SOFANOR     : (NUEVAMENTE LE DA UN COSCORRÓN) Este está más falláo, ya córrrete chinche.

 

MARÍA : Es casi igual a la otra.

 

GÜATA E SAPO: Pero, cambia el final…a veces me acompaña cuando se hace tarde…

 

CUCHEPO     :(QUE SE HABÍA MANTENIDO APARTE) La luna… por que se refleja en el agua.

 

GÜATA E SAPO: (FELIZ) Güena, cauro, eres un capo…Güeno, se me está haciendo tarde, tengo que seguir vendiendo mis guatitas, o si no las caseras no tendrán cómo hacer el puchero. A la tardecita estaré de vuelta, ahí les contaré un cuento y le traeré noticias. La leche no hay nadie que la deseche, hecho cochecho.

 

SOFANOR     : (GRITANDO) ¡Porque la leche…!

 

TODOS          : (MENOS CUCHEPO) ¡….No hay nadie que la deseche! Hecho cochecho! (GÜATA E SAPO SALE FELIZ GRITANDO SUS GUATITAS)

 

MARÍA :  ¡Vuelva pronto, On güatita.

 

CUCHEPO     :Puchacay estamos en las mismas (DESCORAZONADO)

 

SOFANOR     : Lo mejor es ir donde están toas las señoras, en esa cuestión del centro de madres.

 

CUCHEPO     :Güena Sofanor. Si hagamos eso, ahora mismo.

 

TODOS          : Sí, vamos (SALEN CORRIENDO Y GRITANDO EL DICHO DE GÜATA E SAPO, POR LA IZQUIERDA. MARÍA ES LA ÚLTIMA EN SALIR).

 

 

 

CUADRO SEGUNDO:

LA SALIDA DE UNA REUNIÓN

 

SE ILUMINA LA PARTE POSTERIOR DEL ESCENARIO Y SE OBSERVAN CASAS DE UNA POBLACIÓN CALLAMPA. LA PUERTA DE UNA SE ABRE. EN SU FRONTIS HAY UN LETRERO QUE DICE ‘CENTRO DE MADRE’. SALE LUCINDA Y UN GRUPO DE MADRES Y COMO EN TODAS LAS REUNIONES AL FINALIZAR QUEDAN LOS   COMETARIOS.

 

LUCINDA        : (HABLANDO A UN GRUPO DE MADRES) Pero compañeras, lo que aquí necesitamos es un mayor compañerismo entre toas nosotras las de aquí. No es posible que vivamos encerradas en nuestras casas, sin preocuparnos de los        demás. debemos organizarnos y enfrentar toas unidas los problemas que nos enfrentan.

 

MADRE 1        :(DISCULPÁNDOSE) No es que no quiera… yo no pueo ná compañera, andar de reunión en reunión , porque tengo a mi chiquillo enfermo, tirado en la cama. Tá          más flaquito  que alfiler, menos mal que en la escuela me dan leche p´al pobrecito.

 

LUCINDA        :Con mayor razón, compañera. Si usted tiene un hijo enfermo, es como si uno de nosotras también lo tuviera. Eso es lo que tienen que comprender, nadie tiene que tragarse sus problemas, toas deben darlos a conocer, sin vergüenza, con toda confianza, toas las demás sabremos comprender y ayudar, que es lo más importante…

 

MADRE 2        :(INTERRUMPIENDO) Es refácil decirlo, pero redifícil hacerlo realidad, creo yo pú.

 

MADRE 3        : Yo creo que la compañera Lucinda tiene razón. Toas debemos cooperar, es la única manera de salir adelante…

 

LUCINDA        :  Eso  es, hay que hacerlo por nuestros hijos. ¿Quién tiene culpa de lo que sucede aquí, si no somos nosotras mismas? ¿Quién va ayudarnos, si nosotras no damos el primer paso? ¡Toas estamos metía en este hoyo de esta población y más encima la desunión y la ignorancia! ¿Cómo poder salir de él? Una sola no pue, pero si toas nos unimos, claro que podremos!

 

MADRE 3        :¡Virgen santa! ¡Qué tiene razón la compañera! Yo estoy con usted.

 

MADRE 1        :Yo también quisiera pero no pueo…

 

MADRE 2        :Yo me opongo, nadie tiene el derecho de meterse en mi vida. Yo mando en ella. No hay que ser curiosa, compañera.

 

LUCINDA        :(UN POCO ALTERADA) Pero, cómo no comprende Ud., oiga…(APARECEN LOS NIÑOS).

 

CUCHEPO     :Mamá, mamá…

 

LUCINDA        :(TODAVÍA MOLESTA)  Qué querís, chiquillo… no ves que estamos ocupadas.

 

SOFANOR     :Es que ha ocurrido algo terrible.

 

MADRE 1        :(ALARMADA) ¡El Juancho, pobrecito mío!

 

MARÍA :No mamá, si él está bien, es otra cosa.

 

LUCINDA        :           ¿Qué es? ¡Digan de una vez!

 

CUCHEPO     :¡La leche!

 

LUCINDA        :¿La leche?.

 

SOFANOR     :Sí claro pú…¡Nos han robado la leche!

 

LUCINDA        :¿Qué están diciendo? ¿La leche que les dan en la escuela? ¿La han robado? Pero,                 ¿A todos?.

 

MADRE 3        :¡Ave María purisima! ¡Qué cosa más terrible!.

 

MADRE 1        : (PREOCUPADA) ¡Y qué le voy a dar ahora a mi Juancho.

 

MADRE 2        :(SONRIENDO) No ven que tengo razón. En lugar de pensar en meterse en las cosas de los demás, más vale meterse en las propias. Cuidar que estos cauros no anden con la jaba abierta,

 

NIÑO 1            :(CON TEMOR) A mí…también me la robaron , mamá.

 

MADRE 3        :¡Virgen del Perpetuo Socorro! ¡Socórrenos!

 

LUCINDA        :De nada sirven los lamentos, ni los rezos, alguien quiere aprovecharse de los chiquillos.

 

MADRE 3        :Alguien sin corazón. ¡Vírgenes de los desamparados!

 

MADRE 1        :(QUEJUMBROSA) ¡Pobre Juancho mío.

 

MADRE 2        :(APARTE AL NIÑO1) te voy a dar una paliza, cauro de porquería. Miren que andar boqueando también.

 

LUCINDA        :(LUEGO DE PENSAR) La única manera de hacer frente a esta desgracia, es organizarnos y empezar a buscar al malvado.

 

MADRE 3        :Pero, cómo ¡ ¡Ay! ¡Vírgenes mías!

 

CUCHEPO     :Oiga mamá. Nosotros ya nos hemos organizado y sólo venimos a avisarles lo que ha sucedido(APARECE GÜATA ‘E SAPO)

 

GÜATA E SAPO:(LUEGO DE SUS GRITOS CARACTERÍSTICOS) ¡Bah, la cara de velorio que tienen tóos, no creen que están exagerando?.

 

LUCINDA        :No eñor. ¿Qué no sabe lo que sucedió?

 

GÜATA E SAPO:(ASINTIENDO) sí, pero no hay qué preocuparse.

 

CUCHEPO     :(MOLESTO) ¡Cómo que no!

 

SOFANOR     :¿Y quién nos devolverá la leche?

 

MADRE 2        : (CAMBIANDO REPENTINAMENTE DE ACTITUD DE LA QUE VENÍA OBSERVANDO) ¡Cómo eñor! Así, que nos vamos a quedar tóas cruzá de brazos, sin hacer ná… no pú eñor.

 

LUCINDA        :(ASOMBRADA POR EL CAMBIO) Así se habla compañera. Hay que hacer algo y luego…( MIENTRAS TANTO LOS NIÑOS HAN IDO SALIENDO. MARÍA VA TRAS DE ELLOS)

 

GÜATA E SAPO:(MOVIENDO LA CABEZA AFIRMATIVAMENTE) ¡Hecho, Cochecho!    Hay que hacer algo, pero hay que pensar primero y luego hacer lo que nos mande nuestra entendedera.

 

LUCINDA        :Tiene razón, On Güata…hay que planear la manera de actuar…

 

MADRE 2        :(CON LA ACTITUD QUE TENIA PRIMITIVAMENTE) ¡Ya va a empezar con la cuestión de organizarse…

 

LUCINDA        :Pero si así sabremos donde anda cada una y no andar a tontas y a locas buscando tóas por el mismo lao.

 

GÜATA E SAPO:¡Hecho Cochecho! ¡Así se habla!

 

LUCINDA        :(LA MUJERES HABLAN ENTRE SÍ) ¡Callensen…! Oigan: unas por allí…otrás por acá. Toas listas pá iniciar la buscada (SALEN, GÜATA E SAPO QUEDA SOLO).

 

GUÜATA E SAPO:     ¡Vayansen!. Yo me quearé un ratito aquí pá descansar. He caminado tanto esta mañana y todavía me quea toa la santa tarde. ¡Uf, uf!. Güen dar con los pobres cauritos… me dan pena, palabra. (PUEDE HABLAR CON EL PÚBLICO) Si al menos supiéramos quién ha sido el miserable…aquí mismo los agarro a guatazo limpio. Tiene que haber sido un gallo grande… un niño no puede            haber sido, imposible…(APARECE PAT’E HUILQUE, HUSMEANDO POR EL LUGAR, CON TODA SEGURIDAD BUSCANDO MÁS LECHE. GUATA LO VE, LE      LLAMA LA ATENCIÓN ESTA ACTITUD, PERO NO LE DAIMPORTANCIA) ¡Hola, amigazo Pat’e Huilque! ¿Qué anda buscando?, si se puede saber…

 

PAT ‘E HUILQUE: (PILLADO Y RECOBRÁNDOSE) ¡Hola, On Güata, ¿qué está haciendo por aquí?

 

GÛATA E SAPO:descansando, descansando, mire que hay mucho ajetreo por aquí y muy luego tengo que seguir mi caminata.

 

PAT E HUILQUE: (simulando) y ¿qué es lo que ha pasado, on guata?.

 

GÜATA E SAPO: ¿Qué no sabe que a los cauritos se les ha perdido la leche, esta mañana?

 

PAT ‘E HUILQUE:¡Sí! ¿A todos?

 

GÜATA E SAPO: Así parece.

 

PAT ‘E HUILQUE:(CONTENTO) ¡Qué bueno….!

 

GÜATA E SAPO:¿Qué dijo, On pat ‘e Huilque?     

 

PAT ‘E HUILQUE:(SACÁNDOSELA) ¡Qué bueno… sería que la encontrarán! Y ¿Saben quién fue?

 

GÜATA E SAPO: Todavía no, pero me creo que el infeliz no debe andar muy lejos. ¿Qué dice usted?

 

PAT ‘E HUILQUE: Sí, eso creo. No debe estar muy lejos… a lo mejor cerquita….

 

GÜATA E SAPO:¿Cree usted. On pat ‘e? ¿Sabe algo?

 

PAT E HUILQUE:(TURBADO) No, yo decía no más.

 

GÜATA E SAPO: Oiga, todo el mujerío y toa la cabrería andan recorriendo hasta el último lugar de por aquí, así que si usted, ve algo avise.

 

PAT E HUILQUE: Claro, le avisaré al tiro a mi compadre…

 

GÜATA E SAPO:¿A su compadre?

 

PAT E HUILQUE: Claro, a mi compadre Moco ‘e Pulle, el que vende helado.

 

GÜATA E SAPO: (INTRIGADO) ¿Y para qué? Si hay que avisarle a las mujeres o a los cauros.

 

PAT ‘E HUILQUE:(PILLADO) No es que…así yo voy con él…(APARECE MOCO ‘E PULLE

¡Mire ahí viene! (LLAMANDO)  ¡Ey! Compadre, acarreese pá cá. (MOCO SE ACERCA) No se

ná lo que pasó, compadre…(FINGUIENDO) A los cauros les robaron la leche y todavía no

encuentran al ladrón …y no lo encontrarán…(MOCO ‘E PULLE LO HACE CALLAR CON UN

PUNTAPIE)  ¡Ay, ay! Y ¿por qué me pega, compadre?

 

MOCO ‘E PULLE:  (JUSTIFICÁNDOSE PARA NO CAER EN SOSPECHA) si es por jugar,

compadre… no ve que hace tanto tiempo que no lo veo.

 

PAT E HUILQUE: (SIN COMPRENDER EL COMPORTAMIENTO DE SUCOMPAÑERO)

pero, si en la mañana, no más…(OTRA PATADA DISIMULADA. GÜATA E SAPO OBSERVA EN SILENCIO)

 

MOCO ‘E PULLE:(ALEJÁNDOLO UN POCO HABLANDO EN UN APARTE) ¡Cállese,

 compadre!( EN VOZ ALTA) y tómese este heladito.

 

GÜATA E SAPO: (APARTE) Estos si que son choros, la manerita de saludarse a patadas.

 

PAT ‘E HUILQUE: (GOLOSO) ¡De leche…!

 

MOCO ‘E PULLE: De esos no todavía…

 

GÜATA E SAPO: (SIEMPRE APARTE) Esto me suena sospechoso, estaré atento.

 

PAT ‘E HUILQUE:(A MOCO ‘E PULLE) Oye, andan tóos buscando la leche, más mejor que

 nos apuremos.

 

MOCO ‘E PULLE:(MALHUMORADO) Eso es cuenta tuya. Llévame allá y listo.

 

GÜATA E SAPO: (ACERCÁNDOSE E INTERRUMPIENDO LA CONVERSACIÓN

Oigan, ¿se puede saber lo que están hablando?

 

PAT ‘E HUILQUE: No, es que nos estamos poniendo de acuerdo para ir a buscar la leche

escondida…(NUEVA PATADA DISIMULADA DE MOCO ‘E PULLE)…este, a                  los ladrones que déen estar escondidos.

 

MOCO ‘E PULLE:      (AYUDANDO A ACLARAR LA METIDA DE PATA DE PAT ‘E

HUILQUE)  Eso, eso es… iremos al tirante a buscar a los ladrones…mientras más pronto mejor.

 

PAT ‘E HUILQUE: (RECOBRÁNDOSE) Vamos al tiro, antes de que sea tarde,   Moquito…

 

MOCO ‘E PULLE:Vamos, vamos Patita…( A PAT ‘E, FURIOSO) No digái así, badulaque.(PARA DISIMULAR SALEN ABRAZADOS MIRANDO PARA ATRÁS CADA CIERTO TIEMPO Y CORRIENDO CUANDO CREEN QUE NO SON VISTO) .

 

GÜATA E SAPO: (MIRANDO ALEJARSE A LOS BRIBONES) ¡Qué gallos más raros,

palabra.(PENSANDO) Creo que algo esconden. Bueno, menos mal que fueron a buscar a los ladrones… ¿ladrones?…¿cómo saben ellos que son ladrones?…Aquí hay gatos encerrados, mejor dicho leche envasada. Voy a averiguar (SE          PREPARA A IRSE, PERO EMPIEZAN A ENTRAR LOS NIÑOS DESCORAZONADOS. MARÍA SIEMPRE ATRÁS. GÜATA LOS OBSERVA Y LES HABLA)  ¿Por qué tan tristes, cauritos? Arriba ese ánimo. Yo estoy seguro

que encontraremos la leche sanita y a salvo. Vengan, vengan, acerquense más, yo les contaré un cuento y después saldremos a buscar a los culpables, porque pá mi son dos…¿quieren? 

 

CUCHEPO     :(SIN MUCHAS GANAS) Ya, On Güata, cuéntese un cuento.

 

GUATA E SAPO: Uno de leones…¿les gusta?

 

SOFANOR     :(ENTUSIASMADO REPENTINAMENTE) Ya, esos son buenos.

 

GÜATA E SAPO: (LOS NIÑOS SE ACOMODAN, ALGUNOS DESPREOCUPADOS,

SOFANOR MUY ATENTO, EN ACTITUD DE ESPERA. CUCHEPO, SIN GANAS. MARÍA , ATENTA PERO DE CUANDO EN CUANDO MIRANDO HACIA CUCHEPO)  Güeno, esto es tan verídico como yo los veo a ustedes y ustedes me ven a mí… resulta que una vez cuando andaba vendiendo mis guatitas por los campos, en un recodo del camino me salió un león (LOS NIÑOS DESPREOCUPADOS SE ACOMODAN MEJOR PARA OIR MÁS.SOFANOR MÁS ATENTO, LLEGARÁ HASTA EL EMBELESO EN EL TRANSCURSO DE LA NARRACIÓN DEL CUENTO. CUCHEPO LE DA LA ESPALDA A MARÍA Y TAMBIÉN SE ACOMODA. MARÍA LE SACA LA LENGUA A CUCHEPO Y TRATA DE PONER ATENCIÓN) … yo me quée tieso de puro miedo y saben lo que íce?.

 

MARÍA :(APRESURADAMENTE) El león se lo comió.(SOFANOR LA MIRA         

INDIGNADO)

 

NIÑO 1            :(HACIÉNDOSE EL CHISTOSO) Ahí mismo despertó.

 

GÜATA E SAPO: no, cauritos…despacitos por las piedras… de repente, yo recobré los

movimientos y apreté cahetes (RISAS). Cuándo creía que estaba a salvo, miré pá atrás y vide que el leoncito me seguía también corriendo…

 

NIÑO2 :(SIN PENSAR) Y lo alcanzó.(SOFANOR LE DA UN COSCORRÓN HACIENDOLO CALLAR)

 

GÜATA E SAPO:(SONRIENDO) No, cauritos…yo más me apuraba y el leoncito también. Cuando de repente, sin darme cuenta me encontré en un callejón sin salía, que estaba rodeado de cerros altísimos y de uno de ellos caía una cascada de agua que metía mucho boche…

 

NIÑO 1            : (SIN PODER CONTENERSE) Ahí sí que despertó con el boche.

 

SOFANOR     :¡CÁLLETE, GIL! (ENOJADO POR LA NUEVA INTERRUPCIÓN)

 

GÜATA E SAPO:No, caurito…: yo que quería salir del callejón y el leoncito que se me plantaba ailante sin dejarme pasar. Así estuve un güen rato, yo que sí, y el leoncito que no; hasta que de pronto se me ocurrió la idea salvadora, la idea genial…¿saben cuál es?.

 

SOFANOR     :¡NO!

 

MARIA :¡El león se lo comió!

 

NIÑO1 :Ahí mismo despertó.

 

SOFANOR     :Van a seguir…son más falláo.

 

GÜATA E SAPO:No cauritos, yo les dije que caía una cascada de agua, ¿no es cierto?

 

TODOS          :(HASTA CUCHEPO)  Sííííííííííí….

 

GÜATA E SAPO:Pues bien, no hice más que tomar impulso y subirme corriendo por el agua que caía de la cascada.

 

TODOS          :(INCRÉDULOS) ¡Ahhhhhhh!

 

GÜATA E SAPO:(CONTINUANDO COMO SI NADA)… y llegué arriba del cerro, cansado, pero feliz de haberme salvado… cuando de repente…despacito…doy güelta la  

cabeza y miró pá bajo…¿saben lo que veo?.

 

MARÍA :No sé….

 

NIÑO 1            :(PORFIANDO) Ahí despertó…

 

SOFANOR     :(HACIÉNDOLOS CALLAR) ¡cállensen , pú!

 

GÜATA E SAPO:(SONRIENDO MOVIENDO LA CABEZA) no cauritos,,,: veo al mismo leoncito que también venía subiendo por el agua pá arriba…     

 

TODOS          :(INCRÉDULOS) ¡Ahhhhhhh!

 

GÜATA E SAPO:…entonces, yo, este pechito…¿saben lo que hizo?

 

SOFANOR     :(ANHELANTE) Noooooo.

 

GÜATA E SAPO:…muy sencillo…. Abrí bien los brazos, a tóo lo ancho, así… y entonces abracé el corro de agua que caía… y al hacer eso, el agua se cortó… entonces como no fue al suelo y ahí mismito murió el pobre leoncito con el tremendo guatazo que se dio… y así me salvé con vida…(BREVISIMO SILENCIO ROTO POR SOFANOR LEVANTÁNDOSE)

 

SOFANOR     :(DANDO UN COSCARRÓN AL ÑIÑO1) ¡ahí mismo despertó!…puchas que es mentiroso, ahora cuéntelo en colores, On Güata, pa creerle (RIE)

 

MARIA : Cuéntese otro, On Güata.

 

GÜATA E SAPO: (SONRIENDO) No, dejemos para otra vez, mejor que quée gustando y no repugnando.

 

CUCHEPO     : (MOLESTO CON MARÍA) Ya está bueno…miren la perla, ándate para tu casa mejor, igual que las otras chiquillas, ahombra!                

 

SOFANOR     : (AYUDANDO A CUCHEPO) Tiene que andar metía entre hombres…¡

 

MARIA :¡Bah!, que te importa a ti, nariz de nalca de lebu….

 

CUCHEPO     :Ya córrete, caura entrometía. Anda a cuidar al Juancho más mejor.       

 

SOFANOR     : (RECORDANDO) ¡Por ella perdimos la leche!

 

MARIA : No, no mentira (LLORA)

 

GÜATA E SAPO: (INTERVINIENDO) No ven, eso es lo que querían…(A LA NIÑA) ya mijita, váyase mejor…(A LOS NIÑOS) Debiera darles vergüenza pelear con una niñita… eso no es de hombres (LA NIÑA SALE LENTAMENTE LLORANDO, BREVE PAUSA INTERRUMPIDA  POR SOFANOR)

 

SOFANOR     : (INSISTIENDO) Pero, es que es tan…

 

CUCHEPO     : (EMPEZANDO A ENOJARSE) Basta, Sofanor…tiene razón On Güata…

 

SOFANOR     : Es que….

 

CUCHEPO     : (ENOJADO) basta, miéchica (LO REMECE)

 

SOFANOR     :(ASOMBRADO POR LA ACTITUD DE CUCHEPO. MOLESTO) ahora sí que la sacamos bien…(SACANDO PICA) Al cuchepo le gusta la María…(A LOS NIÑOS) al Cuchepo le gusta la Maríala             Maríala Ma-ría, gua-ta  frí-a; cucharón pá la comía (LOS NIÑOS RIEN) .

 

CUCHEPO     : (CON RABIA Y AMENAZANDO) ¡Cuidado, Sofanor!…

 

SOFANOR     : (ENVALENTONADO) ¡Cuidado qué!

 

CUCHEPO     : (AVANZANDO Y EMPUJANDO CON EL HOMBRO A SOFANOR QUE HACE OTRO TANTO)  No te tirís ná a choro, conmigo…sabís que más...

 

SOFANOR     : Soy choro y qué… me vái hacer mucho ( NUEVOS FORCEJEOS COMICOS)

 

GÜATA E SAPO: (QUE HA ESTADO OBSERVANDO MUY DIVERTIDO) Pero              

cauritos…miren que pelearse…deénsen la mano y tan amigos como antes (LOS NIÑOS SIGUEN UN MOMENTO FORCEJEANDO, PERO LUEGO CEDEN) lo que deben hacer es ir detrás de los ladrones, hasta que los pillen, no vaya a ser cosa que se queden sin leche…(APARECE MARÍA CORRIENDO DESOLADA Y GRITANDO).

 

MARIA : On Güata, on Güata…

 

GUATA E SAPO: (ALARMADO) Qué pasa, mi niña…diga.

 

MARÍA : (JADEANTE SIN PODER HABLAR)¡El Juancho!

 

CUCHEPO     : (INTERESADO) ¿Qué le paso al Juancho? ¡Dí!

 

MARÍA : (RECOBRÁNDOSE) ¡Ha desaparecido! No está en su cama.               

 

SOFANOR     : (FATALISTA) Esto no más faltaba.

 

CUCHEPO     : (PENSANDO)  Pero, tiene que andar cerca.

 

MARÍA : (IMPLORANDO)  ¡Qué vamos a hacer!

 

CUCHEPO     : (PRESUROSO) Buscarlo, hasta encontrarlo.

 

SOFANOR     : (PRESTO) Ya cauros….(como DANDO UNA ORDEN MILITAR) ¡Por la leche

 y el Juancho… a la carrera Marrrrrr! (SALEN TODOS LOS NIÑOS CORRIENDO. MARÍA SE QUEDA UN POCO TITUBEANDO PERO TAMBIÉN ABANDONA LA ESCENA. GÜATA E SAPO QUEDA SOLO)

 

GÜATA E SAPO: (MIRANDO COMO SE ALEJAN) ¡Estos cauritos son de oro. (TOMANDO

 EL CANASTO CON GUATITAS) Ahora verán esos desgraciados…(SALE)

 

CUADRO TERCERO:

EN UN BOSQUECILLO CERCANO

 

AL ILUMINARSE LA ESCENA APARECE PAT’E HUILQUE ARRASTRANDO UNA GRAN BOLSA QUE CONTIENE LA LECHE ROBADA DEBE SER APARATOSA. VIENE MIRANDO A UN LADO Y OTRO COMO SI LO PERSIGUIERAN. ES TARDE. PARECIERA QUE ESPERA A ALGUIEN. EL BOSQUECILLO DEBE ESTAR CERCANO A LA POBLACIÓN CALLAMPA.

 

PAT ‘E HUILQUE: (SIN SOLTAR LA BOLSA CON LA LECHE DEBE CAUSAR RISA) ¡A qué hora vendrá Moco ‘e Pulle( MIRA INQUIETO). Tengo harta lechecita para sus helados. Estará feliz cuando llegue… tenía razón, ¡hay que trabajar! Y es tan sencillo. Putacay, deben ser más de las cinco…alguien viene…putacay, qué           hago…me van a pillar, mamita mía… ah¡ ya sé, me esconderé (AL PUBLICO) Ustedes no digan nada, no ven que si me descubren pierdo mi lechecita (TROPIEZA APARATOSAMENTE EN LA BOLSA Y CAE. SE LEVANTA Y        SE ESCONDE)

 

MOCO ‘E PULLE: ¡Uf!, ¡uf!… este es el lugar que me dijo Pat’e    Huilque (EXPLORANDO EL

LUGAR) dónde se habrá metío  este baulaque.(AL PÚBLICO) Ustedes, no lo han visto, es uno con una pata mala y bien tonto. (PUEDE SEGUIR JUGANDO CON EL PÚBLICO)  ¡Pat’e Huilque! (APARECE EL PAT’ E)  ¡Bah!, estái aquí, menos mal. Rápido, rápido, mira que toa la cabrería anda saltona por la leche…

 

PAT’E HUILQUE: ¡Cauros tontos! Miren que andar leseando, cuando de toas manera se la van a tomar y bien heladita.

 

MOCO ‘EPULLE: Bueno, ¿dónde esta el botín? ¡Date prisa!

 

PAT’E HUILQUE: (HACIÉNDOSE EL MISTERIOSO) Con calmita, compadre, esta lechecita no es una cualquiera… es importá. Viene del ‘extranjero’.

 

MOCO ‘E PULLE: Venga de onde venga, a mí me sirve igual, así es que apúrate, no más.       

 

 

PAT’ E HUILQUE: (SIN ESCUCHARLO)  Vai a tener lechecita tóa la temporá de verano. A mí tenís que convidarme heladitos gratis … putacay que resulto fácil la cuestión…llegar y llevar y correr, patitas pá que te quiero.

 

MOCO ‘E PULLE: (MOLESTO) Sí, sí, pero aónde la tenís, no vís que estoy muy apurado (MIRA SI VIENE ALGUIEN)           

 

PAT’ E HUILQUE: (CALMÁNDOLO) Despacito por las piedras, compadrito…yo no la tengo                  ná.

 

MOCO ‘E PULLE: (ENFRENTÁNDOLO) ¡¡Cómo!!

 

PAT ‘E HUILQUE: (CONFIRMANDO PERO CON MALICIA) Así no más es.

 

MOCO ‘E PULLE: (ALTERADO)  Sinvergüenza me has engañado…(LO CASTIGA) Toma,toma, toma.(EL PATA CAE Y SE QUEJA APARATOSAMENTE) querer engañar a un honrado heladero como yo, amigo de toos los niñitos. No eso no puede ser (LLORA A MOCO TENDIDO) Ahora qué les voy a echar a mis heladitos.   

 

PAT È HUILQUE:(LEVÁNTANDOSE CON DIFICULTAD) eran bromas no

más…(CALMÁNDOLO)  ya puh no ve que va a moquillar a toa la gente de aquí.(SOBÁNDOSE TODAVÍA ) Putacay, que pega fuerte, compadre.(SE QUEJA. MOCO NO CALLA, ENTONCES PATA TAMBIÉN VA SINTIENDO PENA Y SE PONE A LLORAR PARA ACOMPAÑARLO. ESTO MUY JOCOSO PARA ALEGRAR A LOS NIÑOS Y NO CAUSARLES TEMOR. PAT`E LE DICE DONDE ESTA LECHE) Allí está detrás de esos árboles, si era broma, no más compadre.

 

 MOCO È PULLE: (BRUSCAMENTE Y ENOJADO)  Has de saber que a mí no me gustan las bromas.(LE DA OTRA PATADA POR EL TRASERO Y PAT’E CAE NUEVAMENTE)  ¿Ya, levántate… y ven a ayudarme!

 

PAT’E HUILQUE: (AL LEVANTARSE DESCUBRE A CUCHEPO QUE SE ACERCA. ALARMADO, CON PÁNICO) Oye, ahí viene un cauro…

 

MOCO ‘E PULLE:(APURADÍSIMO) Si nos pilla, estamos jodío…escondámonos (SE ATROPELLAN ANTES DE ESCONDERSE)

 

CUCHEPO     :(OBSERVANDO EL LUGAR) Me pareció oír voces…(VUELVE A MIRAR

TODOS LADOS) No veo a nadie (PREGUNTA AL PUBLICO. POR UN COSTADO APARECE

MARÍA HACIÉNDOSE LA DESENTENDIDA).

 

MARIA : ¡Hola, Cuchepo. ¿Todavía estás enojado conmigo?

 

CUHEPO        :(SE DA VUELTA HACIA MARÍA DESCUBRIÉNDOLA) ¡Puchas, me salís hasta en la sopa! No me hablís ná más mejor. No quiero hablar contigo…¡Metete!

 

MARIA :(TITUBEANDO) Es que yo….(TRAE ENTRE LAS MANOS UNA PLANTITA)

 

CUCHEPO     :¡Cállate! Estoy enojado…

 

MARIA :(PARADA EN LAS HILACHAS) ¡Buena, oh! Avísame pá poder hablar, chiquillo creído ( SE DA VUELTA PARA IRSE. CUCHEPO LA DETIENE)

 

CUCHEPO     : Yo te voy a enseñar. (DESCUBRE LA PLANTITA) ¿Qué tenís ahí?

 

MARIA:            (HACIÉNDOSE LA DESENTENDIDA) Nada.

 

CUCHEPO     : (INTRIGADO) ¡Pásalo! ¡Pásalo, te digo!

 

MARIA             : (ESCONDIENDO LO QUE TRAE EN SUS MANOS) no, es que…

 

CUCHEPO     : ¡Pásalo, miéchica! (DESCUBRE A PLANTITA) ¡Esto! ¿Qué es? Una plantita.

 

MARÍA : (TURBADA) Sí, te la traía a ti…

 

CUCHEPO     : (ASOMBRADO) ¿Pá mí…?

 

MARÍA : (RADIANTE) ¡Claro, pá ti? A cambio del zorzalito.

 

CUCHEPO     : (SIN SABER QUÉ HACER) Es que yo….

 

MARIA : (BROMEANDO) Si no quieres, me lo llevo.

 

CUCHEPO     : (TITUBEANDO) ¡No! ¡Este sí! ¡Yo no lo quiero!

 

MARIA : (ASOMBRADA) Pero…

 

CUCHEPO     : (Volviendo A Su Tosudez) Creís que soy tonto pá tener una planta.

 

MATIA  : (TRATANDO DE CONVENCER) Cuando grande será un pinito… un árbol.

 

CUCHEPO     :(MOLESTO) Si no soy ná perro pá tener un árbol. (Decidido)¡Llévatelo!

 

MARIA             :(SIN DARSE POR VENCIDA) No seas tonto… yo sólo quería que no estuvieras

más enojao conmigo, palabra.

 

CUCHEPO     : Y entonces, ¿pá que te llevaste al zorzalito?

 

MARIA             :Es que el juancho, el pobrecito estaba tan solito…si tú lo hubieras visto… estaba

tan contento…pobrecito…¿sabes cómo le había puesto?

 

CUCHEPO     :(INTERESADO PERO HACIÉNDOSE EL DESENTENDIDO) ¡NO!.

 

MARIA : ¡CUCHEPÍN!

 

CUCHEPO     :(ENOJADO) ¡Vai a seguir¡ ¿Me creís tonto?

 

MARIA :(SONRIENDO) ¡sí…! Bueno, no tanto.

 

CUCHEPO     :(CONTAGIÁNDOSE CON LA RISA PERO DISIMULANDO) Ya, ya, déjame tanquilo.(PAUSA) Oye, ¿y el Juancho no aparece?

 

MARIA :(APENADA) No, Cuchepo…

 

CUCHEPO     : Puchacay, ¿adónde andará?

 

MARIA : Salió con Cuchepín… menos mal que andan los dos.

 

CUCHEPO     : ¡Cuchepín…!¡Bonito nombre!

 

MARÍA             :(CON MALICIA) Te gusta…(SIN QUERER TERMINAR EL DIÁLOGO) y ¿no

sabes nada todavía de lo otro?

 

CUCHEPO     :¿De qué?

 

MARIA : De la leche, de que otra cosa va a ser.

 

CUCHEPO     : Ná…Hemos recorrido tóos los lugares y ni asomo de un rastro siquiera. Menos

mal que toas las señoras del Centro de Madres andan averiguando…¡hasta tu mamá!…dicen

que no es posible que haya gente tan mala por aquí.

 

MARÍA :(CONVENCIDA) Es que a la leche no hay nadie que la deseche, como dice On Güata…

 

CUCHEPO     :(EXTRAÑADO POR EL DICHO DE MARÍA) ¿Y , eso qué?

 

MARIA                         : Pues el que quiere tomársela, se la toma y el que no la transforma en ricos

postres…al menos eso me dijeron en la escuela.

 

CUCHEPO     :(POSEÍDO DE UNA IDEA) ¡Oye, tú tienes razón! (PENSANDO) ¡Puchacay,

cómo no se me  había ocurrido antes…qué tonto he sido!

 

MARIA :(EXTRAÑADA POR EL CAMBIO BRUSCO DE CUCHEPO) ¡Qué te pasa! ¿Te            has vuelto loco?

 

CUCHEPO     :(FELIZ) ¡No, no! (RECORDANDO LO DICHO POR MARÍA) El que no la toma,

puede hacer postres u otras cosas, ¿no es cierto?

 

MARIA : (AFIRMANDO) ¡Sí!  ¿Pero, qué…?

 

CUCHEPO     : ¿Qué te gustaría a ti que te hicieran con tu leche, si no te gustan los postres?

 

MARIA : (PENSANDO) ¡No se me ocurre!

 

CUCHEPO     :(CONVENCIDO) ¡A mí, sí! Tenía razón On Güata, son dos los ladrones…vamos

a buscar a los demás y a conversar con las señoras. ¡Vamos!, ¡vamos!…(SALEN)

 

MOCO ‘E PULLE: (AL SALIR LOS NIÑOS. REAPARECEN LOS MALANDRINES SIGILOSAMENTE) Me tinca que estos cauros las están parando…

 

PAT ‘E HUILQUE: ¡Qué las van a parar, cuando son más pavos!

 

MOCO ‘E PULLE:(CAMBIANDO DE ACTITUD) Gúueno… tenemos que llevarnos esto paquetes

antes que los descubran. ¡Ven, ayúdame!

 

PAT ‘E HUILQUE:(AYUDANDO A SACAR LA GRAN BOLSA CON LECHE) Oye, y si la

llevamos a la casa. Creo que allí estará más segura, la esconderemos y luego buscamos más.

¿Qué te parece?

 

MOCO ‘E PULLE: No es mala idea….manos a la obra.

 

PAT ‘E HUILQUE:      (ANTES DE IRSE. CUANDO YA ESTÁN LISTOS) ¡Güeno! ¿Y cuándo me vai a entregar las lucrecias?.

 

MOCO ‘E PULLE: (CALMÁNDOLO) De eso no te preocupís, ya te ‘ije que a 3 cada bolsa , así que anda sacando cuentas, cuanto te toca.

 

PAT ‘E HUILQUE: (SOLTANDO LA PUNTA DE LA GRAN BOLSA QUE GOLPEA EL PIE DEL

MOCO) ¡Cómo que a 3! ¿No habíamos quedáo a 5?


MOCO ‘E PULLE: (SOBÁNDOSE Y ENOJADO)  No ganchito, a 3 y ¡San se acabo! ¡Si no te

gusta te vái!


 
PAT ‘E HUILQUE: (ENVALENTONADO) ¡Claro, que me voy! ¡Pero con la lechecita! (TRATA DE

TOMAR SOLO LA GRAN BOLSA) Después de tanto trabajo. Sucederme esto. ¡Sinvergüenza!

 MOCO ‘E PULLE: (CON AIRE DE SUFICIENCIA) ¡Escoba! Estáte tranquilo mejor; no has pensado que el único que puede comprarte eso, soy yo. Este pechito. No te hagas de rogar,

oíste.

 

PAT ‘E HUILQUE: Pero, es que…

 

MOCO ‘E PULLE:(ENÉRGICO) ¡No hay pero que valga! ¡Ya nuevamente de amigo! Y adelante

con los faroles.(EL PAT’E NO HA QUEDADO MUY CONTENTO. MIENTRAS TANTO HA

ENTRADO GÜATA ‘E SAPO. NO SE HAN DADO CUENTA QUE HA ESCUCHADO TODO)

 

GUATA ‘E SAPO:(AMIGABLEMENTE) ¡Hola, amigos! (PAUSA) ¿No han visto nada raro por aquí?

 

MOCO ‘E PULLE:(ASUSTADO EN UN PRINCIPIO LUEGO TRATA DE OCULTAR LA GRAN

BOLSA DE MIL MANERAS SIN CONSEGUIRLO EN SU TOTALIDAD) ¿Raro? ¡Nada! ¿Y tú Pat’e?

 

Pat ‘e huilque : (DISIMULANDO SILBANDO) ¡Ná!

 

GUATA ‘E SAPO: (TRATANDO DE QUE SE DESCUBRAN) ¿No saben, lo que les pasó ahora a los cauritos chicos?

 

MOCO ‘E PULLE: ¡No! ¿Qué les ha pasado, ahora, a los pobres niñitos?

 

PAT ‘E HUILQUE: (METIENDO CUCHARA) ¿Sí, qué les ha pasado? ¿Se les ha perdido algo

en bolsitas plásticas? (MOCO LE DA UNA FEROZ PATADA) ¡Ay, ay, ay!

 

GÜATA ‘E SAPO:(A PAT ‘E HUILQUE)  ¿Qué le pasa, On Pat ‘e?

 

PAT ‘E HUILQUE : (MIRANDO A MOCO QUE LE HACE SEÑAS SE QUE SE CALLE) ¡Ná, ná! ¡Sólo que me he torcido la patita!

 

GUATA ‘E SAPO: (MEDIO BURLÓN) Tenga cuidado, amigo, mire que a lo mejor no va a poder andar…. ni correr.

 

MOCO ‘E PULLE:(SOSPECHANDO LA INTENCIÓN DE GÜATA)  ¿Y por qué, si se puede saber?

 

GUATA ‘E SAPO: (SONRIENDO) ¡Por ná! ¡Yo decía no más!

 

MOCO ‘E PULLE: (RECELANDO) ¡Oiga, usted se trae algo escondido! ¡Desembuche!

 

GUATA ‘E SAPO: (SIEMPRE SONRIENDO BURLÓN) ¿Claro, que traigo algo! ¡Mire! Mis

güatitas. ¿Quiere una?

 

PAT ‘E HUILQUE: (METIENDO CUCHARA) No, ¡tenemos algo mejor!  LECH… (OTRA

PATADA DEL MOCO) ¡Ay, ay, ay!

 

GUATA ‘E SAPO: (MÁS BURLÓN) ¿Otra vez , su patita? ¡Tenga cuidado, le dije! 

 

MOCO ‘E PULLE:(ENOJADO) El que tiene que tener cuidado es usted, amigazo… ¡No me

gusta la gente curiosa!

 

GUATA ‘E SAPO:(CONSERVANDO LA CALMA DESARMA A LOS MALULOS) No se

ponga nervioso, On. Le recomiendo un buen trago de LECHE, para controlar sus nervios.

 

PAT ‘E HUILQUE:(ASUSTADO AFERRÁNDOSE AL MOCO ‘E) ¡Oye este gallo nos jodió!

 

MOCO ‘E PULLE:(APARTANDO BRUSCAMENTE AL PAT’E) ¡Cállate, baulaque!

(AMENAZANTE) ¡Y usted ‘iñor no se meta en lo que no le importa! ¿Entendió?

 

GUATA ‘E SAPO:(CALMADAMENTE) ¡Claro, que entendí! ¡Lo tengo todo clarito! ¡Ustedes,

son un par de sinvergüenzas, que no debieran andar sueltos!

 

MOCO ‘E PULLE: (IRACUNDO) Le ‘ije que no se metiera…

 

GUATA ‘E SAPO:(LENTAMENTE) Y yo les dije que son unos SINVERGÜENZAS..

 

PAT ‘E HUILQUE: (TIRITANDO DE MIEDO) ¡Vámosnos, más mejor!

 

MOCO ‘E PULLE: (ACOBARDANDO) ¡Sí, vámosnos! ¡Y usted, no se me cruce más por el

camino si quiere seguir vendiendo sus güatas.(TRATAN DE TOMAR NUEVAMENTE LA

BOLSA MAL DISIMULADA)

 

GUATA ‘E SAPO: (DESCUBRIENDO LA BOLSA) ¡Un momento! ¿Qué llevan ahí?

 

MOCO ‘E PULLE: ( CON RABIA) ¡Putacay, el gallo entrometío! ¡Te la buscaste….y la

encontraste!¡Toma! (LE PEGA , GÜATA SE DEFIENDE. PATA SE METE TAMBIÉN PERO

MIEDOSAMENTE. MOCO PELEA CON LA CABEZA, GÜATA CON SU GÚATA Y PAT ‘E

ALARDEA CON SU PATA, TODO ESTO JOCOSAMENTE PARA QUE LOS NIÑOS SE

RÍAN Y NO SE ASUSTEN , MIENTRAS PELEAN APARECEN LOS NIÑOS Y LAS SEÑORAS QUE VIENEN SIGUIENDO LOS RASTROS SE LOS MALVADOS. MÁS PELEAS. LOS NIÑOS SIGUIENDO A LOS MALANDRINES TODO CON MUCHO HUMOR)

 

CUCHEPO     : ¡Cuidado que tratan de escapar! (POR FIN ESTÁN ATRAPADOS LOS MALOS

Y RECUPERADA LA LECHE. TODOS  FELICES. LOS NIÑOS SE ABRAZAN. LAS MADRES RÍEN. LOS MALOS GIMEN, GÜATA SONRÍE)

 

LUCINDA      : (A LOS MALULOS) ¡Qué esto les sirva de lección! No se puede andar haciendo

daño a los demás y menos apropiarse de los que pertenece a los niños. Ellos son los únicos

privilegiados. La leche es para ellos, para que nunca sean como ustedes, unos desalmados. No les

importó dejar indefensos a nuestros hijos, sino que más encima querían enfermarlos con esos

helados. ¡Qué nunca más vuelva a suceder en este lugar lo que ustedes han hecho! ¡Para eso

hemos aprendido que la unión hace la fuerza! ¡La gente comprendió que las cosas hay que

enfrentarlas en forma unida y no separadamente. Así que, ¡Adelante, Compañeras! ¡A defender

siempre la alegría y la salud de nuestros hijos!

 

TODOS          : ¡Viva, viva! ¡Adelante, siempre adelante! ¡Todos juntos contra el mal y por el

bien.(MIENTRAS TANTO CUCHEPO SE HA ALEJADO UN POCO DEL GRUPO. MARÍA

LO SIGUE ANDA CON  VESTIDO NUEVO)

 

MARIA           : ¡Cuchepo…!

 

CUCHEPO     : (SIN MIRARLA) ¿Qué?

 

MARÍA           : ¡Mira…mi vestido!.

 

CUCHEPO     : (MIRÁNDOLA) Bueno…y ¿qué?…

 

MARÍA           : (TURBADA) ¡Es nuevo! ¿Te gusta?

 

CUCHEPO     : (SERIO)  ¡NO!

 

MARÍA           : ¡Ahora, ya no soy ná ahombrá!

 

CUCHEPO     : (LA MIRA NUEVAMENTE)  ¡Te queda bien!

 

MARÍA           : (CONTENTA) ¿Entonces, no estás enojada conmigo? ¿No es cierto?            

 

CUCHEPO     : (CONTENTO) ¡Claro, que no! ¡Ahora todos somos felices! ¡Todos estamos contentos! ¡Nunca más volveremos a perder lo que es nuestro, por que estaremos atentos contra aquel que quiera robarnos!

 

SOFANOR     :¡Viva la leche…!

 

TODOS          : ¡Viva!

 

SOFANOR     : Viva Güata ‘e Sapo…!

 

TODOS          : ¡Vivaaaa! (TODOS FELICES. DE PRONTO DESDE UN COSTADO APARECE UN NIÑO, JUANCHO. LLEVA EN SUS MANOS EL ZORZAL)

 

SOFANOR     : ¡Miren…el Juancho! ¡Trae el zorzalito! (JUANCHO AVANZA CON

DIFICULTAD TODOS LE ABREN PASO. QUEDA AL MEDIO DEL GRUPO. LEVANTA LOS BRAZOS Y SUELTA AL ZORZAL FRENTE AL PÚBLICO TODOS SIGUEN EL VUELO DEL PÁJARO CON DIFERENTES ACTITUDES: DE ASOMBRO, DE ALEGRIA, DE TEMOR LOS MALOS, ETC. QUEDAN ESTÁTICOS MIENTRAS CAE EL TELÓN)  

 

 

    EL SEÑOR DE PETORCA
                          Manuel Gutiérrez Mieres

Personajes:

Tomasa
Mercedes
Leandro
Don Ramón
Señor de Petorca
Agustín
Oficial Registro Civil
Camila
                  INTRODUCCIÓN

 

LA LECHE NO HAY NADIE QUE LA DESECHE

Como toítas las cosas 
que tienen que suceder. 
Así comienza la historia
que le traímos a usté. 

Amores verán 
por una mujer. 
canciones y bailes 
van a conocer.

Mexche se llama la niña, 
Leandro será su galán, 
con el señor de Petorca 
y su criado Agustín.

Amores cerán...

Presentando a Tomasa, 
termina la narración, 
sin olvidar al taitita 
que se llama don Ramón.

Amores verán...

Señoras y caballeros 
pongan toa la atención. 
Agora que los conocen 
comenzamos la función.

UNA CASA DE CAMPO

TOMASA: (ENTRANDO) ¡Niña Mercedes!, ¡Niña Mercedes!¡Venga! Acarréeese pa cá. 

MERCEDES: ¡Voy, voy, Tomasa! ¡Qué boche metes! ¿Qué targiste algo? 

TOMASA: ¡'éjeme, respirar un pquichicho! 

MERCEDES: ¡Ya!, Dí. 

TOMASA: Di alguien le traigo un regalito para usté. ¡Adivine! 

MERCEDES: ¿Para mí? ¿Qué será? 

TOMASA: Algo pa las penas del corazón. 

MERCEDES: ¿Un ramito de torongil? 

TOMASA: ¡No! ¡Mucho más lindo! ¡Esto! 

MERCEDES: ¡Un clavel! ¡Leandro! 

TOMASA: Del mesmo, pero eso no es tóo, ¡Mire! 

MERCEDES: ¡Una carta! ¡Pasa! (SE LA QUITA) 

TOMASA: Lea amita, a ver qué íce... 

MERCEDES: (LEYENDO) "Mi querida y adorada lindura..." ¡Oh, me llama lindura!

TOMASA: ¡Aprendió a escribir el tontón!, si en la escuela era flojazo. 

MERCEDES: (SIGUE LEYENDO SIN HACERLE CASO) "...sin poder verla, los días me parecen más largos y negros que las noches de invierno (SUSPIRA) Su papá de usté me corretea copmo si fuera un perro sarnoso; pero, no importa, mi amor por usté es más grande y fuerte que el roble que está en la hacienda del señor de Petorca..." 

TOMASA: ¡Ave, María!, las tontera que ice el tontón. 

MERCEDES: ¡Calla! "Yo sienpre le estaré esperando y mi cariño será siempre de usté" (FELIZ) ¡Me quiere, Tomasa! ¡Me quiere! ¡Qué alegría! ¡Qué alegría! 

TOMASA: ¿Qué le pasa, amita? 

MERCEDES:¡No, sé, Tomasa! ¡Me siento liviana como el aire! (BAILA) 

TOMASA: (CONTENTA) ¡Yo lo sé, niña Mercedes! ¡Es el Amor! 

MERCEDES: (DETENIÉNDOSE) ¿Sí? ¡Siento una alegría inmensa! 

TOMASA: (CON PICARDÍA) ¡Es la carta de Liandro! 

MERCEDES: (SOLA CON SU ALE·GRÍA) ¿No ves que el sol brilla más? ¿No escuchas el cantar de los pajaritos? 

TOMASA: ¡No!, sólo oigo el perro que está lairando. 

MERCEDES: ¡Baila, baila, conmigo! ¡El cielo se ha cubierto con un relámpago azul! ¡La tarde es un clavel rojo! ¡Baila, baila, co0nmigo! 

TOMASA: Sí niña, su felicidá es la mía (CANTAN Y BAILAN)

La noche gfue expulsada
por un relámpago azul
que cubrió el cielo inmenso
dando alegría y primor.

¡Oh, bello sol que me alumbras
y que alegras mi corazón!
Un nuevo día anuncias,
trayendo trinos de amor.

La alegría que yo siento, 
me hace bailar y reír; 
es por el joven que amo
y que me hará muy feliz.

¡Oh, bello sol..."

SEGUNDA UNIDAD

DON RAMÓN: )LLAMANDO)¡Mercedes! ¿Dónde estás? 

TOMASA: (ASUSTADA) ¡El amo, niña! 

DON RAMÓN: (APARECIENDO) ¿Qué hacen, locuelas? ¡Tomasa, a tus labores! (A MERCEDES) ¿A ver? ¿Qué tiene ahí, en las manos? ¡Páselo! 

MERCEDES: (OCULTANDO LA CARTA) ¡Nada, papá! 

DON RAMÓN: (AUTORITARIO) ¡Páselo, le digo! (LEE) ¡Ah, con que cartitas de Liandro! Sépalo, hija que usté está pedía en matrimonio por el Señor di Pitorca. 

MERCEDES: (ASOMBRADA) ¡No, padre! DON RAMÓN: ¡Esa es mi voluntá! ¡Se hará como yo le digo! 

TOMASA: (ENTROMETIÉNDOSE) ¿Qué? ¿El siñor di Pitorca? Ese jutre gordo como barril, que más sirve pa ponerlo en el trigal como espantapájaro... 

DON RAMÓN: (ENOJADO) ¡Cállate, desvergonzda! ¡Éntrate, te digo! 

TOMASA: ¡No, no y no! ¡Jamás permitiré que mi niña se case con ese sapo lleno de plata. ¡No y no! ¿Por qué no se casa usté con ese barril sin suncho, si tanto lo quiere? 

MERCEDES: (SUPLICANTE) ¡Por piedad, padre! ¡Yo quiero a Leandro! 

DON RAMÓN: ¡Basta, caramba! ¡Aentro, aentro! ¡Se hará lo que digo! 

TOMASA: (INTERRUMPIENDO)
¡Ahí viene el Liandro!

TERCERA UNIDAD

DON RAMÓN: ¡A ver, mozo! ¡Tenímos que hablar! 

LEANDRO: (TITUBEANDO) ¡Yo, yo, su mercé! ¡La verdá es que quiero a su hija y ella, también me quiere y...! 

DON RAMÓN: (CORTANTE Y SEVERO) ¡Basta! ¡Usté, se me manda a cambiar al tirante! ¡Mi hija se casará con el señor di Pitorca o con naiden! 

LEANDRO: Su mercé... Yo la amo más que a mi vía. Soy honrao y trabajador y... 

DON RAMÓN: (ENFURECIDO) ¡Por eel dios que me asiste! El señor di Pitorca será mi yerno  o mi hija se irá a un convento (AMENAZANTE) ¡Ya, lárguese, lárguese! Iré onde el Oficial del Civil a arreglar el casorio (DESPECTIVO) ¡Miren, esto no más faltaba! ¡Mi hija caasada con un patipelao (SALE)

CUARTA UNIDAD

LEANDRO: (SOLO. MIRANDO A TODOS LADOS)  Parece que se ejué. Por no ejar no más me corretean. Estos ricos sólo piensan en tener plata. La riqueza, ¡uf!, que la busque otro. ¡Yo estoy contento con mi suerte! ¡Ay, pobrecito yo! Mi corazón está triste. Soy el más entristecío de los hombres. (CANTA)

Mi corazón está triste 
como el sauce del estero. 
Ya no dejan ni verte, 
pero aquí siempre te espero.

Pero aquí siempre te espero, 
debajo de esta ventana, 
con la esperanza de verte 
a ti prenda bienamada. 
A ti prenda bienamada
que te tienen encerrada, 
por culpa de mi pobreza t
u taita te ha negao.

Tu taita te ha negao 
y no le encuentro razones. 
Aunque me cueste la vía, 
me la llevaré a mi lao.

Aumque trate de impedirlo, 
me la llevaré a mi lao.
(MIENTRAS CANTA APARECEN MERCEDES Y TOMASA)

QUINTA UNIDAD

LEANDRO: ¡Mercedita! MERCEDES: ¡Leandro! (SE ABRAZAN)TOMASA: Y qué hacís ahí tontón. Trae tu caballoy váyanse pa otro lao, al campo, a la montaña, igual que en los cuentos. LEANDRO: (DECIDIDO) ¡Sí!, hagamos eso, agora mesmo, o a usté me la casan con el viejo Petorca. MERCEDES: (SEPARÁNDOSE) ¡Ay, Leandro, no puedo! Debo respeto a mi padre.LEANDRO: Pero, on Ramón fue a buscar al Oficial del Civil.MERCEDES: ¡No puedo!¡Tengo que cuidar de papá! TOMASA: (A LEANDRO) ¡Tenímos que hacer algo!LEANDRO: ¡Sí!, el señor de Petorca, me las pagará, aunque me cueste la vía (A MERCEDES) Me voy, pero volveré. Vuelvo ligerito. MERCEDES: (TRISTE) ¡Adiós, Leandro. (LEANDRO SE VA) TOMASA: ¡Güelve, güelve!, tenímos que impedir el matrimonio (SALE TRAS LEANDRO) MERCEDES: ¡Vuelve! ¡Vuelve! ¡Ay! Yo quiero a Leandro. Él ama la vida en todo lo bello. Ama la música, el amor , las flores, el cielo, Ama el trabajo. En su terrenito , ama a los prados con el ondular del trigo. Ama a los pajaritos que saludan al sol diariamente. ¡Ay!, yo quiero a sólo a Leandro(SALE SOLLOZANDO)

SEXTA UNIDAD 

PETORCA: (BRVUCÓN PERO COBARDE. PASEANDO SEGUIDO DE SU CRIADO AGUSTÍN) Estoy contento, Agustín. 

AGUSTÍN: (MAYORDOMOPÍCARO REDOMADO) Yo creo su mercé siñor Pitorca, que le adivino el motío. 

PETORCA: Señor Di Pitorca, con Di AGUSTÍN: Así mesmo, señor Pitorca. 

PETORCA: Di Pitorca, animal. 

AGUSTÍN: Pitorca, su mercé.

PETORCA: Güeno con el tontón, no entiende nunca: Di Pitorca. Ya, ya, fíjate, Agustín, que soy el señor  de esta zona, el que manda  en este pueblo.

AGUSTÍN: Así es su mercé. 

PETORCA: Que soy el señor Di Pitorca. 

AGUSTíN: Sí, su mercé. 

PETORCA: ¡Déjame hablar, baulaque! Quiero en este día ser manirroto y haré una gran fiesta, por soy feliz, muy feliz. ¿Me escucháis, Agustín? 

AGUSTÍN: Sí, siñor Pitorca. Creo saber el motío, ¿no estará enamorado de una guainita de este lugar?

PETORCA: ¡Díste en el clavo! Estoy enamorado de la Mercedita. La guainita, aún no me quiere. No importa, en cuanto me vea, caerá de rodillas ante mi encanto.

AGUSTÍN: ¿Está seguro, siñor Pitorca?
 
PETORCA: Tan seguro, que llama a esa puerta. ¡Daré un minuto para que esa puerta se abra! (AGUSTÍN GOLPEA) 

AGUSTÍN: No se abre. 

PETORCA: ¿Diantre, que contiene esto? ¡Golpea, más fuerte.  

AGUSTÍN: (LO HACE DE NUEVO) ¡Como tumba! 

PETORCA: ¿Cómo te explicas esto, Agustín?

AGUSTÍN: Yo creo su mercé, que cierto Liandro debe andar metío en esto. 

PETORCA: ¡Liandro, has dicho! ¿Quién es ese rotoso? 

AGUSTÍN: Ese tal Liandro, no tan gallar4do como usté, creo que ha enamorado a la hija y usté, al padre. ¡Eso es tóo.

PETORCA: ¿Liandro, digiste, ¡no repitas ese nombre, porque de rabia voy a descolgar el sol! ¡Enamorarse de la Mercedita, ¡perro vagabundo . Si lo veo me lo como a rebencazo en este mismo lugar. 

AGUSTÍN: ¡Qué casualidá, ahí viene el Liandro!Le voy a icir, siñor Pitorca, que es de los güaina más güeno pa los combos de por aquí. 

PETORCA: ¡Ahora va a saber ese mocito, quién es el señor Di Pitorca! ¡No te muevas! 

AGUSTÍN: ¡Hágalo peazo, siñor Pitorca! (APARECE LEANDRO. AGUSTÍN SE ESCAPA)

SÉPTIMA UNIDAD

PETORCA: ¡Ven pa cá, carajito! Has de saber que yo soy el señor Di Pitorca, el amo de este pueblo y no aguanto que nadie se me cruce en el camino. 

LEANDRO: ¿Y a mí, qué pu iñor? 

PETORCA: Te vai a ir largando ahora mismo y has de saber que todavía no ha nacío el valiente que me haga callar. 

LEANDRO: Ahora va a ver, cara a cara a uno (GOLPEA) PETORCA: ¡Ah, condenáo del diablo, ahora me las vas a pagar! ¡Dáte por muerto!, con mi mitigüeso vas a entender. ¡Ahora verás! (LEANDRO NUEVAMENTE LO GOLPEA) ¡Ay! 

LEANDRO: Eso le pasa por ambicioso. Todo lo quiere tener. Seguro que mañana querrá tener la luna o apagar la luz del sol. Será mejor que no lo agüaite más por aquí (SALE) 

OCTAVA UNIDAD

AGUSTÍN: (APARECIENDO. AYUDA A PARARSE A PETORCA) ¡Arriba, su mercé! ¡Arriba!

PETORCA: ¡Ah, condenada mitigüeso! ¿Por qué npo saliste a tiempo? 

AGUSTÍN: Siñor Pitorca, como el Liandro pue golver, veamos si la sacamos de la cartuchera(CADA UNO TIRA POR SU LADO Y CAEN) 

PETORCA: (LEVANTÁNDOSE) Que ese Liandro se dé por muerto. ¡Llama a los muchachos! 

AGUSTÍN: (LLAMANDO) ¡Vengan pa cá, aturdíos a defender al patrón (APARECEN INQUILINOS)¡Allá viene gente! 

PETORCA: Bueno, que mis muchachos  los arreglen (SALE)

NOVENA UNIDAD

SE PRODUCE UNA LUCHA ENTRE LOS INQUILINOS DE PETORCA Y LOS AMIGOS DE LEANDRO. A TRAVÉS DE LA DANZA DEL REBENQUE. TRIUNFAN LOS AMIGOS DE LEANDRO. LOS INQUILINOS ESCAPAN DERROTADOS

DÉCIMA UNIDAD

PETORCA: (APARECIENDO INDIGNADO JUNTO A AGUSTÍN)¡Toos despedíos! ¡Tooítos, recuérdalo, Agustín! 

AGUSTÍN: ¡Miren que ganarles, los patipelaos de Liandro!

PETORCA: Pero, a mí no me gana nadie. ¿Entiendes, Agustín? 

AGUSTíN: Oiga, su mercé, haga la prueba con una cantaúra, a lo mejor la güainita se rinde al encanto de su voz. 

PETORCA: ¡Bien, pensao! Tráeme la guitarra. 

AGUSTÍN: Voy su mercé. 

PETORCA: Si esta güainita desprecia mi canto, quiere decir que es sorda. 

AGUSTÍN: (REGRESANDO CONN UNA GUITARRA) ¡Aquí está, su mercé! 

PETORCA: ¡Pasa, ahora verá! 

AGUSTÍN: ¡Rásquele las tripas! 

PETORCA: ¡A ver, vamos a ver! (CANTA. SE ABRE UNA VENTANA Y UNA MANO VIERTE UN JARRO DE AGUA SOBRE SU CABEZA) ¡Ah, lágrimas de ternura desprendidas de los ojos de Mercedita, son estas gotas! ¿Te das cuenta, Agustín?(SIGUE CANTANDO) 

AGUSTÍN: ¡Eh, siñor Pitorca, ahí viene! 

PETORCA: No me molestes (SIGUE CANTANDO) 

AGUSTÍN: ¡Es el Liandro!(ESCAPA)

PETORCA: ¡¡Qué!!(APARECE LEANDRO.TOMA LA GUITARRA Y SE LA PONE DE SOMBRERO) LEANDRO: ¿No le dije iñor que se juera de aquí? (SALE)PETORCA: (QUEJÁNDOSE) ¡Ay, ay, ay! Si hubiese sacado a tiempo la mitigüeso (LLAMANDO) ¡Agustín, Agustín! AGUSTÍN: (APARECIENDO) Patrón, oiga patrón. Levántese que allá viene on Ramón y el Oficial Civil. ¡Apúrese, patroncito! PETORCA: ¡Ayúdame vos, baulaque!¡Listo! (SE COMPONE) 

DÉCIMA PRIMERA UNIDAD

DON RAMÓN: (ENTRANDO SEGUIDO DEL OFICIAL DEL CIVIL) ¡Sí, sí, sí! ¡Muy bien, señor Oficial!

OF. CIVIL: ¡Claro que sí! Yo en mi calidad de Oficial Civil, puedo dar casorio en cualquier lugar o parte de mi juridicción. 

DON RAMÓN: ¡Ah1, pero aquí está el señor de Petorca. 

PETORCA: ¡Aquí!, siempre al pie del cañón. Acabo de echar a patáas a un perro pilguiento que molestaba por aquí. 

DON RAMÓN: ¡Muy bien hecho, señor de Petorca! El casorio lo haremos esta misma tarde. 

PETORCA: ¡No, señor! ¡Lo exijo, ahora mismo! (AL OFI)CIAL CIVIL) ¿Qué acaso no se puée? 

OF. CIVIL: (CON TONO SOLEMNE) Por mis atribuciones de Oficial Civil, digo que sí. 

PETORCA: Entonces, mientras más pronto, mejor. ¡Lo quiero ahora mismo! 

DON RAMÓN: Pero..., en fin, da lo mismo (LLAMANDO) ¡Mercedes! ¡Ven para acá, niña!

DÉCIMA SEGUNDA UNIDAD

TOMASA: (ENTRANDO) ¿Qué pasa On Ramón. (DESCUBRE AL OFICIAL CIVIL) ¡Ah, con que traen a este otro viejo pá hacer el casorio!

DON RAMÓN: (MOLESTO) ¡Calla, deslenguá! (LLAMANDO NUEVAMENTE A MERCEDES) ¡Mercedes! 

MERCEDES: (APARECIENDO) ¡Padre, le ruego! 

DON RAMÓN: (CON EMOCIÓN) ¡Mi voluntad se cumple, hija mía! 

TOMASA: (INDIGNADA) ¿Por qué no se casa usté con ese gordo como zapallo? ¡No, no y no! Mi niña no se casará con él. 

DON RAMÓN: (CON RABIA) ¡China insolente! (CALMÁNDOSE) Perdone usted, señor de Petorca. 

PETORCA: ¡Bueno, bueno! Pero hagamos el casorio agora mesmo. ¡Al tiro! (AL OFICIAL CIVIL) A usté le hablo, iñor. 

OF. CIVIL: ¿A mí?. ¡Bien, bien! (CARRASPEA) Los novios aquí (SEÑALA) Testigos por ambos lados (HOJEA UN LIBRO QUE LLEVA) 

DON RAMÓN: Yo, asisto a mi hija. 

PETORCA: Y tú, asisteme a mí, Agustín. 

AGUSTÍN: ¡Sí, patrón! 

OF. CIVIL: ¡Ejem!, en mi calidad de autoridad: 
Oficial Civil de este pueblo (HOJEA) y de acuerdo al artículo 0001 del Código Civil, voy a declarar marido y mujer, para toda la vida, a los contrayentes aquí presente. 

PETORCA: ¡Rápido, rápido! 

AGUSTÍN: (CON PICARDÍA) ¡Estamos listos, su mercé! 

DON RAMÓN: Es mi santa voluntad, hija. 

OF. CIVIL: ... siempre que nadie se oponga...
 
DÉCIMA TERCERA UNIDAD 

TOMASA: (ENTRANDO VISIBLEMENTE CANSADA) ¡Agüantele un poquitito, iñor...! 

OF. CIVIL: (REPITIENDO SU LECTURA) ...siempre que nadie se oponga...

TOMASA: ¡Yo le llevo la contra, pú! Y le traigo el impedimento (ENTRA LEANDRO SEGUIDO DE UNA MUJER. ES CAMILA) 

CAMILA: ¡Petorca! ¿Dónde estás? 

PETORCA: (ECHANDO PIE ATRÁS) ¡Camila!  Yo, me largo.

DON RAMÓN: (A CAMILA) Por favor, señora... 

CAMILA: ¿Dónde estás, traidor? (DESCUBRE A PETORCA) ¡Ingrato! Te pillé (LO AGARRA)

DON RAMÓN: ¡Qué! 

CAMILA: (A DON RAMÓN) Este miserable, señor, me dio palabra de matrimonio... 

DON RAMÓN: (A PETORCA) ¿Es verdad eso, señor Petorca? 

PETORCA: (TITUBEANDO) ¡Este... yo...! 

DON RAMÓN: ¡Es cierto! ¿Usted es un miserable (A MERCEDES Y A LEANDRO) ¡Vengan, hijos! ¡Mercedita! ¡Leandro! ¡Perdónenme! Tienen mi consentimiento. 

CAMILA: (ALCANZANDO A PETORCA QUE HUÍA CON AGUSTÍN) ¡Tú, no te vas! 

TOMASA: ¿Qué haimos con este viejo condenáo? 

AGUSTÍN: ¡Puchas, que se case con Oña Camila y asunto arregláo! 

CAMILA¨¡Bien pensado! (SIN SOLTAR A PETORCA) Tú, no te escapas. esta vez. 

PETORCA: (AMENAZANDO A AGUSTÍN) ¡Este... yo...!

DON RAMÓN: ¡Listo! El casamiento se hará por partida doble. ¡Proceda, señor, Oficial Civil! 

OF. CIVIL: ¡Ejem! Los contrayentes aquí (SEÑALA) Los que asisten, al lado de cada cual. 

TOMASA: (FELIZ) ¡Yo asisto a mi niña! 

DON RAMÓN: Yo, a Leandro, 

AGUSTÍN: Y yo al siñor di Pitorca. 

OF. CIVIL: (SOLEMNEMENTE) En mi calidad de autoridad... y de acuerdo al artículo 0001 del Código Civil (SIGUE LEYENDO MIENTRAS TOMASA SE ACERCA AL PÚBLICO Y HABLA) 

TOMASA: Y así, pú iñoresterminó esta historia y que quée clarito, como el agua de la vertiente, que el amor no debe ser interesáo, que debe ser puro. ¿Cómo leas ijera...? La lección que se desprende es que cada oveja con su pareja y así el cuento termina con felicidá pá tóos. Para terminar, diré que la fiesta va a ser re grande y ya va a empezar... Güeno, tengo que irme pú, porque voy a estar muy ocupá con la vihuela (MIENTRAS TERMINA EL CASORIO HAY ABRAZOS Y SE ESCUCHA UNA CUECA)

Los cantores ruiseñores 
mi vida 
y los bellos picaflores 
mi vida 
con los tordos ladrones 
mi vida 
los cantores ruiseñores.

Se han juntado 
para avivar la cueca 
de la alegría.

De la alegría, ay sí 
todo es hermoso 
ya se casan los novios 
pa ser  dichosos.  
  
-o-o-o-

  

NAVIDAD HUASA
                               Manuel Gutiérrez Mieres

Personajes

 JUANA
JUANCHO
JOSÉ
MARÍA
MAGO 1
MAGO 2
MAGO 3

AL ABRIRSE EL TELÓN APARECE UNA POBRE CASA DE CAMPO. JUNTO A ELLA HAY UN HORNO DE BARRO. A LA DERECHA UN POZO O NORIA, ALGUNOS TRONCOS Y UN PINO QUE AL FINAL SE ILUMINARÁ. UN NIÑO DUERME PLÁCIDAMENTE BAJO EL PINO.
APARECE UNA MUJER. ES JUANA. VIENE FRENÉTICA PARECE BUSCAR ALGO O A ALGUIEN
 

JUANA: ¡Juancho, Juancho! ¿Onde se abrá metío este cauro e'moleera (MIRA AL PÚBLICO LE PUEDE PREGUNTAR SI LO HAN VISTO) ¡Ah, pero cuándo lo pille... no me lo quita naiden! (LLAMA NUEVAMENTE) ¿Onde estái, miéchica? 

JUANCHO: (VOZ EN OFF) ¡Ya Voy... ya voy! (APARECIENDO) ¡Aquí estoi! ¿Pa qué me llama amá? 

JUANA: Vení pa cá (LO AGARRA Y LO REMECE) Yo te voy a hacer "pá qué me llama amá" (CALMÁNDOSE) ¡Entraste los terneritos! ¿Guardaste las gallinas, los patos y los gansos? 

JUANCHO: ¡Se me había olvidáo, pero, agora mesmo voy a hacerlo! (SALE CORRIENDO ANTES QUE JUANA LO ALCANCE POR EL ESCENARIO) 

JUANA: ¡Ay, si este cauro no me hace más que rabiar! (SE SIENTA EN UN PISO DE TOTORA) Una tóo el día, dale que dale, y el perla no hace más que andar con la jaba abierta. (GRITANDO) ¡Apúrate moleéra! Y no te olvidís de las vacas y los chanchos (REFUNFUÑANDO) Este me va hacer salir canas verde. 

JUANCHO: (APARECIENDO) Ya tóo está listo, amá. Agora, ¿qué quiere que haga? 

JUANA: Anda a buscar agua al pozo, mientras yo veo el pan del horno. 

JUANCHO: Gúeno, amá (VA AL POZO Y SACA AGUA  EN UN TARRO) 

JUANA:(ACONSEJANDO A JUANCHO  MIENTRAS VE EL PAN) No tenís que esperar a que te recuerde tóo lo que tenís que hacer. Ya estái grandecito. Tenís que ayudar a tu maire. Desde que murió tu paire, sólo quedamos los dos. Recuerda, ya estáis grande y tenísque entender. 

JUANCHO: Sí, amá, pero es que me olvían algunas cosas. (MIENTRAS HABLA CON SU MADRE, POR EL CAMINO APARECE UN HOMBRE TIRANDO UN BURRO. ES JOSÉ Y MARÍA VIENE SOBRE UN BURRO) ¡Amá, alguien viene por el camino! 

JUANA: No te preocupís del camino. ¡Póneme más atención a lo que te igo, más mejor! No igo yo, una habla y habla y... 

JUANCHO: Pero, si es verdá. Allí viene gente (HACE VISERA CON LA MANO) ¡Es un hombre y una mujer! ¡Ella viene en un burro! ¡Agüaita, amá! 

JUANA: (MIRANDO DE MALAS GANAS)¡'e veras!¿Qué andarán haciendo por estos láos? (MARÍA Y JOSÉ ESTÁN MÄS CERCA) 

JUANCHO: (SIEMPRE MIRANDO) Y, ¡qué lindaza la iñorita. Pareque está cansá, amá. 

JUANA: ¿Pareque andan perdíos! ¡Ella, pareuq está esperando! 

JUANCHO: Voy a buscar harina tostá para convidarles (ENTRA Y LUEGO SALE DE LA CASA CON UNA BOLSA DE HARINA TOSTADA) 

JUANA: (MIRANDO DETENIDAMENTE) A él podís convidarle, pero a ella, no puées... 

JUANCHO: (INGENUAMENTE) ¿Por qué? ¡Si ella es tan rebonitaza! 

JUANA: Vos no entendís ná. Ella, no puede tomar agua con harina y san se acabó.

JOSÉ: (MARÍA Y JOSÉ LLEGAN A LA CASA. VISIBLEMENTE CANSADOS) ¡Buenas tardes, señora! ¿Podríamos descansar un momento? ¡Estamos muy cansados! 

JUANA: (LEVANTÁNDOSE SOLÍCITA) ¡Claro, no faltaba más! ¡!Aquí, pué 'escansar tóo lo que quiera!

JOSÉ: ¡Gracias, señora! ¡Ya, María (LE AYUDA A BAJARSE DEL BURRO) ¡A ver, con cuidado! ¡Eso es! 

JUANCHO: (ACERCÁNDOSE A JOSÉ) ¡Parequevienen de lejazo! ¡Tome, agüita con harina, pá refrescarse! (MIRANDO A MARÍA) A la iñorita no, porque mi amá dice que... 

JUANA: (LO HACE A UN LADO) ¡Cállate, moléera! (A MARÍA) Por aquí, señora, sientese en este tronquito. (MARÍA SE SIENTA)

JOSÉ: (TOMANDO AGUA CON HARINA) ¡El camino ha sido largo y pesado. 

MARÍA: Sí, largo y pesado. ¡Estoy cansada! En el pueblo no pudimos quedarnos. ¡Todo estaba lleno de gente! 

JUANA: Pero, ¿naiden les convidó ni un huequito, siquiera? 

JOSÉ: Yo busqué, preguntando por todos los lugares y no encontré ninguno. 

JUANCHO: (QUE NO HA HECHO MÁS QUE MIRAR A MARÍA) ¡No se peocupe, iñorita! Nosotros somos muy pobres, pero no poemos ejar que usté no 'escanse, ¿no es cierto, amá? 

JUANA: ¡Claro, no faltaba más, pero el rancho es muy chico y tampoco hay mucho lugar! 

JOSÉ: No se preocupe, señora, usted y el niño son muy buenos. 

JUANCHO: (ENTROMETIÉNDOSE ) ¿Y, allí en el establo? (SEÑALA EL LUGAR) 

JUANA: (MOLESTA DÁNDOLE UN COSCARRÓN) ¿Cómo se te ocurre, moleéra? (A LOS VISITANTES) ¡Perdone, seño! ¡Perdone, señora! 

JUANCHO: (ALEJÁNDOSE DE SU MADRE) ¡Pero, si allí hay lugar! ¡Está techaíto! Yo mismo lo limpié cuando juí a guardar el ganáo. 

JUANA: (MOLESTA) ¡Cállate, te éi dicho! 

JOSÉ:(CALMÁNDOLA) Perdone, señora, Juancho tiene razón. Si el Señor está con nosotros y si esta noche el Cristo nace en el pesebre de un establo, no importa.¿No es cierto, María? 

MARÍA: (DULCEMENTE) ¡Qué otro lugar podríamos encontrar para el nacimiento del que llegará para redimir a toda la humanidad! ¡El establo está bien! 

JUANA: (SERENA) ¡Güeno, si ustées lo quieren así, no faltaba más! ¡Juancho, llévalos allí! 

JUANCHO: (ACOMPAÑA A MARÍA, A JOSÉ  Y AL BURRO AL ESTABLO. ANTES DE SALIR DICE A JUANA) ¡Amá, mira allá! (SEÑALA HACIA LA ALTURA) ¡En el cielo, hay una luz! JUANA: (ACERCÁNDOSE AL PÚBLICO) ¡Oh, la luz! ¡Se acerca más y se dirige al establo! 

(APAGÓN)

EN ESCENA JUANA SENTADA EN EL PISO DE TOTORA FRENTE A LA CASA, CEBANDO UN MATE ESTÄ PENSATIVA. APARECE JUANCHO Y SIENTA EN EL SUELO JUNTO A ELLA. 

JUANCHO: ¡Gúen dar con lo bonitaza que es la iñorita! (A JUANA) ¿pero, qué raro hablan, no es cierto amá? (MIRA A SU MADRE QUE NO LO ESCUCHA O NO PARECE ESCUCHARLO SEBANDO SU MATE) ¡Amá, amá, estái aquí, pero no me escucháis! (PARÁNDOSE) ¿Estái enferma? 

JUANA: (MIRÁNDOLO) ¡No, Juancho, estaba pensando en esos 'eñores! (DE PRONTO SONRIÉNDO)  ¡Juancho! 

JUANCHO: ¿Qué 'amá? 

JUANA: ¿No ta ái dao cuenta que ella está embarazá? ¡Va a tener una güagüita! 

JUANCHO: (RIENDO) ¡Ah, por eso que no poía tomar agüita con harina! (DE PRONTO MIRANDO HACIA EL CAMINO) ¡Mira, amá. allá vienen tres gallos! (SEÑALA CON LA MANO) ¡Están amarrando los caballos en las trancas! ¡Vienen pá cá, amá! (SON LOS TRES REYES MAGOS. SE ACERCAN) 

JUANA: (LEVANTÁNDOSE LOS RECIBE. JUANCHO SE ESCONDE TRAS ELLA) ¿Ustées quienes son? ¿Qué buscan por aquí, si se puée saber? 

MAGO 1: ¡Señora, venimos tras una estrella que nos ha guiado hasta aquí!

JUANCHO: (SIEMPRE TRAS DE SU MADRE) ¡La luz, amá! ¡La luz que viene del cielo es una estrella! 

MAGO 1: ¡Sí! Ahora se mantiene brillando sobre el pesebre donde el niñito está. 

JUANCHO: (ACERCÁNDOSE) ¿Cuál niñito? 

JUANA: (MUY SERENA) ¡Cállate, Juancho! (A LOS REYES MAGOS) ¿Así que el niño ya nació? 

MAGO 2: ¡Sí, señora y nosotros siguiendo la estrella, por fin,hemos llegado a adorarlo! 

MAGO 3: Y hemos traído muchos presentes para él. 

JUANCHO: Pero, ¿quiénes son ustées? 

JUANA: ¡Los tres Reyes Magos! Eso son ustées, ¿no es cierto? 

MAGO 1: ¡Sí, señora! ¡Le he traído al niño, desde el norte: oro y cobre! 

MAGO 2: Yo le he traído un ramo de copihues de la cordillera de Nahuelbuta. 

MAGO 3: Y yo, una manta chilota de rica lana. 

JUANA: (FELIZ) ¡Entonces, vamos, vamos al establo a conocer al recién nacido (SALE CON LOS REYES MAGOS. JUANCHO SE RASCA LA CABEZA)
 
JUANCHO: ¡Puchas, la payasá y yo que quería darle agüita con harina a la iñorita! (RÍE) ¡Puchas, que soi aturdío! (FRENTE AL PÚBLICO) 

Hoy ha nacido el niño 
voy a prepara su cuna 
con pajitas amarillas 

(SALE HACIA EL ESTABLO. UNA VOZ ENTONA UNA CANCIÓN ALUSIVA. AL FINALIZAR REAPARECE JUANCHO) ¡Qué goñicho el chiquillito!¡Tan quietecito que se quedó en su cunita de paja amarilla! (AL PÚBLICO) Ustées, no metan tanto boche como esa gente que viene por el camino. (MIRA) Pero, si es una carreta con hartas flores y la gente viene cantando (SE ESCUCHA UN PARABIÉN Y UNA TONADA. LOS PREGONEROS GRITAN SUS OFRENDAS  Y VAN AL ESTABLO A ENTREGARLAS. JUANCHO, EN EL INTERTANTO, LOS HACE CALLAR) ¡Oigan ustées, no griten tanto! ¡Van a despertar al caurito chico!¡No ven que está durmiendo! ¡Entren callaítos y dejen sus custiones al laíto! ¡Apúrensen, no sean aturdíos! (AL VENDEDOR  DE HARINA TOSTADA) ¡Oye, tú, no le vayái a rfecer harina tostá a la iñorita, oíste! (LUEGO FRENTE AL PÚBLICO) 

Una estrella traviesa 
se resbaló del cielo, 
y llenó con su luz 
el rostro del niño.

(AL TERMINAR ESTOS VERSOS ENTRAN NIÑOS, PASTORES Y ANIMALES. JUANCHO LOS OBSERVA Y LES DICE: No hagan tanto ruidos y ustées, cauritos chicos, canten, pero canten despacitos.TERMINADO EL CANTO DE LOS NIÑOS, JUANCHO NUEVAMENTE HABLA AL PÚBLICO)

Todos trajeron regalos, 
dulce, arrope y sopaipillas. 
El niño da come, 
sólo mama leche tibia. 
Entre tanzo reír y cantar 
el niño se ha dormido.

(SE ESCUCHA UNA CANCIÓN DE CUNA. ES MARÍA. LOS PREGONEROS SE HAN RETIRANDO. LOS NIÑOS QUE ESTÁN FUERA DEL ESTABLO SE VAN QUEDANDO DORMIDO. JUANCHO SE LEVANTA LENTAMENTE Y HABLA)

Entre tantazo reír y cantar 
el niño se ha dormido
con una sonrisa en sus labios
como diciéndonos a todos
que seamos portadores 
y mensajeros de la paz.
Que tengamos una vida 
de creación, sin agonía. 
Una vida de amor, sin odios. 
Un existir donde los hombres  
se hermanen unos a los otros.  

PAZ PARA LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD...
PAZ PARA LOS NIÑOS DE MI PATRIA...
PARA TODOS LOS NIÑOS...
¡PARA TODOS LOS NIÑOS DEL MUNDO
!

MIENTRAS HABLA JUANCHO SE  ENCENDIENDEN LAS LUCES DEL PINO Y LOS PROTAGONISTAS LENTAMENTE VAN APARECIENDO 

 

PREPARANDO LA NAVIDAD

Manuel Gutiérrez Mieres

 

Personajes:

Peluco

Sebastián

María

Cheché

Turilo

Guardián-Jefe

Pánfilo

Niños


A C T O   Ú N I C O

UNA PLAZA DE PUEBLO

ESCENA PRIMERA
UN ÁRBOL A UN COSTADO DEL ESCENARIO. UN BANCO DE PLAZA. AL MEDIO UNA ESCENARIO. EN EL OTRO EXTREMO SE ENCUENTRA LA ENTRADA A LA PLAZA. TODO ESTÁ CUBIERTO POR UN CORTINAJE DE HARPILLERA QUE SÓLO MUESTRA UNA PUERTA QUE SIMULA LA  ENTRADA A DICHA PLAZA. UN SINÚMERO DE VENTANILLAS SIMULAN SER CASAS Y QUE  AL ABRIRSE EL TELÓN  APARECEN EN CADA UNA, UN ROSTRO DE NIÑO O NIÑA. HABLAN TRISTEMENTE

NIÑO 1 : ¡Miren las flores!¿Qué tristes están?
NIÑO 2 : Parecen que lloran en su soledad.
NIÑO 3 : ¿Ese enorme pino para qué será?

NIÑO 4 : ¡Para alegrar la fiesta de navidad!
NIÑO 1 : (LAMENTÁNDOSE) ¡Ay! ¿Qué hemos hecho que no nos dejan entrar?
NIÑO 2 : (ENOJADO) ¡Para qué habrán plazas, si no podemos jugar. (MIENTRAS ESTÁN HABLANDO LOS NIÑOS APARECEN DESDE UN COSTADO DOS PERSONAS, SON EL GUARDIÁN-JEFE Y PÁNFILO SU AYUDANTE. ESCUCHAN)
NIÑO 3 : (DECIDIDO) ¿Por qué no bajamos y ...
GUARDIÄN: (APARECIENDO CON SU AYUDANTE) ¡Eh, ustedes granujas!¡Si se atreven a bajar, se las verán conmigo!(CON VOZ FUERTE) ¡Está prohibida la entrada a la plaza a todo niño o niña! ¡Ustedes lo único que saben hacer es daño! (A PÄNFILO) ¡Vamos, Pánfilo sigamos con nuestra ronda!
PÄNFILO:(PORTA UN CHICOTE) ¡Vamos, jefe! (MIRANDO A LOS NIÑOS)  Hay que darle "guaraca" a estos cauros (SALEN)

ESCENA SEGUNDA
APENAS HAN SALIDO EL GUARDIÄN Y SU AYUDANTE, ENTRAN  CORRIENDO PELUCO Y SEBASTIÁN, DESPUÉS DE SALIR DE CLASE.
PELUC
O: (AGITADO) ¡Esta es la última vez que me voy a quedar castigado! (BUSCA DONDE DESCANSAR) ¡Ah, si no fuera por mis piernitas!
SEBASTIÁN: (RISUEÑO) El profesor dijo que los letreros tenían estar listo para la tarde.  No olvides que la navidad es mañana.
PELUCO: Sí, pero no se me ocurre nada y, además, tengo mucha hambre. Él se enojó porque dije eso. (SOBÁNDOSE) ¡Me dio un coscarrón!
SEBASTIÁN: Eso te pasó por hablador y andar siempre quejándote. No te preocupes trabajaremos en equipo con
la María. 
PELUCO
: Pero, que no sepa Turilo, seguro que se enoja. ¿Tú, nada le dirás, verdad?
SEBASTIÁN: ¡Cómo se te ocurre! (SE SIENTAN EN LA TIERRA) La María quedó de esperarnos aquí en  la plaza. No la veo.

PELUCO: Oye, alguien viene (SE LEVANTA ASUSTADO)
SEBASTIÁN: (CALMADO) Debe ser  la María.  
PELUCO: ¡A lo mejor es el profesor o Turilo que anda buscándonos!
SEBASTIÁN: No, no (ESCUCHANDO RUIDO DE VOCES) Además, las voces vienen por este otro lado. ¡Mira, son dos!  No es
la María.
PELUC
O:(CON TEMOR) ¡Ay, me da miedo! ¡Mira sus sombras son grandes!
SEBASTIÁN: No seas tonto, No tengas miedo. ¡Escondámonos! (SE OCULTAN)

ESCENA TERCERA  
GUARDIÁN: (ENTRA SEGUIDO DE PÁNFILO QUE LLEVA, ADEMÁS, UN CARTEL CON GRANDES LETRAS) Repito, ¡ningún niño o niña debe entrar!¡Está claro, Pánfilo!
PÁNFILO:(ADULADOR) ¡Sí, sí, jefe!
GUARDIÁN:(MIRANDO A TODOS LADOS) ¡Los ojos bien abierto! ¡Los cauros son diablazos! ¡Sobre todo los de la escuela!
PÁNFILO: No creo que se atrevan, jefe.
GUARDIÁN: (USANDO UNOS ENORMES ANTEOJOS DE LARGA VISTA) ¡No veo a nadie! (RIENDO) Las ventanas están cerradas!(PASEÁNDOSE) ¡No quiero a ningún niño o niña! ¡Sobre todo en este día!
PÁNFILO: (INTRIGADO) ¿Qué, pasa en este día, jefe?
GUARDIÁN: (SIN MIRARLO) ¡Esta noche es nochebuena! y mañana, ¡Navidad!
PÁNFILO: (CONTENTO) ¡Entonces, hoy es todo alegría y felicidad!
GUARDIÁN: ¡Exacto! Por eso estoy feliz. ¡Mira mis flores!¡Mira mis árboles! Sobre todo, ¡ESE!, lo he adornado muy bien (SEÑALA. PÁNFILO MIRA PERO NADA DICE)  ¡Oh, qué hermoso se ve! Observa el orden y la paz en este lugar (PÁNFILO NO LO ESCUCHA SE HA DISTRAÍDO. EL GUARDIÁN SE DA CUENTA Y LO GOLPEA) ¡Pon atención, Panfilón! 
PÁNFILO: Perdón, jefe. Es que estaba pensando en los niños. ¡Cómo les gustaría estar aquí!
GUARDIÁN: (LO INCREPA) ¡Qué! ¡Escucha! Si este lugar es un paraíso, es porque ningún cauro chico viene a molestar, ¿entiendes?
PÁNFILO: ¡Sí, sí, jefecito! 
GUARDIÁN: (RIENDO) El otro día encontré a uno encaramado en la muralla. Le grité que se fuera. ¡Cómo corría, el condenado de puro susto! ¡Así hay que tratarlos! ¿Entiendes?
PÁNFILO: ¡Sí, sí, jefe!
GUARDIÁN:¡Bien, bien! No te olvides de poner el candado en la puerta de entrada. (PÁNFILO OBEDECE) Ahora, ven, ayúdame a poner este letrero en ese lugar para que todos lo vean. (EL LETRERO DICE: "SE PROHIBE LA ENTRADA A  ESTA HERMOSA PLAZA A TODOS LOS NIÑOS Y NIÑAS Y TAMBIÉN A TODA PERSONA EXTRAÑA")
PÁNFILO: (DE SU CUELLO  CUELGA LA GRAN LLAVE QUE SIRVE PARA CERRAR LA PUERTA DE ENTRADA) ¡Oiga, jefe, ahí dice que también no pueden entrar personas extrañas!
GUARDIÁN:¡
Sí, eso dice!
PÁNFILO: Pero, jefe, siempre para esta fiesta llega mucha gente al pueblo.
GUARDIÁN: ¡Es cierto! Pero esta vez no quiero que entren y roben el árbol de navidad, como sucedió el año pasado. ¿No te acuerdas?
PÁNFILO: ¡De veras! Pero, nunca se supo quién fue.
GUARDIÁN: ¡No quiero que pase lo mismo!
PÁNFILO:(TERMINANDO DE INSTALAR EL LETRERO) ¡Ya está listo! ¡Entonces, no pasa ningún niño y ningún extraño!
GUARDIÁN:¡Eso es! (MIANDO A PÁNFILO) ¡Cuida bien esa llave!¡Vamos, sigamos con la ronda! (SALEN)
       
ESCENA CUARTA

PELUCO: (SALIENDO DE SU ESCONDITE CON SEBASTIÄN) ¿Oíste lo que yo oí, Sebastián?
SEBASTIÁN:¡Sí!
PELUCO: (ACERCÁNDOSE AL LETRERO. LEE) ¡Pero, estos "gallos" están locos! ¿Cómo impedir que entremos a la plaza?
SEBASTIÁN: Y no sólo a nosotros, los estudiantes, sino que a todos los niños. ¡Por eso es que no se ve ninguno! (MIRA LAS VENTANAS) ¡Hasta cerraron las ventanas!
PELUCO: ¡Ya veo! ¡Tienen atemorizados a los niños!
SEBASTIÁN: ¿Entonces, no podrán venir y jugar esta nochebuena?
PELUCO: ¡Verdad! La tarea que el profesor nos dio era crear mensajes de navidad para que los niños los leyeran cuando vinieran a la plaza ¡Si no hay niños no hay tarea cumplida!
SEBASTIÁN: ¿Sabes lo que estoy pensando?
PELUCO: ¡No!
SEBASTIÁN: ¿Y sí Turilo hablara con esos “gallos”?
PELUCO: ¡No! Creo que es mejor decirle al profesor.
SEBASTIÁN: Pero, si él sabe que estamos escribiendo mensajes de navidad. Se alegró mucho cuando supo.  
PELUCO: ¿Sí?, entonces, para qué molestarlo (SE ESCUCHAN PASOS) ¡Oíste, alguien viene!

SEBASTIÁN: (APARECEN MARÍA Y CHECHÉ) Es la María y viene con la Cheché.  

ESCENA QUINTA
MARÍA: ¡Miren, los perlas! ¡Por fin los encontramos!  
PELUCO: Estamos esperándote aquí en  la plaza. ¿No es cierto, Sebastiá
SEBASTIÁN: ¡Cierto! Queríamos ver tus mensajes de navidad y compararlos con los nuestros.
CHECHÉ: No lo puedo creer. ¿Acaso ustedes no saben escribir? ¡La María escribe más bonito que ustedes! ¡Son unos copiones!  
PELUCO: ¡Claro que no! Sólo queremos compararlos.  ¿No es cierto, Sebastián? María, ¿para qué la trajíste? (SEÑALA A CHECHÉ)
CHECHÉ: ¡No les creo, nada!
MARÍA: ¡Cállate, Cheché!  El profesor dijo que trabajáramos en grupo, así se pueden elegir los mejores del curso. Ya, chiquillos, entremos a la plaza! Busquemos un banco y los empezamos a trabajar.
SEBASTIÁN: ¡María! No vamos a poder entrar.
PELUCO: ¡De veras! ¡No podemos!
MARÍA: (EXTRAÑADA) ¿Por qué, si se puede saber? ¡Hablen!
PELUCO: (TITUBEANDO) Es que un hombre estuvo parado aquí.
CHECHÉ: (BURLONA) ¡Cualquier persona se puede parar aquí!
MARÍA: ¡Tiene razón la Cheché! Entremos, entonces. 
CHECHÉ: (DESCUBRIENDO EL LETRERO) ¡Mira, María!
MARÍA: (SE ACERCA Y  NO COMPRENDE) ¡Pero, no puede ser! (LEE)
PELUCO: (MOSTRANDO EL CANDADO) Vinieron dos hombres. Uno puso el letrero y el otro cerró la puerta con ese candado.
MARÍA: No entiendo. 
SEBASTIÁN: ¡Escucha!, el que parecía el jefe,  decía que con candado, nadie podría entrar y robarle.
CHECHÉ: (TEMEROSA) ¡Vámonos , mejor!
MARÍA:  ¡Un momento, Cheché! ¿De qué hablas, Sebastián? ¿Robar? Nosotros no somos ladrones. ¡Somos alumnos de la escuela!
PELUCO:  El jefe que manda dijo que los niños podían robarle el árbol.
MARÍA: ¡Nadie se va! Hoy es nochebuena y tenemos que terminar esos letreros con mensajes. Como dice Turilo:  “¿Qué vale más, 
                              la sonrisa de un niño. 
                              o un niño triste…?
 
Ese será nuestro primer letrero para esta tarde y lo pondremos a la entrada de la plaza, para que sea lo primero que lean todos los que entren.(A SEBASTIÁN) ¡Sebastián y tu también Peluco, hagamos muchos letreros con  mensajes y los pegamos en la entrada!
CHECHÉ: ¡Eso me gusta, María! ¡Pero no se ve ningún niño! ¡Miren las ventanas están cerradas!
PELUCO: Cheché, los niños tienen miedo.
SEBASTIÁN: (SIN DEJAR DE ESCRIBIR) ¡Hay que ayudarlos!
MARÍA: Sebastián tiene razón, hay que ayudarlos.
PELUCO: ¡Claro!, ¿pero, cómo?
MARÍA: ¡Abriendo la puerta de entrada!
PELUCO: (SEÑALANDO LA ENTRADA) Pero, mira María, no podemos pasar, ¿cómo lo haremos?
MARÍA: ¡Tenemos que entrar de alguna manera! ¡Total nada malo hemos hecho!
SEBASTIÁN: (MOSTRANDO ALGUNOS LETREROS TERMINADOS) ¡Tiene razón, la María! ¡Todo por los niños. ¡Hoy es nochebuena y mañana Navidad!
MARÍA: ¡Bien! ¡Entonces entremos! (VAN ABRIR LA ENTRADA SACANDO EL CANDADO CUANDO APARECE  PÁNFILO)

ESCENA SEXTA
PÁNFILO: (AMENAZANTE CON UN CHICOTE) ¡Alto!, nadie se mueva.
MARÍA:(MOLESTA) ¿Qué?, ¿quién eres tú?
PÁNFILO: (PREPOTENTE)¡El ayudante de mi jefe, el guardián de esta plaza! Y, nadie puede entrar.
MARÍA: ¿Por qué no? 
PÁNFILO: ¿Acaso no saben leer? (LEE LA LEYENDA DEL CARTEL)
CHECHÉ: ¡No entiendo!
PÁNFILO: Mi jefe, ha dado la orden. Yo, la cumplo.
SEBASTIÁN: Pero, ¿cuál es la razón?
PÁNFILO: ¡Es por el árbol!
PELUCO: ¡No ven! Yo les dije!
MARÍA: ¡Cállate! (A PÁNFILO) Díme, ¿qué es eso del árbol?
PÁNFILO: Mi jefe arregló un árbol para esta noche. ¡Está muy bonito!  Quiere que las autoridades lo vean mañana. No quiere que lo roben o lo hagan pedazo.
PELUCO: (ENOJADO) ¡Oiga, amigo nosotros no somos ladrones ni nada por el estilo! ¡Somos alumnos de la escuela!
MARÍA: ¡Es verdad! (SEBASTIÁN PEGANDO UN LETRERO) ¡Queremos que todos puedan venir y entrar a la plaza en esta nochebuena! ¡Sobre todo, los niños y niñas!
PÁNFILO: (ENTUSIASMADO) ¿Para los niños? ¡Qué bueno! ¡Ellos están muy triste! (RECOBRÁNDOSE) Este, lo siento. ¡No pueden pasar! ¡Váyanse, que allí viene mi jefe!

ESCENA SÉPTIMA
GUARDIÁN: (LLEGANDO) ¿Qué pasa, Pánfilo? (A LOS ALUMNOS) ¿Ustedes, qué desean?  
MARÍA: Entrar a la plaza.
GUARDIÁN: ¿Qué? ¿Entrar a la plaza?
SEBASTIÁN: ¡Sí, y  todos los niños! (MUESTRA OTRO MENSAJE)
GUARDIÁN: ¿A los niños? No, eso, ¡Jamás!
PELUCO:  ¿Acaso en este pueblo no hay niños?
MARÍA: ¡Hoy,  es nochebuena!¡Los niños deben ser felices! 
CHECHÉ: (CON MIEDO) ¡Vámonos, mejor! Ese hombre me asusta.
PELUCO: ¡No temas, Chché!
GUARDIÁN: ¡Por ningún motivo, los niños entran aquí!
MARÍA: ¿Quién se cree usted que es?  
GUARDIÁN:¡Eso no importa! Ustedes son bochincheros. ¡Yo no los quiero! (A PÁNFILO) ¡Echa de una vez a estos molestosos! ¡No te quedes parado!
MARÍA: (CONVERSA CON SU GRUPO Y TOMAN UNA DECISIÓN) ¡Vamos! ¡Usted no tiene derecho para hacer esto. (SALEN ESCONDIÉNDOSE CERCA)
  
ESCENA OCTAVA
PÁNFILO: ¡Menos mal que se fueron! (SE PASEA. SE ABURRE) ¡Uf! ¡Qué aburrimiento! (FRENTE AL PÚBLICO) ¡Me habría gustado ver lo que querían hacer esos cauritos. (DE PRONTO APARECE PELUCO CON UNA HOJAS DE CUADERNO)

PELUCO: (LEYENDO EN VOZ ALTA SE DETIENE CERCA DE PÁNFILO COMO SI NO LO VIERA) 
                          “Que la gran estrella 
                           envuelva con su fulgor 
                           a todos los hombres 
                           cogidos de la mano”

¡Puchas,  eso está bonito! Se la llevaré al profe. ¡Ojalá le guste!

PÁNFILO: (ACERCÁNDOSE INTRIGADO)  Oye, lo que leíste no lo entendí. ¿Qué es eso de la estrella grande?

PELUCO: (SONRIENDO) Muy sencillo. La gran estrella se refiere a la que alumbró el pesebre en Belén, cuando el niño nació.

PÁNFILO: ¿Cuál niño?

PELUCO: ¿Acaso no sabes que hoy es nochebuena y mañana navidad?

PÁNFILO: ¡Sí, claro! ¿Entonces, quieres decir que el niño es Jesús?

PELUCO: ¡Eso es! Por lo tanto, en este día,  el resplandor de la estrella hace que todos los hombres se den de la mano buscando el verdadero sentido de la paz.  (LO ABRAZA Y RÁPIDAMENTE  QUITA LA LLAVE QUE PÁNFILO CUELGA DE SU CUELLO Y SE LA TIRA A SUS COMPAÑEROS QUE ESPERAN ESCONDIDO)

PÁNFILO: Tienes razón, ¡esta noche es nochebuena y mañana es navidad! ¡Venga otro abrazo!

PELUCO: (MIENTRAS LO ABRAZA INDICA A SUS COMPAÑEROS QUE ABRAN LA PUERTA) ¡Gracias, muchas gracias! ¡Todos estamos contentos! (DE PRONTO INDICA ALGO A LO LEJOS) ¡Mira! ¿Quiénes son aquellos?

PÁNFILO: (CORRE HACIA EL LUGAR INDICADO) Son unos cauros que quieren entrar a la plaza. (LOS NIÑOS ENTRAN TRANQUILAMENTE A LA PLAZA.  ES EL MOMENTO EN QUE POCO A POCO EL CORTINAJE QUE SEPARABA EL ESCENARIO CON LA PLAZA, SE VA LEVANTANDO LENTAMENTE DESCUBRIENDO UNA  ESCENOGRAFÍA DONDE  SE DESTACAN LO SEÑALADO EN EL INICIO DE LA OBRA. LOS NIÑOS DESCUBREN EL LUGAR) 
MARÍA: (ASOMBRADA) ¡Qué hermosa se ve la plaza! ¡Miren! Hay un estrado listo para poder presentar nuestros letreros.
SEBASTIÁN: (DESCUBRIENDO EL ÁRBOL) ¡Miren, miren el árbol! (TODOS SE ACERCAN)
CHECHÉ: ¡Qué lindo! Entonces, ¿este es el árbol que ese hombre malo dice que se lo vamos a robar?
SEBASTIÁN: ¡Qué bonito es este lugar, no es cierto Peluco! ¡Tantas flores! ¡El árbol está adornado!
MARÍA: Entonces, hemos elegido bien. ¡Aquí es donde mostraremos nuestros mensajes a todos los niños! ¡Ya, escribamos más y más! ¡A trabajar! 
CHECHÉ: (RUIDO DE CARRERAS) ¡Alguien viene, María!

PELUCO: (RIENDO) ¡Lo burlé, pero, ahora viene con su jefe! ¡Escondámonos aquí! (SEÑALA UN LUGAR. EL GUARDIÁN JEFE Y SU AYUDANTE. APARECEN Y DESAPARECEN BUSCANDO. PREGUNTAN AL PÚBLICO SI HAN VISTO A UNOS  NIÑOS. SIN DARSE CUENTA QUE ESTÁN EN MEDIO DE LA PLAZA
  
ESCENA NOVENA

GUARDIÁN:¡Se nos escaparon! (CANSADO POR LAS CARRERAS SE SIENTA EN EL BANCO) ¡Eh, tú! (A PÁNFILO) Ven acá. Por tu culpa tenemos que estar aquí. (MIRA EL ENTORNO. SE LEVANTA DE UN SALTO) ¿Qué pasa, por qué estamos aquí? ¡Mira ya no está la puerta de entrada! ¡Todo se ha caído! (DESCUBRE LOS NUEVOS LETREROS. LOS LEE Y TIRA LEJOS) Por tu culpa. Todo es culpa tuya. Te dije que cuidaras. (ORSERVA) ¡Mi arbolito, mi lindo arbolito, no te robarán! (A PÁNFILO) Desde ahora, los dos nos quedaremos aquí a cuidar. (SE SIENTA. NO TARDA EN QUEDARSE DORMIDO)
PÁNFILO: (HABLANDO SOLO) Tiene razón, ¡bonito el arbolito! Por eso es que los cauros chicos quieren entrar. Yo tengo que impedirlo, sobre todo ahora que la plaza se ve desde lejos y desde las todas partes. (SE SIENTA. CONTINÚA HABLANDO) Dicen que para la nochebuena, viene el viejo pascual. Trae hartos regalos. Para todos los niños. (SE RASCA LA CABEZA Y SONRÍE) Si no hay niños. ¡Todos los regalos serán para mí! (SE LEVANTA. BAILA COMICAMENTE) No les daré nada a los cauros chicos. Total, ¿para qué quieren ellos, si lo único que hacen es hacer tira todo lo que llega a sus manos? ¡Tendré miles de regalos! ¡Todos míos, sólo míos! (TANTO BAILAR LO CANSA. SE SIENTA Y SE QUEDA DORMIDO JUNTO A SU JEFE. LA LUZ DECRECE. TODO QUEDA EN SEMIPENUMBRAS)

ESCENA DÉCIMA
    
MARÍA: (SALIENDO DE SU ESCONDITE) ¡Shiiiisss! Silencio, no los despìerten. (A SEBASTIÁN) ¡Sebastián, mira si han llegado algunos niños!
CHECHÉ: (MOVIENDO CON EL PIE A PÁNFILO) Este, no despierta ni con un terremoto. 
SEBASTIÁN: (MIRA PARA TODOS LOS LADOS) ¡No se ve a nadie! 
MARÍA:¡Sebastián, no hagas ruido! ¡Puedes despertar a estos dormilones. 
PELUCO: ¡Miren! ¡Oh, oooh!
SEBASTIÁN: (INTRIGADO) ¿Qué pasa, Peluco?
MARÍA: (MOLESTA) ¡Silencio! ¡Van a despertarlos!
PELUCO: ¡Es que, mira! (INDICA A LAS VENTANAS ABIERTAS)
MARÍA: (MIRANDO) ¡Oh, los niños!
SEBASTIÁN: ¡Qué tristes están!
CHECHÉ: Esto no me gusta nada. ¡Me dan mucha pena! ¡Vámosnos, mejor!
MARÍA:¿Y dejar a los niños tan tristes? (LAS VENTANAS SE VUELVEN A CERRAR) 
¡No podemos irnos, sobre todo, ahora! ¡Tenemos que alegrar a esos niños! ¡Lo prometimos! (A CHECHÉ) Tú te vas con Sebastián a  buscar al profesor y a Turilo para que vean esto. Yo los espero aquí. (SALEN)

ESCENA DÉCIMA PRIMERA
MARÍA: (EN UNA CARPETA ESCRIBE) ¡Voy a escribir más mensajes de paz! (EL GUARDIÁN-JEFE HA DESPERTADO Y SE ACERCA SILENCIOSAMENTE PARA ATRAPARLA. PÁNFILO SIGUE DURMIENDO A PIERNAS SUELTAS)
GUARDIÁN: ¡Ahora verán! (LLAMANDO A PÁNFILO) ¡Pánfiloooo! (ESTE NO CONTESTA. MARÍA ES TOMADA PRISIONERA POR EL GUARDIÁN-JEFE) ¡Ah, por fín! ¡Al menos agarré a uno! ¡Ahora verás, granuja! (LO SUJETA. DESPIERTA A PÁNFILO) ¡Eh, grandísimo inútil! ¡Levántate y ven a ayudarme! (PÁNFILO SE LEVANTA TODAVÍA MEDIO DORMIDO) ¡Sujétala, mientras yo lo amarro! (PÁNFILO LO VA HACER CUANDO VE APARECER UNA FIGURA TODA CUBIERTA CON UN MANTO BLANCO QUE AVANZA SOBRE ÉL. HUYE DESPAVORIDO. EL GUARDIÁN-JEFE AL DARSE CUENTA DE LA HUÍDA DE SU AYUDANTE,  SE ENFURECE Y AL TRATAR DE DETENERLO SE ENCUENTRA DE FRENTE AL FANTASMA BLANCO Y SE DESMAYA. MARÍA TAMBIÉN SE ASUSTA, PERO AL DESCUBRIR QUE ES PELUCO DISFRAZADO DE FANTASMA SE TRANQUILIZA) 
PELUCO: (RIENDO) Ahora, lo amarramos (LO HACE) ¡María, espérame aquí, mientras voy a buscar a los otros que están cerca!(SALE)

ESCENA DÉCIMA SEGUNDA
MARÍA:(OBSERVANDO AL GUARDIÁN-JEFE. LO ACOMODA. LUEGO TOMA SU CUADERNO Y LEE EN VOZ ALTA LO ESCRITO) 
               ¡Qué en esta navidad... 
               Esas luces hermosas que se ven, 
               el pino, los arreglos de las flores, 
               sirvan para recordarnos el afecto, 
               el amor que debiera existir 
               entre todos los seres humanos..."
GUARDIÁN: (VUELVE EN SÍ. DESCUBRE A MARÍA: ¡Ay!, ¿dónde estoy? ¿Se ha ido? ¿El fantasma se fue?
MARÍA: (SIN DEJAR DE ESCRIBIR) Sí, no se preocupe, ya no volverá.
GUARDIÁN: ¿Qué me van a hacer?
MARÍA: ¡No sé! (SIGUE LEYENDO) 
                    “Que en esta navidad…
                     La sonrisa del pequeño 
                     que nació en el humilde pesebre     
                     engrandezca cada vez más 
                     a los hombres verdaderos…”

GUARDIÁN: (BURLÓN) Eso del pequeño me da risa.¡No me gustó! 
MARÍA: ¿Sí, y por qué? 
GUARDIÁN: ¿Cómo los hombres se van agrandar cuando los niños ríen? 
MARÍA: (DEJANDO DE ESCRIBIR) ¡Usted no entiende, parece!
GUARDIÁN: ¡Claro que no entiendo las tonteras que lees!

MARÍA: (ALEJÁNDOSE) ¡Déjeme tranquilo hacer mis tareas!  ¡Parece que ha olvidado que mañana es navidad!
GUARDIÁN: (BREVE SILENCIO)  ¡No lo he olvidado! Todo lo contrario; por eso quiero que esta plaza esté hermosa para mañana. (SILENCIO) ¿Cómo te llamas?
MARÍA: María.
GUARDIÁN: ¿Por qué escribes tanto?

MARÍA: Porque el profesor quiere que escribamos mensajes de navidad para intercambiarlos con alumnos de otras escuelas del país y de otros países.

GUARDIÁN: ¿Quieres leerme otra de tu cuaderno?

MARÍA: ¡Bueno! (SE ACERCA Y LO DESATA) Ahora sí. Escuche: 
                   “Que en esta navidad… 
                    Un sentimiento de Paz 
                     anide en las mentes 
                     y en los corazones 
                     y que florezca y cunda 
                     en todos los niños y niñas 
                    de las escuelas de nuestro país…”
 

GUARDIÁN: Me gustó. Pero, ¿por qué todos los niños y niñas? Si son ellos los que estropean mis árboles y mis flores de esta plaza. ¡Son unos desalmados!

MARÍA: ¿Desalmados mis compañeros? ¿Los niños? ¡Ellos no son desalmados!
GUARDIÁN: Pero, son bochincheros. Igual que esos niños (SEÑALA LAS VENTANAS)
MARÍA:¡Eso nos gusta a nosotros! Para que sepa, cuando los niños más demuestran su alegría, más felices son..
GUARDIÁN: Yo no soporto a los niños.
MARÍA:  ¡Usted es un hombre muy malo!
GUARDIÁN: ¿Malo, yo? y ¿Por qué?
MARÍA: Bueno, porque no quiere a los niños.
GUARDIÁN: Pero, si ellos destruyen mis plantas.
MARÍA: (ENFRENTÁNDOLO) ¿Qué vale más, la sonrisa de un niño o un niño triste?
GUARDIÁN: ¡Qué!
MARÍA: ¿Acaso los niños no nacen para ser felices?
GUARDIÁN: (DESPECTIVO) Que busquen la felicidad de otra forma y en otro lugar.
MARÍA: No sabe usted que cada vez que asoma la Nochebuena, el tiempo nos ofrece una suerte de sortilegio que los hombres como usted prontamente olvidan.
GUARDIÁN: (SONRÍE) ¡Es natural que así sea! ¿Sortilegio?  Nosotros tenemos mucho trabajo para preocuparnos de esas cosas.
MARÍA: ¡Ay! (MOLESTA. LEE LO QUE TERMINA DE ESCRIBIR)
                   “Que en esta navidad … 
                    Se renueven el esfuerzo 
                    de los hombres para ser 
                    cada vez más hombres 
                    que las piedras…”

GUARDIÁN: No te entiendo.
MARÍA: Ahora, entenderá (SEÑALA LAS VENTANAS CERRADAS) 
                    “Que en esta navidad… 
                     A esos niños se les borre 
                     algunas lágrimas 
                     hambrientas de amor y de paz…”

GUARDIÁN: (DESCONCERTADO) ¡Bueno, pero…!
MARÍA: ¡No hay pero que valga! (DECIDIDA) ¡Hay que ayudarlos! 
GUARDIÁN: ¿Ayudarlos? ¿Quiénes?
MARÍA: ¡Nosotros lo hacemos1 (MIRÁNDOLO DE FRENTE) ¡Usted, puede hacerlo! 
GUARDIÁN: (LEVANTÁNDOSE) ¿Yo?
MARÍA: ¡Sí, usted! 
GUARDIÁN: (SIN ENTENDER) ¡Yo! ¿Cómo podría yo? 
MARÍA: (DECIDIDO) Rompiendo las barreras que impiden la entrada a la plaza y dejar que los niños vengan aquí. Que disfruten de las flores, de los árboles (SE ACERCA AL PINO) Que toquen este árbol de navidad.

GUARDIÁN: (GRITANDO) ¡No, eso no! Este árbol está muy adornado para esta noche (CON VOZ MÁS SUAVE) Ellos podrían destrozarlo. 
MARÍA: (MOSTRANDO) ¡Este árbol muy sombrío! (MIRANDO A TODOS LOS LADOS)Es como si le faltara la primavera a esta plaza. Como si le faltara los niños. 
GUARDIÁN: Pero, las cosas duran más cuando cuidamos de ellas.  
MARÍA: Tiene razón. ¡Busquemos el verdadero sentido de la navidad!¡Cuidemos a los niños. ¡Ellos no son cosas! ¡Démosle más plazas, más árboles, más flores! Es decir, ¡más vida!(MIENTRAS HABLA EL GUARDIÁN-JEFE LO ESCUCHA Y MIRA LAS VENTANAS)

GUARDIÁN: (RECORDANDO EN VOZ ALTS) Cuando yo era cauro, corría detrás de los pájaros, (A MARÍA) ¡Tiene razón! (MEDITA Y SONRÍE) ¿Sabes lo que haré?                                   

MARÍA: (INTERESADA) ¿Qué hará?

GUARDIÁN: (CON SINCERIDAD) Llamaré a todos los cauritos para que entren a ver la plaza con sus flores y sus árboles.

MARÍA: (SORPRENDIDA) ¿Eso hará?

GUARDIÁN: ¡Sí! Los llamaré ahora mismo (LO HACE) ¡Vengan niños! ¡Vengan a ver también a mi amiga! ¡Vengan!        

MARÍA: (FELIZ) Entonces, ¿nadie tendrá que irse?                 

GUARDIÁN: (IGUALMENTE CONTENTO) ¡De ninguna manera!  ¡Anda, anda María a avisarles a tus amigos!                                    

MARÍA: ¡Voy, voy a buscarlos! (SALE. AL LLAMADO DEL GUARDIÁN-JEFE LAS VENTANAS SE HAN ABIERTO Y ROSTROS DE NIÑOS SONRIENTES APARECEN)

ESCENA DÉCIMA CUARTA
GUARDIÁN: (MUY CONTENTO) Tiene razón, María. (TOMA EL CUADERNO DE MARÍA)No hay nada como la infancia. ¿Por qué había olvidado la mía? (EVOCANDO Y SONRIENDO) No sólo corría tras los pájaros. Me iba a sacar manzanas al huerto vecino. ¡Pájaros!, ¡Manzanas! ¡Niños! (LLAMANDO) ¡Qué vengan , qué vengan los niños! (TOMA EL CUADERNO DE MARÍA. LEE LO ESCRITO Y COMIENZA A FABRICAR LETREROS CON LOS MENSAJES QUE ELLA HABÍA ESCRITO. DESTRUYE EL LETRERO QUE PROHIBÍA LA ENTRADA Y EN SU LUGAR VA COLOCANDO LOS NUEVOS.  SIN DARSE CUENTA ES RODEADO POR LOS AMIGOS DE MARÍA QUE SIN SABER LO OCURRIDO,  LO TOMAN PRISIONERO) ¡Eh, qué pasa! ¡Qué pasa!
SEBASTIÁN: ¡Ya lo tenemos otra vez! ¡Peluco, amordázalo, para que deje de gritar! (AL HACERLO PELUCO, LAS VENTANAS SE CIERRAN RÁPIDAMENTE)
PELUCO: ¿Qué hacemos con él? (EL GUARDIÁN-JEFE TRATA DE COMUNICARSE SIN CONSEGUIRLO)
SEBASTIÁN ¡Amarrémoslo en el árbol
PELUCO: ¡No! Esconderlo es mejor. Así tranquilamente podemos terminar la tarea que nos dio el profesor. (LO HACEN)
SEBASTIÁN: ¡Oye, Peluco,  ¿y si aparece el otro?
PELUCO: (RIENDO) ¡Qué va a volver! Salió más muerto que vivo, de puro miedo al fantasma.

A SEBASTIÁN) ¿Y la María, dónde está? ¡No la veo!  ¡Yo lo dejé aquí! ((PUEDE PREGUNTAR AL PÚBLICO SI LA HAN VISTO. LLAMA A  LOS NIÑOS) ¡Vengan todos! ¡Pueden entrar! (SILENCIO) ¿No viene nadie? ¡No puede ser, Sebastián! (AMBOS SE SIENTA APESUMBRADO, COMO DERROTADO POR LO QUE SUCEDE)

ESCENA DÉCIMOQUINTA

MARÍA:
(APARECIENDO FELIZ ACOMPAÑADA DE TURILO) ¡Ah! ¡Por fín, los encontré! (SILENCIO. OBSERVA A SUS AMIGOS) Pero, ¿qué pasa? ¡Ya tenemos la autorización!

TURILO:  ¿Qué pasa, Peluco?
PELUCO: (ASOMBRADO AL VER A TURILO) ¡Turilo! ¡Tú, aquí! Es que los niños no vienen.

SEBASTIÁN: (ESCRIBIENDO) ¡Ya vendrán! ¡Tranquilos!
PELUCO: (CON RABIA) Los he llamado, invitados a que vengan. ¡No llega nadie! 
TURILO: (EXTRAÑADO) ¿Llamaron y no llegó nadie?

MARÍA:  ¡Pero si el Guardián-jefe me dio la autorización para estar acá! Por eso, vengo feliz y pasé a buscar a la Cheché y a Turilo.

TURILO: (LEYENDO UN MENSAJE DE NAVIDAD) 
                    “Que en esta navidad… 
                     Los niños transiten 
                     por caminos bordeados de flores 
                     y no de destrucción 
                    para que en sus labios brote 
                    la canción vital 
                    y no la mudez del temor…”
 
¡Está bonito! ¿Esto es lo que ustedes quieren que suceda hoy aquí?

MARÍA:: ¡Sí, Turilo, eso queremos que pase aquí!
CHECHE: (MIRANDO) ¿Y dónde están los niños?
MARÍA: ¿De qué hablas? Si el Guardián-Jefe dio  permiso para entrar a la plaza. Él se comprometió conmigo (MIRANDO POR TODAS PARTES) ¿Pero, dónde está? Se quedó aquí, esperándolos a ustedes.
SEBASTIÁN: (SIN ENTENDER) ¡Un momento! ¿Quién, dices que te dio el permiso?
MARÍA: El Guardián-jefe.
PELUCO: (INCRÉDULO) ¡El Guardián-Jefe! ¡Oh! (SE LAMENTA)
SEBASTIÁN: ¿El Guardián-Jefe? ¡No puedo creerlo!
PELUCO: Entonces, metimos las patas.
SEBASTIÁN: ¿No entiendo?
MARÍA: (CON CIERTA CULPA) Parece que hemos cometido un error.
PELUCO: (CONFESANDO) ¡Lo tenemos prisionero!
MARÍA: (SIN COMPRENDER) ¡Ustedes, lo detuvieron! ¿Lo castigaron? ¡Pero, si él es bueno! ¡Sólo pensaba que no quería a los niños! ¿Dónde está?

TURILO: (EN EL INTERTANTO, TURILO Y CHECHÉ HAN  IDO TRAS BASTIDORES Y DESATAN Y QUITAN LA MORDAZA AL GUARDIÁN-JEFE Y LO PONEN EN LIBERTAD) ¡Aquí está! (TODOS SE ACERCAN Y DAN LAS DISCULPAS PERTINENTES)
MARÍA: ¡Tiene que perdonarnos! ¡No sabíamos que usted...
GUARDIÁN: (MUY CAMBIADO) ¡No tiene importancia! ¡Me lo tengo muy merecido!(ES EL MOMENTO EN QUE LAS VENTANAS SE ABREN Y VOCES Y RISAS DE NIÑOS SE OYEN NÍTIDAMENTE CADA VEZ MÁS CERCA)
CHECHÉ: ¿Escuchan? ¡Ya vienen!
SEBASTIÁN: Ahora entiendo por qué no venían los niños.
PELUCO: ¿Por qué, Sebastián?
SEBASTIÁN: Porque nosotros teníamos prisionero al Guardián-Jefe y los niños ya sabían que no era tan malo.
CHECHÉ: ¡Miren! El árbol de navidad. Ya no es sombrío (EL ÁRBOL SE HA ILUMINADO EN TODO SU ESPLENDOR. LAS VOCES Y RISAS SE ACERCAN MÁS Y MÁS. UNA FIGURA SE APROXIMA SIGILOSAMENTE. ES PÁNFILO. TODOS LO RECONOCEN Y LO AGREGAN A LOS BAILES Y CANTOS DE NAVIDAD MIENTRAS TURILO HABLA)
TURILO: ¡No, Cheché, ya no están sombríos!
                    En cada natividad 
                    los hombres nacen de nuevo.
                    En sus almas anida 
                    la resurrección 
                    y la buena fe 
                   se desliza en sus corazones.(COMIENZA A OIRSE LA CANCIÓN "NOCHE DE PAZ" QUE IRÁ IN CRESCENDO) 
                   ¡Vengan ustedes,
                   esta noche a  esta plaza!
                   ¡Miren las estrellas!,
                   Porque así los hombres 
                   volviéndose a encontrar, 
                   mirándose en ustedes, 
                   llenándose de luz, 
                   no olvidarán jamás!

                          TELÓN 

tTURILO:  

 

     



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